Se encontraba en el despacho del Fiscal del caso Faisán, en la AN. Contenía dos años de grabaciones con información "inédita, secreta y sensible".
Según informa El Mundo, el propio Fiscal del Caso Faisán, Carlos Bautista,
ha sido el encargado de denunciar el robo. El disco duro de su
ordenador estaba en su despacho en la Audiencia, y contenía datos
comprometidos sobre el chivatazo a ETA: información "inédita, secreta y
sensible". No obstante, según ha informado fuentes jurídicas a Libertad
Digital, ese disco duro contendría más archivos, no sólo los que afectan
a la instrucción del chivatazo a la banda terrorista.
Los ladrones sólo se llevaron los archivos de este disco duro del
despacho, que se encuentra en la sede de la Fiscalía, en la tercera
planta de la AN, y que a día de hoy carece de videovigilancia. Según varias fuentes, los asaltantes fueron "a tiro hecho",
dado que no cogieron más informes, sólo los dos años de grabaciones
telefónicas al exjefe superior de Policía del País Vasco. Fuentes de la
Audiencia confirman a este diario, que hay copia de esas conversaciones.
Están en poder el magistrado instructor del caso, el juez Pablo Ruz. De
esta forma, la posible sustracción de material sensible del
chivatazo en el bar Faisán no provocaría alteraciones en el curso de
esta investigación, informa Ángela Martialay.
El diario de Unidad Editorial informa de que se ha descartado que se
trate de una "pérdida" derivada del traslado provisional de la Sala
Penal de la Audiencia Nacional de la calle Génova a la de Prim, en
Madrid. Durante la mudanza, el personal ha denunciado la desaparición de
varios cajones y mesas, pero el disco duro llegó a trasladarse al nuevo
edificio, y allí fue sustraído: dentro de las instalaciones
judiciales.
La investigación policial abierta asume que existía intención clara de sustraer sólo este dispositivo,
que contenía documentos que aún no han salido a la luz en el
procedimiento judicial que investiga el caso. Incluso, podría formar
parte de una pieza que permanece aún secreta en el sumario. Fuentes
policiales consideran que se trató de un "golpe limpio", y aseguran a El Mundo que
"los asaltantes sabían perfectamente adónde iban, que no había cámaras y
cuál era el objetivo. Eran profesionales que tenían muy claro lo que
hacían y que conocían perfectamente el lugar".
El juez Ruz describió el contenido de este dispositivo, al trasladarlo
al fiscal, como información que podría afectar "a la seguridad del
Estado". Bautista tenía que dilucidar si dicha información debía ser
incorporada al sumario principal, o si debía ser mantenida en secreto
bajo esa pieza separada del procedimiento.
El robo de los archivos con grabaciones del chivatazo no es el primero
relacionado con el caso Faisán. Mientras el local se encontraba
precintado y el dueño del mismo, Joseba Elosúa, detenido, alguien rompió
el precinto y accedió a su interior en junio de 2006. La Policía
sospechó entonces que el objeto del mismo sería la destrucción de
pruebas, y más concretamente "sustraer o manipular algún elemento
electrónico instalado en su interior" que pudo grabar la escena del
chivatazo. El robo para sustraer pruebas, por otra parte, no es algo excepcional, como ya puso de manifiesto Libertad Digital.
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