El sentido común nos dice que se están cometiendo verdaderas tropelías con los trabajadores de nuestro país, por cuyos derechos laborales han trabajado generaciones enteras, en tiempos muy duros.... en los que no sólo estaban en juego el prestigio de algún sindicato concreto sino la subsistencia de los propios trabajadores, la justicia social, el reparto de la riqueza generada con el trabajo y sus plusvalías, etc...
Hoy día, están algunos sindicatos tan absortos en el mantenimiento del propio "sindicato" y sus cuotas de poder que se olvidan de lo fundamental, es decir, de sus bases, los trabajadores. A quienes, en los tiempos que estamos, se nos ningunea con la más absoluta impunidad política y social, hoy día no hay oposición social visible, sólo gestos de cara a la galería que a nadie logran engañar, pues está claro de qué parte están las grandes centrales sindicales, en un país que, como el nuestro, en lo que se refiere a recortes de derechos va como un torpedo contra la línea de flotación de las familias, que son las que están realmente detrás de los salarios y los puestos de trabajo... que cada vez más se están perdiendo y cuy alarmante numero, parecía impensable tan solo hace dos lustros....
Cuando los sindicatos despierten de su siesta, de su actitud de adormecimiento en la que están acompañados de los grupos de políticos afines, y que se declaran inocentes de los resultados catastróficos de las políticas sociolaborales que ellos mismos articulan con la aprobación de sus leyes de reformas y contrarreformas, tan inútiles como devastadoras, verán el daño que se ha hecho al tejido social y laboral, y los trabajadores les pasen la factura porque no ha habido una verdadera defensa de los puestos de trabajo, sino una mera pantomima en la que hacer ver que se está haciendo algo, pero que ese algon no es nada si acaba en los casi cinco millones de personas en las listas del paro, sería como para no celebrar el primero de mayo, la “fiesta del trabajo“, con manifestaciones, con grandes baños de masas en los que desviar la atención a la hora de embaucarnos con los discursos grandilocuentes, en los que parezca que les importa de verdad lo que está pasando, mientras mandan mensajes subliminares de división política, cuando permiten que en estas manifestaciones organizadas por determinadas centrales sindicales, ondeen banderas republicanas, y por tanto, no constitucionales y tan preconstitucionales como otras hoy en día, para desviar la atención hacia luchas alternativas y artificiales en las que ellos no tengan apariencia de responsabilidad, y donde, con el mayor desprecio posible a la forma actual del Estado español, cuya forma política recoge nuestra Constitución que fue votada democráticamente por la sociedad española, y que no es otra que la de una Monarquía Parlamentaria,
Estas manifestaciones, en el entorno que hoy existe, no son sino una serie de acciones reivindicativas que hagan que los gestores que nos dirigen, indolentes y autocomplacientes, sólo puedan afirmar que la culpa es siempre de otros… ¡Ya está bien, que no somos tontos….!
Entre otras cosas, y para recuperar el respeto social y de nuestros trabajadores, quizás lo que se debería hacer, es bajar de las “alturas sindicales” y escuchar el clamor popular en las colas del INEM, y en las pequeñas empresas agobiadas por la falta de crédito financiero y el obligar a la propia Administración a hacer frente a sus compromisos con las empresas,a quienes con su actitud no hacen sino estrangular aún más al dilatar sus pagos y exigirles en contraprestación sus obligaciones fiscales a los que muy al contrario deberían apoyar para que se recupere la células madre del la creación de los puestos de trabajo, y no una vez más atacando con funciones con acciones coactivo policiales a los que comienzan tímidamente a ofrecer empleo., y no colaborando ellos mismos cuando lo único que hacen es ver en los puestos de trabajo que quedan cómo se han atacado los derechos laborales, en los que hasta la propia Administración recorta derechos a sus propios trabajadores aprovechando el río revuelto de la Crisis, y con el “ordeno y mando” como única razón de ser, y a los que nuestros amados dirigentes sindicales y sociales afines, aplauden, previo adjudicación de subvención, y que casualmente aparecen públicamente compungidos por la situación actual… Con la desgracia de los ERES incluidos.
En el caso de los funcionarios de IIPP nos vemos que hemos aportado mucho a este recorte “solidario” porque no sólo nos rebajan en sueldo sino también todos los completos en los que va incluida la peligrosidad, turnicidad, y todos los pormenores de las actuales condiciones de trabajo, en la que han demostrado sobradamente su valía ya que cada cosa que tocan es para desvirtuar el principio por el que se reforma, desde la figura de los Jefes de Centro que han suprimido, creando una figura de funciones ambigüas, a los que les han recortado derechos de un decretazo y de los que nadie se acuerda.
La maltrecha carrera administrativa que teníamos en IIPP, de la que se les había ocurrido la genial idea de centralizarlo en una universidad, para poder tener curriculum homologados a nivel europeo ha resultado se el último fiasco de la administración penitenciaria, ya que a la hora de la verdad en la que se ha centralizado los estudios “universitarios” en un concierto con la UNED es en una selección de personal arbitraria con la fición de un “numerus clausus” para que no puedan acceder todos los que quieran sino sólo LOS QUE PRIMERO FUERON INFORMADOS DE LA APERTURA DEL PLAZO DE LA SOLICITUD, información que no llegó a todos por igual dado el manejo de la información de la apertura del plazo de presentación de las solicitudes y dejando fuera del “cupo” a quienes no teniendo esa información privilegiada, enviaron su solicitud dentro de plazo pero fuera de las exiguas plazas dispuestas poder matricularse, sin explicación alguna del porqué de esa escasez de plazas y el porqué de esa forma tan peculiar de seleccionar a los “alumnos universitarios” de ese convenio entre la UNED y la Secretaría General de IIPP, y los sindicatos guardan silencio. Y lo último es que la Administración penitenciaria desea que esos afortunados sean subvencionados con cantidades que se descontarían de las ayudas sociales para que las paguemos entre todo el colectivo. Ahí queda eso.y nuestros sindicatos ante tal tropelía deciden quedar en silencio hasta que la Administración los llame a negociar…..Gran medida de fuerza, sí señor.
Mi siempre amigo, GRACIAS por tu colaboraciónP.D.: REPETIMOS ESTE ARTÍCULO, PORQUE ALGUNOS NO SE ENTERAN.
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