El sindicato CSI.F ha anunciado hoy que no va a secundar la huelga general del próximo 29 de marzo porque considera que es "la última herramienta" a la que recurrir una vez fracasada totalmente cualquier otra vía.
A través de un comunicado, el CSI.F ha indicado que, a pesar de que existen razones para estar muy preocupados por el mantenimiento de los derechos de los trabajadores, están abiertos el trámite parlamentario y la negociación de enmiendas a la reforma laboral con los grupos políticos y todos ellos "se han mostrado dispuestos a negociar su posible inclusión".
Una huelga general, considera el sindicato, "no puede utilizarse de forma premeditada para acallar las críticas de inoperancia sindical de los últimos ocho años" y entiende que los sindicatos de clase están "apoyando una determinada posición política para conseguir presión social utilizando a los trabajadores como excusa", ha indicado CSI.F, que se pregunta "por qué no se hace la huelga general en mayo una vez terminadas las rondas de contactos parlamentarios".
Además, se cuestiona por qué no se le convocó como sindicato mayoritario en la Administración Pública y ahora le piden su apoyo para fijar la fecha y proponer enmiendas, lo que le hace pensar que "la decisión estaba tomada desde hace mucho tiempo".
Para la Central Sindical Independiente y de Funcionarios esta huelga es "precipitada e inapropiada", sobre todo porque "las más que claras directrices políticas van a conseguir dividir más a los trabajadores y permitir que el Gobierno legisle a sus anchas".
Para CSI-F las movilizaciones deben estar alejadas de ideologías políticas y no pueden estar guiadas por éstas y su tiempo "no ha llegado aún" pues están pendientes de presentación los Presupuestos Generales del Estado, que pueden llevar a situaciones todavía más complejas que requerirán una merecida respuesta sindical.
"Ese será el momento, una vez conocidos los presupuestos y la reforma laboral definitiva", por ello apuesta por la unidad de acción de forma independiente, sin directrices políticas ni prepotencia sindical de nadie.
A través de un comunicado, el CSI.F ha indicado que, a pesar de que existen razones para estar muy preocupados por el mantenimiento de los derechos de los trabajadores, están abiertos el trámite parlamentario y la negociación de enmiendas a la reforma laboral con los grupos políticos y todos ellos "se han mostrado dispuestos a negociar su posible inclusión".
Una huelga general, considera el sindicato, "no puede utilizarse de forma premeditada para acallar las críticas de inoperancia sindical de los últimos ocho años" y entiende que los sindicatos de clase están "apoyando una determinada posición política para conseguir presión social utilizando a los trabajadores como excusa", ha indicado CSI.F, que se pregunta "por qué no se hace la huelga general en mayo una vez terminadas las rondas de contactos parlamentarios".
Además, se cuestiona por qué no se le convocó como sindicato mayoritario en la Administración Pública y ahora le piden su apoyo para fijar la fecha y proponer enmiendas, lo que le hace pensar que "la decisión estaba tomada desde hace mucho tiempo".
Para la Central Sindical Independiente y de Funcionarios esta huelga es "precipitada e inapropiada", sobre todo porque "las más que claras directrices políticas van a conseguir dividir más a los trabajadores y permitir que el Gobierno legisle a sus anchas".
Para CSI-F las movilizaciones deben estar alejadas de ideologías políticas y no pueden estar guiadas por éstas y su tiempo "no ha llegado aún" pues están pendientes de presentación los Presupuestos Generales del Estado, que pueden llevar a situaciones todavía más complejas que requerirán una merecida respuesta sindical.
"Ese será el momento, una vez conocidos los presupuestos y la reforma laboral definitiva", por ello apuesta por la unidad de acción de forma independiente, sin directrices políticas ni prepotencia sindical de nadie.
AGENCIAS
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