Cerca de 120 personas permanecen como rehenes de unos 470 presos amotinados desde la tarde del domingo en una cárcel de la ciudad de Aracajú, capital del estado brasileño de Sergipe (nordeste), confirmó hoy la policía.
La rebelión comenzó durante el horario dominical de visitas en el
Complejo Penitenciario Abogado Antonio Jacinto Filho, adonde las
autoridades enviaron más de 150 policías y guardias carcelarios para reforzar la vigilancia mientras se negocia con los presos, según la Secretaría de Seguridad Pública de Sergipe.
De acuerdo con la versión oficial, la mayoría de los rehenes son familiares de los reclusos y también hay tres guardianes entre los retenidos.
"La acción rápida de los policías y agentes del Departamento del
Sistema Penitenciario del Estado de Sergipe y de los propios agentes de
disciplina de la unidad evitó que otros colaboradores fueran rendidos por los presos", señaló la Secretaría de Seguridad en un comunicado.
Los amotinados alegan que son maltratados y "torturados" en el presidio, y piden que se cambie a la dirección del establecimiento, más respeto a las mujeres en los días de visita y que se les permita fumar en las celdas, entre otras demandas.
Una comisión formada por el secretario de Justicia de Sergipe,
Benedito Figueiredo; por el titular de Seguridad Pública, Joao Eloy de
Menezes; por un juez y un fiscal, así como por representantes de la
Policía Militarizada y de la Defensoría Pública, intenta negociar con los reclusos, según el comunicado.
Durante las primeras horas de la rebelión los reclusos destruyeron parte de las instalaciones de la penitenciaría y ocuparon la mayor parte de la prisión.
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