EL GOBIERNO no solamente aceptó entablar una negociación política con ETA sino que asumió el discurso de la banda, que siempre ha propugnado que en el País Vasco hay un conflicto armado, una guerra entre dos bandos equiparables. «Antes estábamos en guerra. Vosotros matabais y secuestrabais... nosotros deteníamos y abríamos procedimientos judiciales», dijo un representante del Gobierno a uno de los negociadores de ETA en una reunión celebrada el 27 de octubre de 2006, en plena tregua. Estas palabras pueden parecer increíbles pero son ciertas porque los representantes del Ejecutivo, llevados por el síndrome de Estocolmo, hablaban como si el Estado español estuviera en guerra contra otro Estado, que era ETA, con el que tenía que llegar a un acuerdo de paz. Como decíamos ayer, «la bazofia» estaba en el discurso de los representantes del Gobierno, auténtica puñalada a las víctimas y al Estado de Derecho. Lo que defendían los enviados de Rubalcaba es precisamente la misma filosofía que dio origen a los GAL, por la que todo valía con tal de acabar con el enemigo.
La muerte de civiles salpica a los aliados
La muerte de 40 civiles como consecuencia de los bombardeos aliados en Trípoli refuerza la posición de quienes creemos que cualquier guerra debe ser siempre el último recurso. La comunidad internacional intervino en Libia con el fin de evitar que Gadafi masacrara a una parte de la población, y aunque ese objetivo se ha conseguido en parte, se hacía difícil imaginar que no hubiera daños colaterales. Todas las guerras los tienen. El representante de El Vaticano en Libia, el obispo Martinelli, ha sido quien ha dado la voz de alarma y ha puesto a los aliados ante la paradoja de su intervención: «Los ataques aéreos son para proteger a los civiles, pero están matando a decenas de civiles». Países como Turquía y Holanda ya han advertido de que no participarán en ningún bombardeo. La OTAN debe extremar la precaución para que no haya nuevos errores. El posible desmoronamiento del régimen libio, del que la deserción del ministro de Exteriores puede ser un síntoma, facilitaría las cosas. Pero no deben caer en saco roto las palabras de Martinelli: «Las bombas nunca solucionan los problemas».
La Guardia Civil, clave en la imagen
La clave para entender por qué, cuatro años y medio después del soplo, ha sido posible obtener una imagen clara de Ballesteros en el Faisán está en la Guardia Civil. Según fuentes del caso, el juez pidió a sus especialistas que trataran la grabación para ofrecer la mejor calidad posible. Lo que recibió fue una versión digitalizada y mejorada que permitía su visionado ralentizado (el original iba a alta velocidad). Fueron esas imágenes las que se le exhibieron al imputado, pese a su protesta. Ballesteros se reconoció en ellas y provocó que la Fiscalía considerara que, ahora sí, disponía del respaldo que necesitaba la versión del equipo investigador.
epsimo y EL MUNDO___________________
Conversaciones con ETA
'Estábamos en guerra: vosotros matabais, nosotros deteníamos'
El Gobierno planteó la negociación con ETA como un proceso entre iguales y amagó dos veces con romper tras un robo de armas.
_________________________
El Gobierno propuso a ETA acabar con la 'doctrina Parot' y soltar a sesenta asesinos
Las actas de Thierry muestran cómo los emisarios del Ejecutivo exhibían la presunta complicidad del TC. El 'felipista' Pascual Sala lidera hoy el tribunal que debe decidir sobre los recursos de quince terroristas.
El silencio de Rubalcaba
ni eta, ni actas, ni faisan, ni sortu...El silencio de Rubalcaba
_________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario