LOS DATOS del padrón de población a 1 de enero de 2012 reflejan dos
datos significativos. El primero lo podemos calificar de coyuntural y se
refiere a la caída del número de extranjeros residentes, por primera
vez desde1998. Un movimiento lógico, motivado por la profunda crisis
económica: igual que llegaron los inmigrantes en la etapa de prosperidad
se marchan cuando no hay trabajo. El segundo dato es mucho más
preocupante: la población española prácticamente se estancó en 2011 al
crecer sólo en 22.497 personas, y es posible que al finalizar 2012
seamos menos que en el inicio de año. Esto supone un grave problema de
envejecimiento, como demuestra que en estos momentos sólo el 15,8% de la
población tenga menos de 16 años y el 43%, más de 45. Sufrimos hoy en
nuestras carnes el recorte que la crisis supone en el Estado del
Bienestar, que está obligando a los ciudadanos a pagar servicios que
hasta ahora se sufragaban con los impuestos de los trabajadores activos.
Si se mantiene la tendencia, lo de ahora será una broma con lo que
espera a la próxima generación. Buscar soluciones sí es una cuestión de
Estado en la que deberían empeñarse los partidos.
epsimo y EL MUNDO
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