El periodista y escritor Germán Castro Caycedo (1940) es referencia de periodismo serio en Colombia. Por eso, cuando esta semana salió publicado «Operación Pablo Escobar», un libro que relata la historia de la cacería que acabó con el capo Pablo Escobar, el hombre más temido y más buscado del país, leerlo, saberlo, recordarlo, fue necesario.
Este libro tiene una virtud: Castro Caycedo fue quizás la persona que más entrevistó al capo. Y en el año 2000 conoció al coronel Hugo Aguilar, el segundo al mando del Bloque de Búsqueda que el Gobierno formó para darle caza a Escobar.
«A
Aguilar le hice una entrevista muy extensa, que tenía guardada, hasta
que la editorial se propuso publicarla, y se la entregué», explica
Castro Caycedo, un hombre que ha ganado once premios nacionales de
periodismo y ocho internacionales, y ha escrito 19 libros de testimonio y
una novela, «Candelaria».
«Hablé muchas veces con él»
«Yo
siempre quise hacer una entrevista al bandido más grande que ha tenido
este país y hablé muchas veces con él, para buscar la metodología de
redacción, porque él sabía demasiado. Pero no se pudo terminar, porque
en ese momento le pusieron la bomba al edificio Mónaco (Medellín, 13 de
enero de 1988), entonces no volví», contó.
Ahora,
casi veinte años después de la muerte de Escobar, el autor presenta la
verdadera historia de la cacería más feroz que haya tenido lugar en
Colombia, una verdadera guerra a muerte. Como explica la editorial: «Sin
este testimonio que el autor guardó durante años, nadie podría tener una visión completa de lo que significa la mafia en Colombia».
«Con 2.700 fusiles AK-47 dispararon durante 4 años en Medellín»
En uno de sus capítulos, Castro Caycedo revela un dato inédito.
El periodista cuenta cómo Escobar utilizaba mujeres vírgenes para
lograr objetivos en su guerra seduciendo policías, jefes de
inteligencia, gente que necesitaba ser infiltrada.
«Escobar tenía un grupo de jóvenes a quienes él llamaba "Los Señuelos"»,
relata Caycedo. «A través de ellos iba tras cuanta muchacha virgen que
estuviera entre los 14 y los 17 años. Es muy sencillo adivinar que los
jóvenes las conquistaban, se las llevaban y luego las chicas permanecían
cuatro o cinco días con él en su primera aventura sexual (...). Los
muchachos se las llevaban mediante todo un proceso de convencimiento que
terminaba con el ofrecimiento de sumas de dinero que ellas jamás habían
imaginado. Desde luego, pertenecían a clases no muy favorecidas».
Le sirvieron mucho. Pero cuando lo delataban y no hacía lo que él pedía, sucedía lo siguiente:
«La mañana siguiente apareció muerta una muchacha joven, muy
maquillada, liviana de ropas. Otras 24 fueron encontradas la noche
siguiente y la otra y la tercera también. Tres noches apareciendo
cuerpos de mujeres bellas en diferentes sitios de la ciudad. Ese fue el
comienzo, porque la cuenta siguió durante varios días».
Casi cincuenta muertas
Castro Caycedo cuenta que en total murieron «cuarenta y nueve chicas entre los 15 y los 19 años,
clase media baja, algunas estudiantes, otras aspirantes a artistas de
televisión, a modelos o a candidatas a reinas de belleza, pero todas
desempleadas».
ABC
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