Indignada. Así habla Ángeles Pedraza, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), con El Confidencial a la espera de que hoy Instituciones Penitenciarias decida si concede el tercer grado al preso etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga,
que padece un cáncer de riñón con metástasis. “Está enfermo de cáncer,
pero no está en fase terminal, así que siga en la cárcel hasta que se
vaya a morir”, asegura mientras le pide al Gobierno que no “ceda al
chantaje” del entorno etarra. “Al final tendremos que ser las propias víctimas las que nos pongamos en huelga de hambre para conseguir que los presos no abandonen las cárceles”, avisa Pedraza.
El último episodio conocido ayer es que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha solicitado al Ministerio del Interior que estudie la concesión del tercer grado,
paso previo a la libertad condicional, para uno de los secuestradores
del funcionario de Prisiones José Antonio Ortega Lara. Mientras Interior
contará hoy qué trato se le va a dar al enfermo, Pedraza recuerda que
ella también lucha contra un cáncer: y le gustaría tener cerca a su hija
en estos momentos, “pero la mataron”. “Cuando algún familiar de alguna víctima está enfermo, como yo, no podemos tener a nuestro lado a los que asesinaron”.
El juez adopta esta decisión en sustitución del juez Central de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro.
Pedraz pide a Instituciones Penitenciarias los “informes médicos
actualizados” sobre el estado del penado y ordena que, una vez que los
reciba, sean remitidos al forense para que elabore un informe médico jurídico. El objetivo del juez es que Instituciones Penitenciarias estudie la posible aplicación del artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario, según el cual “los penados enfermos muy graves con padecimientos incurables,
según informe médico, con independencia de las variables intervinientes
en el proceso de clasificación, podrán ser clasificados en tercer grado
por razones humanitarias y de dignidad personal, atendiendo a la
dificultad para delinquir y a su escasa peligrosidad”.
El reglamento aconseja, pero no obliga
Con
la misma ley en la mano, Pedraza puntualiza a Interior que el
reglamento aconseja, pero “no obliga” a tener un trato especial con
presos etarras enfermos de cáncer. “Uribetxeberria es una persona a la que le queda más de un año de vida,
según el informe médico. Así que cumpla condena hasta el final de sus
días”, defiende la presidenta de la AVT que recuerda que este preso
"jamás" ha mostrado signo de arrepentimiento alguno. “Nunca ha pedido perdón a las víctimas por el daño causado, y eso que asesinó a sangre fría a tres personas y no le tembló la mano para dejar morir a Ortega Lara”.
Sacar
al preso etarra de la cárcel para tratar la enfermedad fuera de las
instituciones penitenciarias “se convertirá en la puerta que todos
tocarán para escapar. Si se le concede a él, muchos vendrán detrás
pidiendo lo mismo”. Pedraza prefiere mantener la fe y confía en que el Gobierno será “firme y contundente”
a la hora de aplicar la ley a “cientos de presos de ETA que ya han
empezado sus teatrales huelgas de hambre”, y evalúe las consecuencias de
este “trato a favor” si finalmente se le concede.
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