Siete personas detenidas, dos laboratorios desmantelados y un total de
31 kilos de cocaína de gran pureza incautados es el resultado de la
denominada operación Prusia, con la que la Guardia Civil de Córdoba ha
logrado interceptar una cantidad récord de esta sustancia. El
subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, detalló que la
intervención ha logrado retirar del mercado un millón de papelinas,
mientras que el coronel jefe José Ignacio Criado destacó que la
operación, que arrancó en junio, ha supuesto meses de investigaciones
"muy complicadas".
Las pesquisas han permitido desarticular una organización internacional que distribuía cocaína desde tres viviendas en Gandia (Valencia) y que utilizaba cuatro puntos de venta para la distribución en Córdoba, uno de ellos en un club de alterne y los otros tres en distintos domicilios. La red contaba con personas que llevaban a cabo la distribución y vendía la cocaína de forma itinerante por discotecas, bares y cafeterías de la capital.
El pasado julio, la Guardia Civil detuvo al conductor del vehículo que realizaba el transporte de casi seis kilos y medio de cocaína de gran pureza desde Madrid hacia Córdoba. El sospechoso fue interceptado cuando circulaba por la A-4, a la altura de la localidad jiennense de Bailén. Los agentes tiraron del hilo y averiguaron que uno de los miembros de la organización había fijado su residencia en Córdoba. El sospechoso había tratado de ocultarse a raíz de la desarticulación de la cúpula de su organización criminal en diversas localidades madrileñas y pretendía introducir en la provincia "importantes cantidades" de cocaína procedente de Colombia. La droga era adulterada en los laboratorios de Valencia y distribuida al menudeo en las provincias valenciana y cordobesa.
En los primeros días de octubre, el Instituto Armado localizó en un polígono industrial a las afueras de la capital a uno de los sospechosos de pertenecer a la organización criminal que se estaba investigando, un ciudadano de nacionalidad colombiana que había fijado recientemente su residencia en la capital. Al sospechar los agentes que pudiera preparar alguna transacción de drogas, procedieron en aquel mismo momento a su detención y, si bien en aquella ocasión no se intervino cantidad alguna de droga, sí se le incautó una pistola con dos cargadores y munición.
El coronel Criado detalló que el grupo estaba perfectamente estructurado en tres escalones. El primero estaba conformado por un colombiano que realizaba frecuentes viajes a su país para adquirir la droga; era auxiliado por otro responsable de la organización, ambos residentes en Gandía. Los dos proveían al segundo escalón de la organización, integrado por personas de toda confianza, básicamente de su familia, con el papel de transportar la cocaína, ya cortada y preparada, a Córdoba. El tercer escalón de la organización delictiva lo componían L. A. O. P. y E. M. R., ambos de nacionalidad colombiana, y M. V. C., de nacionalidad española, que vendían al menudeo la sustancia en la provincia.
El pasado día 11, el Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Córdoba detectó que el grupo de narcotraficantes había recibido en Gandía un "importante envío" de cocaína cuyo destino final era Córdoba. Tras establecer los correspondientes dispositivos de vigilancia, un grupo de 120 agentes procedió de manera simultánea a la entrada y registro de los tres domicilios ubicados en la localidad valenciana y de los cuatro de Córdoba, al mismo tiempo que detuvieron a todos los sospechosos.
La Comandancia destacó que la organización, además de adquirir y distribuir la cocaína, realizaba labores de búsqueda, principalmente de mujeres, para que realizasen viajes a Suramérica con el fin de sacar de España el dinero procedente del narcotráfico. El coronel concretó que los agentes también se han incautado de 436.280 euros en efectivo en billetes de 20 y 50 euros que los delincuentes tenían preparado para realizar algún pago, un descuido difícil de explicar.
Las pesquisas han permitido desarticular una organización internacional que distribuía cocaína desde tres viviendas en Gandia (Valencia) y que utilizaba cuatro puntos de venta para la distribución en Córdoba, uno de ellos en un club de alterne y los otros tres en distintos domicilios. La red contaba con personas que llevaban a cabo la distribución y vendía la cocaína de forma itinerante por discotecas, bares y cafeterías de la capital.
El pasado julio, la Guardia Civil detuvo al conductor del vehículo que realizaba el transporte de casi seis kilos y medio de cocaína de gran pureza desde Madrid hacia Córdoba. El sospechoso fue interceptado cuando circulaba por la A-4, a la altura de la localidad jiennense de Bailén. Los agentes tiraron del hilo y averiguaron que uno de los miembros de la organización había fijado su residencia en Córdoba. El sospechoso había tratado de ocultarse a raíz de la desarticulación de la cúpula de su organización criminal en diversas localidades madrileñas y pretendía introducir en la provincia "importantes cantidades" de cocaína procedente de Colombia. La droga era adulterada en los laboratorios de Valencia y distribuida al menudeo en las provincias valenciana y cordobesa.
En los primeros días de octubre, el Instituto Armado localizó en un polígono industrial a las afueras de la capital a uno de los sospechosos de pertenecer a la organización criminal que se estaba investigando, un ciudadano de nacionalidad colombiana que había fijado recientemente su residencia en la capital. Al sospechar los agentes que pudiera preparar alguna transacción de drogas, procedieron en aquel mismo momento a su detención y, si bien en aquella ocasión no se intervino cantidad alguna de droga, sí se le incautó una pistola con dos cargadores y munición.
El coronel Criado detalló que el grupo estaba perfectamente estructurado en tres escalones. El primero estaba conformado por un colombiano que realizaba frecuentes viajes a su país para adquirir la droga; era auxiliado por otro responsable de la organización, ambos residentes en Gandía. Los dos proveían al segundo escalón de la organización, integrado por personas de toda confianza, básicamente de su familia, con el papel de transportar la cocaína, ya cortada y preparada, a Córdoba. El tercer escalón de la organización delictiva lo componían L. A. O. P. y E. M. R., ambos de nacionalidad colombiana, y M. V. C., de nacionalidad española, que vendían al menudeo la sustancia en la provincia.
El pasado día 11, el Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Córdoba detectó que el grupo de narcotraficantes había recibido en Gandía un "importante envío" de cocaína cuyo destino final era Córdoba. Tras establecer los correspondientes dispositivos de vigilancia, un grupo de 120 agentes procedió de manera simultánea a la entrada y registro de los tres domicilios ubicados en la localidad valenciana y de los cuatro de Córdoba, al mismo tiempo que detuvieron a todos los sospechosos.
La Comandancia destacó que la organización, además de adquirir y distribuir la cocaína, realizaba labores de búsqueda, principalmente de mujeres, para que realizasen viajes a Suramérica con el fin de sacar de España el dinero procedente del narcotráfico. El coronel concretó que los agentes también se han incautado de 436.280 euros en efectivo en billetes de 20 y 50 euros que los delincuentes tenían preparado para realizar algún pago, un descuido difícil de explicar.
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