domingo, 4 de septiembre de 2011

Un Gobierno de gorrinos que no respeta la Ley ni las Sentencias Judiciales


Un
ministro de Justicia no puede manipular a los jueces


ALGUNOS de nuestros lectores les puede resultar chocante el torpe aliño indumentario con el que todo un ministro de Justicia aparece en la imagen de nuestra portada. Pero es el signo de los tiempos. Cada uno puede vestir como le plazca, pero lo que resulta intolerable es el falseamiento y la manipulación grosera que hizo ayer Francisco Caamaño de la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en la que concede dos meses de plazo a la Generalitat para que el castellano sea lengua vehicular en las escuelas.

Era previsible que diferentes voces del nacionalismo catalán pidieran a la Generalitat que desobedezca el fallo. También las declaraciones de la consejera de Educación, Irene Rigau, que anunció que va a recurrir. E incluso las de la socialista Carme Chacón, que sostuvo que el actual modelo garantiza «la cohesión social».

Nada de ello resulta sorprendente, pero lo que no era en absoluto previsible y adquiere un carácter insólito en una democracia son las manifestaciones de Francisco Caamaño. El titular de Justicia contradice y malinterpreta el fallo del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, la doctrina marcada por el Tribunal Supremo en reiteradas sentencias y esa reciente resolución del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Dicho auto establece con meridiana claridad que no puede haber discriminación del castellano y que todos los residentes en Cataluña tienen el derecho a elegir esta lengua oficial del Estado como vehicular.

Afirma Caamaño que el modelo vigente en Cataluña es «constitucional» y que el mandato del fallo sólo afecta a «casos concretos y puntuales». Ello es absolutamente falso porque el modelo es inconstitucional y no estamos hablando de casos excepcionales sino de un sistema que se aplica a toda la colectividad. Lo dice el propio Estatuto de Cataluña: «el catalán es también la lengua normalmente utilizada como vehicular y de aprendizaje en la enseñanza». Si el catalán es lo normal, el castellano es lo anormal.

Lo que la sentencia del Tribunal Superior de Cataluña impone es que la Generalitat debe cumplir la sentencia del Supremo que determinaba expresamente «que el castellano debe utilizarse como lengua vehicular en el sistema educativo de Cataluña». La prueba de que ello no es así es que el Tribunal da ese plazo de dos meses para «adaptar su sistema de enseñanza» a este principio constitucional. El fallo dice además que «el castellano no puede quedar reducido en su uso al de objeto de estudio de una asignatura más», que es lo que hace la Generalitat.

Un ministro de Justicia que falsea y manipula de una forma tan descarada las sentencias de los altos tribunales no puede continuar en el cargo. Caamaño merece ser destituido

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YOGUI y BuBú

LOS SINDICATOS, RESPONSABLES EN GRAN PARTE DEL PARO DEMOLEDOR

El día 11 de agosto, Luis María Anson publicó en El Mundo un artículo que, a pesar de las fechas caniculares, provocó debate y copiosa correspondencia electrónica. Lo reproducimos a continuación para conocimiento de los lectores de El Imparcial.

“Por fin, un dirigente español se ha enfrentado con los sindicatos sin tapujos ni veladuras. José Luis Feito, presidente del Instituto de Estudios Económicos, ha declarado que 'las centrales sindicales españolas, con un sindicalismo a veces decimonónico, nos han conducido, en gran parte, a un paro demoledor'.

Los sindicatos son piezas imprescindibles de la democracia pluralista. En nuestra nación, las dos grandes centrales sindicales -CCOO y UGT- facilitaron de forma constructiva y responsable la Transición, defendieron con eficacia los derechos de los trabajadores más desfavorecidos y contribuyeron decisivamente al restablecimiento de la libertad, extirpada en España tras la atrocidad de la guerra incivil. Nicolás Redondo actuó siempre de manera admirable y Marcelino Camacho, sobre todo, fue, con su sentido del Estado y su gran inteligencia, uno de los hombres clave de la Transición.

Desgraciadamente, los sindicatos derivaron después hacia el burocratismo, el negociete y la trapisondería. Más del 90% de lo que administran y gastan las centrales sindicales es dinero público puro y duro que deriva de subvenciones directas o indirectas de las tres administraciones, la central, la autonómica y la municipal. CCOO y UGT arramplan con todo lo que pueden. Hasta de los eres más comprometidos y de los convenios colectivos sacan dinero. Los edificios sindicales se multiplican por toda España y también los empleados, asesores y colaboradores sindicales. En viajes incesantes, trabajadores liberados, cursos de formación, manifestaciones inútiles, propaganda desmesurada y otras muchas camelancias se despilfarra el dinero público, los impuestos con los que se sangra al contribuyente español.

Para justificar todo este delirio de derroche y manos largas, los sindicatos se inventan cada día nuevas exigencias laborales que han arruinado a infinidad de empresas y, sobre todo, que han encarecido nuestros productos perdiendo competitividad. La política de UGT y CCOO ha conseguido que trabajen más bien poco los trabajadores que trabajan; los otros están en el paro. Felipe González resumió la situación de forma certera: “En una gran parte hay que relacionar los salarios con la productividad si queremos competir en los mercados nacionales e internacionales”.

La huelga ciertamente es un derecho fundamental del trabajador. Cuando se instrumenta sin motivo para que los dirigentes sindicales se justifiquen, se convierte en grave disturbio para la economía. Margaret Thatcher aceptaba naturalmente la huelga justificada. Pero dijo con dos tacones: “La huelga, tantas veces injustificada o salvaje, es el azote del pueblo”.

Un diez, en fin, para José Luis Feito. Unos sindicatos de tentación decimonónica, convertidos en burocracia y negocietes, han contribuido en proporción considerable al paro que padecemos. Hay que decirlo así, con claridad. Para Feito, UGT, por ejemplo, se ha convertido en “un instrumento de reparto de prebendas”. No sé por qué los “indignados” no se indignan ante los abusos sindicales. Hay que exigir, en fin, la regeneración de los sindicatos, que pasa por esta premisa sustancial, la cual debería convertirse en ley en el Congreso de los Diputados: las centrales sindicales no podrán gastar un euro más que la cantidad que ingresen a través de las cuotas voluntarias de sus afiliados, voluntariedad que se exigirá también en las empresas públicas. El divorcio entre los trabajadores y los sindicatos se ahonda cada día. A las manifestaciones sindicales solo acuden el pesebre y los liberados, convertidos en agentes de la conflictividad, en distribuidores de arena sobre la maquinaria empresarial… Un abuso más, tal vez el de mayor relieve, de esa actividad sindical que, según José Luis Feito, ha contribuido de forma considerable al paro demoledor”.


Luis María ANSON
de la Real Academia Española

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El lujo asiático de BuBú provoca 'roja indignación' en los del 15-M

Ignacio Fernández BuBú (CC.OO) ha provocado la indignación en el colectivo del 15-M por sus vacaciones en Madeira.

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Nacionalista español, ¿qué pasa?
“El nacionalismo tiene derecho a decidir, nosotros tenemos la obligación de soportarlo. Siempre nos están haciendo un favor y, miren, no: me declaro nacionalista español, o sea, ciudadano de la Nación Española, ¿qué pasa?”
Moncloa al aparato
El 'caso Faisán' no sólo está salpicado Rubalcaba sino también Zapatero.
La factura del zapaterismo
Si no hubiéramos elevado el gasto público, tendríamos un superávit de 14.000 millones
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RubalCARA embustero y payaso











La sorprendente semana en la que el PSOE pidió el voto para Rajoy

Despelote en el PSOE de ZP-RbCb
Por segundo año consecutivo se han podido escuchar fuertes reproches no sólo a Zapatero, sino también a Rubalcaba y al PSOE.
El PSOE planta a los "compañeros" de Rodiezmo
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