EL SABOTAJE de ayer en el Metro de Madrid, cuando miembros del colectivo
Toma el Metro accionaron a la vez y en plena hora punta los frenos de
emergencia de 13 convoyes y provocaron el caos, tiene que ser
investigado para castigar a los causantes del altercado.
Puede ser el inicio de una escalada de desórdenes, pues el 15-M pretende organizar una acampada en la Puerta del Sol para conmemorar el primer aniversario del movimiento aunque no esté autorizada.
Desde luego, hay que elogiar el sistema de seguridad del Metro, que permitió identificar inmediatamente a los saboteadores y la detención de algunos. Pero vienen tiempos en los que las protestas callejeras se reproducirán ante el descontento social, animadas por declaraciones irresponsables de dirigentes de la izquierda. Por eso, el Gobierno debe extremar la vigilancia para cortar de raíz cualquier intento de alteración del orden público. Hizo bien ayer Interior al advertir de que no permitirá la acampada ilegal.
Puede ser el inicio de una escalada de desórdenes, pues el 15-M pretende organizar una acampada en la Puerta del Sol para conmemorar el primer aniversario del movimiento aunque no esté autorizada.
Desde luego, hay que elogiar el sistema de seguridad del Metro, que permitió identificar inmediatamente a los saboteadores y la detención de algunos. Pero vienen tiempos en los que las protestas callejeras se reproducirán ante el descontento social, animadas por declaraciones irresponsables de dirigentes de la izquierda. Por eso, el Gobierno debe extremar la vigilancia para cortar de raíz cualquier intento de alteración del orden público. Hizo bien ayer Interior al advertir de que no permitirá la acampada ilegal.
epsimo y EL MUNDO
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