domingo, 25 de abril de 2010

Crónica negra: Latin Kings, la peor tribu hispana

Para los latin, la estancia en prisión es un blasón, una condecoración, pero ninguno ha estado más de quince días

El Ministerio del Interior, con cierto humor macabro, nos informaba en febrero de que los temidos Latin Kings habían sido descabezados. Se daban toda clase de detalles, como que fueron sorprendidos cuando celebraban su décimo aniversario en un local de Ciudad Lineal, en Madrid. La noticia precisaba que había sido detenido 54 miembros de la banda y que entre ellos habían «cuarenta reyes», es decir, 40 mandos, de los que siete pasaron a prisión. Entre éstos estaba el descendiente directo del fundador, Eric Velástegui, quien cumple más de veinte años de cárcel por violación.
Pasadas unas semanas, todos los detenidos se encuentran en libertad, incluido el gran jefe, al que llaman «Inca Supremo». Los Latin Kings son una organización tildada de violenta, que nació en las cárceles de Estados Unidos como respuesta al rechazo y la xenofobia hacia lo hispano. Este grupo, con cierta verborrea de secta, habla de que el país es La Sagrada Tribu América Spain, nomina a Barcelona como Reino Hispano, la Comunidad Valenciana como Reino Maya, a Murcia como Reino Azteca y a Madrid como Reino Inca. Los Latin se mueven alrededor de una corona de cinco puntas y señalan cada una con una palabra: amor, respeto, sacrificio, honor y obediencia. Se saludan haciendo la corona con la mano levantando los dedos pulgar, índice y meñique, mientras mantienen los otros flexionados. Otro saludo es el de cruzar el dedo corazón con el índice en señal de que «el grande defiende al pequeño».
Para los Reyes Latinos, la estancia en prisión es un blasón, una condecoración. Todos los importantes fueron a parar entre rejas el día de su aniversario, pero ninguno ha estado más de quince días en la cárcel, lo que les ha permitido el sueño dorado: presumir de carne de cañón sin haber sufrido mucho. Nuestras leyes permiten que los Latin se sientan aquí mejor que en ninguna parte.
El Inca Supremo es el encargado por el fundador de hacerse con los mandos de la calle, especialmente en la región de Madrid. De modo que controla sus adeptos en el Reino Inca, que se divide en cuatro capítulos: Villalba, Wolverine; Galapagar (donde se fundó la banda en año 2000), Chicago; Usera, Viracocha, y Latina-Villaverde, Azteca. Saquen de nuevo los pañuelos y que suene la música de violines. Estos reyes son unos poetas. ¡Mira que llamarle a Usera Viracocha! Y a Villalba, ¡Wolverine! Son juglares, aunque con demasiada agresividad. Desde su fundación se han visto envueltos en media docena de homicidios. Por eso convendría escuchar las voces de los expertos que marcan que hay que distinguir: los reyes de los reclutas. Es decir, los jefes de los indios. Entre los Latin se ha descubierto gente que tira de navaja o de cuchilla de afeitar, que se puede esconder en la batería del teléfono móvil. En cualquier caso, los peligrosos son los que forman un equipo consolidado. Así que no basta el tratamiento dado para todos: como están imputados por delitos menores, como el de asociación ilícita, quedan en libertad en espera de juicio. El Inca Supremo es el que mayor poder tiene en la región central. Le metieron en prisión del 17 de febrero al 4 de marzo, en régimen comunicado y sin fianza. Puede fácilmente cantar canciones de amor, baladas, como rey del mambo… Aunque está en libertad con cargos.
La Audiencia Nacional declaró a la pandilla ilegal en 2006 y, tres años después, parece que el nuevo responsable recibió el trono a distancia, por SMS o internet desde una sombría celda en la que Velástegui cumple por la forma agresiva y salvaje que tienen algunos Latin de tratar a las mujeres. Eso le deja a Eric Velástegui el puesto de honor de padrino.
Mujeres esclavas
La Policía está preocupada por la preferencia de los Latin en la captación de menores. Los Reyes Latinos someten a los aspirantes a duras pruebas de selección, con apaleamientos, peleas o agresiones, tanto para los chicos como para las chicas. También hay que añadir los abusos sexuales.
Si el fenómeno Latin Kings es difícil de entender más allá de la dejación de funciones de las autoridades que no ofrecen actividades alternativas, lo increíble es que chicas del siglo XXI acepten las normas salvajes de quienes las quieren como esclavas. En este mundo de machitos, la mujer es un mero objeto decorativo, burros de carga o asistentas sexuales. Una de ellas tratada como un consumible debió denunciar a Velástegui para que cumpliera su merecida estancia en prisión. Lo de las Latin Queens es algo sencillamente insoportable en un mundo que pelea justamente, todos los días, por la liberación de la mujer y su derecho a la completa igualdad.

La Razón.es___________________

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