domingo, 12 de agosto de 2012

Córdoba califato independiente en 3D

En el año 756, el príncipe omeya Abderramán derrotó, en las puertas de Córdoba, al emir abasida y se alzó, convertido ya en Abderramán I, como la única autoridad de Ál Ándalus, instauró el Emirato Independiente e impulsó la construcción de una nueva Córdoba como capital del nuevo estado.
Sus sucesores favorecieron el desarrollo de la cultura y en Córdoba se establecieron  matemáticos, médicos, filósofos, poetas. La mezquita fue ampliada por Abderramán II.
cordoba_califal_1El máximo esplendor de Córdoba coincidió con el gobierno de Abderramán III que se convirtió en Califa en el año 929 e hizo de Córdoba un califato independiente de Bagdad y la ciudad más floreciente, culta y poblada de Europa. A ocho kilómetros de la capital, edificó el suntuoso palacio de Medina Azahara, como demostración de amor hacia una de sus favoritas y para albergue de su corte. Su lujo oriental, sus fuentes de mercurio, celosías de alabastro y elegancia fueron el asombro de sus visitantes.
Su hijo Alhakem II remató las obras palaciegas, volvió a ampliar la mezquita y consiguió repartir por la ciudad 70 bibliotecas que, en una de ellas reunió  cuatrocientos mil volúmenes catalogados, la más importante del mundo. Durante el califato la ciudad llegó a tener mil seiscientas mezquitas, una Universidad, una escuela de medicina y otra de traductores del griego y del hebreo al árabe, 300.000  viviendas, ochenta mil tiendas e innumerables baños públicos. Era una ciudad cosmopolita y culta en la que cristianos, musulmanes y judíos vivían y compartían cultura sin mayores problemas. Cuando en Europa ni se lavaban, en Córdoba había 600 baños públicos.  La única ciudad del ámbito hispánico que ha tenido el privilegio de ser la más poblada del mundo en algún momento de la historia.
cordoba_califal_2Se calcula que la ciudad tenía medio millón de habitantes aproximadamente repartidos entre el recinto amurallado y los inmensos arrabales (algunos historiadores aún hablan de 1.000.000 de habitantes, basándose en recientes hallazgos arqueológicos de dimensiones superiores a las esperadas, cumpliendo muchas de las crónicas hasta ahora tenidas por exageradas). En toda la península la segunda ciudad en población era Toledo, con treinta y cinco mil habitantes, Sevilla (Sbilya) apenas llegaba a los diez mil…, Madrid (Matirit) era un corral de vacas que aspiraba a aldea. El total de la población hispana era de 4 millones de habitantes aproximadamente, es decir, de cada 100 habitantes, 12.5 vivían en Córdoba. Con estas abrumadoras cifras es fácil echarse a soñar imaginando la gloria, la grandeza de la que disfrutó la ciudad por aquellos años.
 La opulencia del califato durante estos años queda reflejada en las palabras del geógrafo Ibn Hawqal:
La abundancia y el desahogo dominan todos los aspectos de la vida; el disfrute de los bienes y los medios para adquirir la opulencia son comunes a los grandes y a los pequeños, pues estos beneficios llegan incluso hasta los obreros y los artesanos, gracias a las imposiciones ligeras, a la condición excelente del país y a la riqueza del soberano; además, este príncipe no hace sentir lo gravoso de las prestaciones y de los tributos.
Entre los sabios y artistas de la Córdoba califal, cabe mencionar, dada la trascendencia que posteriormente tuvieron en la cultura occidental, sobre todo durante el Renacimiento, al poeta Ibn Hazam (994-1064), al filósofo Averroes (1126-1198) y al médico-pensador judío Maimónides (1135-1204), sin olvidar la exquisitez aportada por Zyryab, personaje mítico en la historia de Al Andalus por ser el impulsor de la música andalusí. Como responsable del refinamiento que consiguió Al-Andalus en el siglo IX. Ziryab enseñó a disponer la mesa, a servir y presentar los platos, publicó un calendario de moda con los colores y tejidos de cada estación. Incluso animó al califa a sustituir las copas de oro por las de cristal para poder contemplar el vino al beberlo.
Pero su planteamiento urbano es lo que, en este capítulo, deseo destacar y nada más cercano y descriptible que esta maqueta que incluye espacios, jardines, alturas, murallas y sus espacios de protección para hacernos una idea de cómo su organización fue ejemplo de las ciudades que le precedieron.
Presentada en 3D, gracias al trabajo editado por  http://simuladero.blogspot.com/  estamos ante la primera ciudad del mundo que se puede visitar en  tres dimensiones:
 

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