Según un concejal socialista del
Ayuntamiento de Marinaleda, a Gordillo se le han extraviado 200.000
euros, correspondientes a una subvención de la Junta de Andalucía
para construir unas viviendas que no existen. El concejal del PSOE, y
portavoz del mismo partido en Marinaleda, se llama Mariano Pradas, y fue
Rosa Aguilar, entonces consejera de Obras Públicas y Vivienda de la
Junta, la encargada de concederle el dinero al de las bufandas
palestinas, las fotos con los batasunos y los asaltos a los
supermercados. Sánchez-Gordillo, como toda persona, tiene sus defectos. Y
uno de ellos es su nula capacidad para entender de dónde viene y hacia
dónde va el dinero que percibe.
Lo demostró años atrás, cuando
estuvo cobrando el doble de lo que le correspondía y no se apercibió de
ello hasta que superados los doce meses fue advertido por Hacienda de la feliz equivocación.
Pero que nadie piense mal, porque de la honestidad de Sánchez-Gordillo
no duda ni Baltasar Garzón. El despiste de ahora es más grave, porque
extraviar 200.000 euros y no dar explicaciones de la pérdida o el
ocultamiento del dinero en los plenos municipales a requerimiento del
portavoz socialista, puede dar lugar a que los malintencionados se figuren destinos oscuros para ese maná público caído sobre su hermosa cabellera.
Si la colección de bufandas palestinas que obra en su poder fueran de
«cashmere» o de pelo de camello, y tuvieran perfectamente cosidas a su
dibujo solidario las etiquetas de «Dior», o de «Gucci», o de «Hermés» o
de «Löewe», sería humano y lógico sospechar con perversa intención
acerca del uso de una buena parte del dinero. Pero no. Las bufandas
palestinas de Sánchez-Gordillo, que también las usa Otegui, además de
horrorosas son de lana de oveja de Jordania, una oveja de lo más
corriente según he podido saber. También es posible que esos 200.000
euros de los contribuyentes encomendados a la buena administración de Sánchez-Gordillo hayan sido invertidos en alimentos para los más necesitados de Marinaleda.
En tal caso, improbable por el curso de los acontecimientos
posteriormente acaecidos, no tendría sentido el asalto y robo con
violencia a los supermercados de Écija y Arcos de la Frontera, en donde
algunas empleadas de Mercadona fueron golpeadas por intentar impedir el
robo sin que, hasta la fecha, las feministas hayan protestado un poquito
en defensa de las mujeres golpeadas. Los viajes en clase
«Preferente» a Caracas se los paga el Gobierno de Hugo Chávez, y queda
descartado por lo tanto el extravío de esos 200.000 a las agencias de
viajes. En la última marcha se ha advertido un original paisaje
de camisetas. Casi todos los sindicalistas andantes llevan una camiseta
con la efigie del «Ché», detalle harto original. Pero mil camisetas con
el rostro –y nunca mejor escrito– estampado del «Ché» Guevara no pueden
costar 200.000 euros. Resulta muy curiosa la
adoración de las izquierdas a quien fue un señorito porteño derrochador
que sólo se acordó del comunismo cuando había dilapidado toda su
fortunita. Un señorito que mató bastante, y de cuyo final se
dice –recuérdese el asunto Grimau– que fue Fidel Castro quien señaló el
punto del mapa de Bolivia donde podía ser encontrado sin dificultades
por la CIA.
Pero de los 200.000 euros recibidos y
extraviados por Sánchez-Gordillo, ni una pista, ni una huella para
seguir su rastro y dar con su paradero. Y no han sido los
cavernícolas del Partido Popular los que han denunciado su desaparición,
sino los socialistas, que gobiernan en Andalucía con el apoyo,
entre otros, de Sánchez-Gordillo. Así que átenme esta mosca por el
rabo, porque no entiendo nada. Lo único que entiendo es que la Junta de
Andalucía le entregó a Sánchez-Gordillo 200.000 euros para construir
unas viviendas que no se han construido y que el dinero no aparece. Pero
no piensen mal, por favor, no lo hagan, faltaría más, Dios nos libre.
Mediterráneodigital.com
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