El fuego provocado arrasa en Galicia el principal bosque atlántico de Europa

La Guardia Civil busca al autor del desastre, que todos consideran intencionado

 Oficialmente, el incendio que desde el pasado sábado daña al parque natural de As Fragas do Eume, en La Coruña, el principal bosque atlántico de Europa, ya ha afectado a una superficie que supera las 850 hectáreas. Pero sobre si se ha convertido en una catástrofe natural de dimensiones desconocidas en Galicia en los últimos años hay espacio para la discrepancia porque los alcaldes de los municipios afectados apuntan cifras mucho más elevadas, unas 2.000 hectáreas.
Pero si en algo hay unanimidad es en las causas que rodean a esta debacle. Partidos políticos, colectivos sociales y los mismos vecinos lo tienen claro: es un fuego intencionado. Y las palabras del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, no dejaban lugar a dudas: «No cabe otra posibilidad».

En una visita a los núcleos rurales en los que más se temió por lo acontecido, Núñez Feijóo avanzó que la Guardia Civil trabaja en la detención del responsable o responsables de los hechos, todo un «acto criminal» para el mandatario gallego.
En su opinión, la existencia de hasta tres focos simultáneos entre los municipios de A Capela y Monfero revela la intencionalidad que rodea al suceso.
La desazón que causó la irrupción de las llamas dio paso a críticas afiladas desde la clase política. Los municipios más dañados clamaron contra los «errores de coordinación» que detectaron en el operativo. Especialmente, en referencia a la Unidad Militar de Emergencias (UME), cuyos efectivos, llegados la noche del sábado al domingo, tardaron en incorporarse a las labores de extinción «al carecer de órdenes».
Sin embargo, Núñez Feijóo tildó de prioritaria la salida a la crisis medioambiental que depende, en todo caso, de que amainen los vientos y de que el calor no sea tan intenso. ¿Más personal contra incendios en el parque natural? A su juicio, «creo que se pueden poner más».
El presidente gallego ha comprometido un plan de repoblación forestal para el parque, cuyas joyas arquitectónicas, como el monasterio de Caaveiro, no han sido pasto de las llamas. Los lugareños llaman la atención sobre el abandono progresivo de las zonas rurales y la falta de mantenimiento de las superficies arboladas y de monte.
Durante la tarde del domingo, las llamas llegaron a reavivarse en algunos de los entornos ya perjudicados en las primeras horas de del incendio. De hecho, dieron el salto al vecino término municipal de As Pontes, dejando su huella en la parroquia de San Pedro del Eume. Al mismo tiempo, los municipios de Neda y Vilarmaior pasaban a sumarse al triángulo que conformaba la particular zona cero, aunque con menos daños que en A Capela y Monfero, los principales perjudicados.
El consejero de Medio Ambiente, Agustín Hernández, propuso a los regidores de las localidades de la comarca mantener un encuentro en la de Monfero para buscar soluciones a la problemática abierta en la zona. Formaciones políticas como el PSOE han requerido la declaración del estado de emergencia y la búsqueda de líneas de apoyo a los residentes en este entorno rural.

epsimo y el MUNDO