INTERIOR SE COMPROMETIÓ A CONSTRUIR 11 CENTROS PARA 2012 Y SOLO INAUGURÓ CUATRO
España es uno de los países de la UE con menor índice de criminalidad
(alrededor de 45 delitos por cada 1.000 habitantes) y, sin embargo,
tiene una de las mayores tasas de encarcelamiento de la eurozona. Según
datos de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, los 70 centros penitenciarios que administra albergan a 60.025 reclusos, de los que uno de cada tres no es de nacionalidad española.
Cifras a las que hay que sumar los 14 centros que dependen de la
Administración de Cataluña (que tiene transferidas las competencias), en
los que están recluídos 10.488 delincuentes. El resultado de estos
porcentajes se puede observar en centros como el de Córdoba, Algeciras o
el de Soto del Real, en Madrid, construidos para acoger en torno a
1.000 reclusos pero en los que viven 1.700, 1.612 y 1.763
respectivamente.
El Ministerio del Interior argumenta que los
centros disponen de 1.008 celdas dobles, por lo que cada una puede
albergar perfectamente a dos presos. Una visión que no comparten los sindicatos, quien
asegura que “los centros están pensados para que haya un interno por
celda y sin embargo, en la mayoría de casos hay dos”.
En el año 2005, Interior anunció que la población penitenciaria había aumentado un 33,4% desde 1996 en
los 66 centros que por aquel entonces gestionaba Instituciones
Penitenciarias. "Este fuerte incremento, unido a la caída del ritmo de
inversión y construcción, ha traído como consecuencia una notable
sobreocupación de los centros penitenciarios", admitía en un comunicado.
El plan que diseñó el Ministerio para paliar el problema consistía en
la creación de 18.000 nuevas plazas en once nuevos centros penitenciarios.
Nunca se construyeron. A día de hoy tan solo cuatro han sido
inaugurados. “Todavía hay muchos en construcción y otros están
terminados pero no inaugurados. El año aún no ha concluido”, aseguran
desde Interior. Una afirmación que no puede comprobarse en la página de
la Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios, en la que, a día de hoy, la pestaña de Obras Terminadas está bloqueada.
Fuentes sindicales han asegurado a El Confidencial
que el número de trabajadores en los centros penitenciarios españoles
está muy por debajo de las necesidades reales y que no se ha tenido en
cuenta el permanente crecimiento de la población reclusa. Asimismo, destaca la escasa oferta de empleo público realizada en 2011,
algo que no se prevé que vaya a mejorar de cara a este año, en función
de los mensajes lanzados desde Interior, que se ha negado a dar una
respuesta al respecto a este periódico. “Instituciones Penitenciarias
cuenta con 24.976 empleados públicos. La ratio con el número de presos
es de 2,41 trabajadores por cada 100 internos. Cifras que no dejan muy
bien parada a España respecto del resto de países europeos, que están
muy por encima”, asegura el responsable del sindicato de prisiones Jesús
Ángel Otín. En Cataluña el ratio es aun peor: tan sólo hay un funcionario de prisiones por cada 150 presos.
¿Por qué hay tantos presos?
La
tasa de encarcelamiento en España es de 159.7 por cada 100.000
habitantes, cifra que según los juristas se incrementará con los años.
¿Está preparada la Administración para recluír a las futuros
delincuentes? A día de hoy, y teniendo en cuenta las cifras, todo apunta
a una respuesta negativa. Según el catedrático en Derecho Penal y
profesor en la Universidad Complutense de Madrid, Fernando Santa-Cecilia,
"la solución pasa por construir más centros o pasar la tijera en las
penas de algunos delitos, para que no en todos los casos pasen por la
cárcel". Opinión que comparte Nieves Martínez, profesora titular de Derecho Penal en la UCM: "Con
la reforma del Código Penal de 2010, que afectó entre otros artículos a
los delitos contra la salud, se rebajó la pena de muchos presos.
Los jueces revisaron de oficio muchas sentencias de los reclusos que
estaban en prisión por tener en su posesión sustancias estupefacientes
en pequeñas cantidades, con lo que muchos quedaron en libertad". “Esto
sirvió para aliviar los centros penitenciarios ya que hay retroactividad
a favor del preso”, añade la profesora.
Las
causas que podrían guardar relación con la saturación de los centros
penitenciarios son la falta de inversión, el endurecimiento de las
penas en algunos delitos como los de violencia doméstica, o la
aparición de nuevos casos tipificados en el Código Penal como, por
ejemplo, las infracciones de tráfico, que ahora pueden castigarse en
algunos casos con penas de cárcel. Hasta 17.617 presos están en centros
penitenciarios por condenas de seis meses a tres años, las mínimas. Y el
delito más común, el de robo, ha llevado ya a la cárcel a 14.499
delincuentes. Otro problema es la prisión preventiva, recurso del que, según fuentes penitenciarias, “se está abusando en exceso”.
Los empleados de prisiones sufren los recortes
A
pesar de todo, han sido precisamente los funcionarios de prisiones los
que más han sufrido los recortes en Cataluña, junto con los Mossos
d'Esquadra y los bomberos. Este mes, varios centenares de empleados
públicos de la Generalitat se concentraron y manifestaron ante las
prisiones barcelonesas de Lledoners, Quatre Camins, Brians y otras
cárceles de Cataluña, en protesta por los recortes de un 15% de la
jornada y el salario de los interinos en las áreas de rehabilitación de
las cárceles catalanas. En un manifiesto, los funcionarios de prisiones han lamentado la intención de Artur Mas "de
recuperar un modelo penitenciario en el que primará solo la custodia y
vigilancia en detrimento de la reinserción y la rehabilitación". No les
falta razón. Cuantos menos trabajadores más difícil se antoja
rehabilitar al preso.
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