Existen diez zonas en la capital donde los agentes extreman la precaución por su alta peligrosidad
Madrid tiene diez zonas peligrosas bien
delimitadas, donde se vive al margen de la ley y donde la Policía
Nacional se juega la piel ante cualquier intervención. Diez barriadas
donde la venta de droga, de armas, los robos y desguaces de vehículos,
los alunizajes, atracos y las reyertas están a la orden del día. Diez puntos negros que
los continuados golpes de las Fuerzas del Orden no consiguen aclarar.
«No saben vivir de otra forma y vuelven a organizarse rápidamente»,
explica un alto mando del Cuerpo Nacional de Policía.
Valdemingómez (Vallecas), El Ruedo (Moratalaz), San Fermín (Usera), Las Torres de San Cristóbal de los Ángeles (Villaverde), Pan Bendito y Alto de San Isidro (Carabanchel), la Colonia de los Olivos, Caño Roto y calle Cullera (Latina) y Lavapiés (Centro) son las zonas indomables y de mayor conflictividad en la capital.
ABC publicaba ayer en exclusiva un vídeo y unas imágenes
de cómo una decena de individuos de etnia gitana cosía a golpes a dos
agentes de Policía Nacional que intentaban llevarse detenidos a tres
autores de un robo con fuerza en un vehículo en el barrio Alto de San
Isidro. Fuentes policiales narraban que en este lugar, una ratonera, les
lanzan piedras, les destrozan los coches patrulla, hasta con una bombonas de butano en una ocasión, y nunca pueden entrar menos de tres indicativos.
Pero como Alto de San Isidro hay otros lugares marcados en el mapa de «alto riesgo». Para otro alto mando policial, uno de los peores lugares es el barrio de San Fermín.
«Allí hay una amalgama de todo. Se juntan los más peligrosos
aluniceros, mucha venta de droga, robos con fuerza, robos de coches y
armas».
Este diario también emitía en su versión digital unas imágenes el pasado 27 de mayo de cómo una detención a un mantero culminó en un tiroteo en Lavapiés.
Un policía municipal que participaba en el arresto abrió fuego para
disolver a un grupo de africanos que le increpaban por su actuación.
Donde la Policía no entra
Un año antes, en julio de 2011, los vecinos sacaron a la Policía Nacional del barrio cuando
trataban de llevarse esposado a un individuo, indocumentado, que se
había colado en el Metro. Se fueron con las manos vacías. «Se dio un
caso de violencia de género posteriormente en Lavapiés en el que los
agentes intentaban llegar al lugar del suceso y como la repulsión en ese
barrio a la Policía es muy grande, no lo consiguieron. La frustración
es enorme porque la gente se parte el pecho por llegar lo más rápido
posible», detalla la misma fuente. En Lavapiés lo que predomina es el
menudeo de hachís, las «okupaciones» y los grupos antisistema.
El distrito de Latina es el que aglutina mayor número de zonas problemáticas. En la calle Cullera, Caño Roto y la Colonia de los Olivos lo
que destaca es la comunidad de etnia gitana procedente de poblados
chabolistas. La venta de drogas en pisos bunkerizados, sobre todo
cocaína y también heroína, es el pan de cada día. «Hace un mes, dos
agentes fueron a realizar un servicio a un bar de la calle Barrionuevo
–cercana a Paseo de los Olivos– y salieron a palos», indica otra fuente
policial de esta zona.
«Cuando acuden los patrullas a la Colonia de los Olivos les
lanzan macetas y también bombonas de butano». Desde 2004, la Empresa
Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) del Ayuntamiento de Madrid,
propietaria de los pisos de Los Olivos, decidió derribarlos para limpiar
este punto de narcotráfico. Se han tapiado numerosas viviendas de las
300 que asomaban a la calle en forma de galería en bloques de color
pastel. Varias fases se han demolido, pero en las que quedan en pie
«continúan metiéndose con butrones o patadas para instalar sus puntos de
venta», revelan.
Cubos de hielo contra el zeta
Carabanchel aglutina, además de Alto de San Isidro, el barrio de Pan Bendito.
La Policía lo define como «terrible». «Un día se me quedó averiado el
zeta en la zona y nos tiraban cubos de hielo. Tuvimos que esperar dentro
hasta que lo retiró la grúa», detallan. Con lo que más se trafica en
este lugar es con el hachís. Afirma la Policía Nacional que la
problemática en las viviendas sociales de El Ruedo ha
aflojado en los últimos años, «pero allí sigue reuniéndose un gran
número de delincuentes e importantes aluniceros». En este paraje, la
venta de droga es la actividad principal en verdaderos refugios
acorazados.
La zona de la Cañada Real que discurre por Valdemingómez es,
con diferencia, el mayor mercado de la droga de Madrid y el mayor
cementerio de coches robados de la región. En este infierno también se
trafica con armas. El azote del Cuerpo Nacional de Policía, en
consonancia con la Policía Municipal, es constante en este emplazamiento
que se trata de borrar del mapa, pero aún queda mucho por hacer.
Las Torres de Villaverde Alto son otro
foco de problemas. La venta de droga y los ladrones de todo tipo de
productos se hacinan en estos bloques.«Se nos han dado varios casos de
estar fuera de servicio, divirtiéndose con sus amistades, y reconocerles
algún individuo peligroso al que previamente habían detenido y dar a
los agentes una paliza tremenda.Hay un caso de un policía de Villverde
al que le tuvieron que reponer toda la dentadura y otro que perdió
varias piezas dentales», señala el alto mando. Cuatro son las comisarías
más conflictivas de todo Madrid: Usera, Vallecas, Latina y Carabanchel.
Pero la vocación no entiende de límites y los funcionarios continúan
imponiendo la ley en la calle. A veces, a duras penas.
ABC
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