domingo, 28 de agosto de 2011

Rubalcaba hace reír de nuevo, intenta ahora desmarcarse de sus actos

Zapatero embustero
EN EL TONO pedagógico con el que intenta transformarse de político profesional puro y duro en profesor universitario, Rubalcaba dio una vuelta de tuerca a su discurso electoral con el siguiente eslogan: «¿Quién ha dicho que endeudarse sea de izquierdas?». Rubalcaba señaló que «cuando un país debe mucho pierde su autonomía política y está en manos de aquellos a quien debe dinero». El análisis es tan correcto, como insólito es que lo diga precisamente él. «Poesía eres tú», cabría responderle en términos de Bécquer. ¿Acaso el ahora candidato no pertenecía al Gobierno cuando se tomaron medidas que incrementaron exponencialmente el déficit? ¿Es que alguien ignora que Rubalcaba fue el valedor de la promoción de Elena Salgado como vicepresidenta económica? En 2007, las cuentas públicas registraron un superávit del 1,9%, en 2009 el ejercicio se cerró con un déficit del 11,1%. Y sólo en 2008, aumentó en siete puntos. Rubalcaba era el hombre fuerte del Gobierno cuando se aprobó el cheque-bebé, que costó hasta su desaparición 3.000 millones; cuando se puso en marcha el Plan E, que dilapidó en balde 8.000 millones; y cuando se anunció la devolución de 400 euros a 13 millones de contribuyentes, que costó a la Hacienda pública 4.100 millones por año. La finaciación extra que Salgado concedió a las comunidades ascendió a 11.000 millones. Si Rubalcaba hubiera aplicado la posición que ahora defiende con tanta elocuencia el Estado se habría ahorrado esos miles de millones.

Él era el hombre fuerte del Gobierno cuando Zapatero dijo que no podía pactar con el PP una salida a la crisis «por razones ideológicas», ya que la izquierda apuesta por «la intervención del Estado» y la derecha por la iniciativa privada. Y también cuando el presidente del Gobierno, el 5 de mayo de 2010 -cuatro días antes de aprobar el más drástico recorte social de la democracia- dijo públicamente tras reunirse con Rajoy que no hacía falta «una reducción drástica del déficit porque se pondría en peligro la salida de la crisis». «Sobre el ritmo de la reducción del déficit quien está equivocado es el PP», añadió. No consta que Rubalcaba advirtiera entonces al presidente que «midiera» el nivel del déficit porque si no, España acabaría perdiendo su «autonomía política». De tal forma que lo que Rubalcaba hace es una enmienda a la totalidad de las políticas llevadas a cabo por el Gobierno del que fue ministro del Interior y vicepresidente.

El candidato socialista está sin duda en una situación muy apurada, con la rebelión de dirigentes socialistas que cuestionan la reforma por considerar que es el final de las políticas de gasto público que la socialdemocracia siempre ha defendido y con los sectores de izquierdas que exigen un referéndum. El 15-M ha convocado para hoy una manifestación en Madrid contra la reforma.

Rajoy ya dejó en evidencia la oposición de Rubalcaba a incorporar el criterio de estabilidad presupuestaria a la Constitución. A diferencia de Zapatero, que apostó de forma clara por el acuerdo de los dos grandes partidos, el candidato socialista intenta que los nacionalistas se sumen a la reforma. Sin embargo, PNV, BNG, ERC y CiU ya han expresado su oposición a un texto que fortalece al Estado e impone exigencias a las comunidades autónomas.

Rubalcaba ataca ahora la política que ha aplicado en el Gobierno

Arremete contra «quien diga que endeudarse mucho es de izquierdas» tras haber avalado desde el Consejo de Ministros un déficit del 11,1%

Zapatero embusteroEl candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, se mostró ayer abiertamente en contra de las políticas de endeudamiento y de excesivo déficit, que curiosamente han caracterizado en esta legislatura al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero al que él ha pertenecido como vicepresidente primero.

Obviando que el déficit en este periodo ha llegado a alcanzar el 11,1%, Rubalcaba desafió a quienes defienden que endeudarse mucho es de izquierdas: «Ya dije el 9 de julio que el endeudamiento excesivo es un lastre para los gobiernos progresistas».

En un acto político en Fuenlabrada, el candidato salió en defensa de la reforma constitucional pactada con el PP, y respondió a las críticas internas y a los colectivos de izquierda que se oponen al acuerdo.

Por ello, Rubalcaba defendió que son necesarias «unas finanzas estables y una deuda pagable», y que no se puede defender que incurrir en mucho endeudamiento sea una política de izquierda.

Para el candidato socialista, la derecha y la izquierda «nos distinguimos por cómo nos gastamos el dinero, por la justifica social que tratamos de imprimir a nuestras acciones», afirmó.

Y siguió retando a los que no comparten esta opinión a los que preguntó: «Pero, ¿quién ha dicho que endeudarse mucho sea de izquierda? Algún sector de la izquierda se manifiesta en contra de la estabilidad, pero quién ha dicho que un partido, que además defiende a los trabajadores, no deba ser el partido que justamente defienda eso. Porque si alguien sabe que la deuda es mala, son justamente los sectores más débiles», añadió.

Por tanto, Rubalcaba fijó unos nuevos criterios de izquierda: «Lo que sí es de izquierda», añadió, «es endeudarse pagando o pudiendo pagar cosas que tienen que ver con el interés general y con políticas sociales. Lo que es de izquierdas es dirimir los objetivos de gasto en función de los sectores más débiles, recaudar ingresos tratando que paguen más quienes más tienen y ordenar los gastos para que estos lleguen a quienes más lo necesitan», insistió.

Todo ello fue la explicación de fondo para defender y justificar, en un tono siempre muy didáctico, la necesidad de la reforma constitucional que esta semana se ha pactado con el Partido Popular, y que sigue sin ser vista con buenos ojos por algunos sectores de su partido.

Rubalcaba recordó las turbulencias que se han producido en los mercados durante este mes de agosto, y en ellas justificó buena parte de la exposición de por qué tenía que hacerse ahora la reforma constitucional y por qué tan deprisa. «Es una medida importante que había que adoptar ahora porque la situación está como está, porque hay una inestabilidad financiera que afecta al dinero que debemos y, sobre todo, a los intereses que nos cobran por lo que debemos».

El líder socialista quiso defender que siempre ha sido partidario de esta política de estabilidad y, aunque olvidó lo ocurrido estos años estando él en el Gobierno, sí recordó que cuando era portavoz parlamentario participó en varios presupuestos donde hubo superávit.

Todo ello, para explicar una y otra vez que el acuerdo era necesario para dar una imagen a los inversores de una España solvente, sólida y que puede cumplir sus compromisos políticos.

«No hay nada que hipoteque más a una sociedad que una deuda que al final te ahogue y te impida ejercer la autonomía política. No hay nada que ahogue más que deber aquello que no puedes pagar. Eso es lo que vamos a poner en nuestra Constitución»», añadió.

Y más allá de los diez minutos de presentación del acto que son en abierto para los medios de comunicación, para recalcar su mensaje político, Rubalcaba sigue con la política de taburete, a poco menos de dos meses y medio para las elecciones. Se siente cómodo dando clases -para lo que es muy bueno- y respondiendo a las dudas de los alumnos. Pero sin cámaras, sin fotos y sin presión mediática.

Así volvió a ser ayer el formato en la Junta Municipal de Loranca, ante poco más de dos centenares de personas. Salvo los presentes, nadie en el distrito de Fuenlabrada sabía si allí se estaba celebrando un acto político con la presencia del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, o un curso de alguna asociación de amas de casa. El encuentro parecía hasta clandestino, pero el candidato sigue defendiendo que esa es su campaña electoral.

Por otra parte, otros líderes del PSOE salieron ayer también en defensa de la reforma constitucional, entre otras cosas, para ir preparando el camino del intenso lunes que les espera a los socialistas y poder garantizar un cierre de filas en las próximas votaciones en el Congreso y el Senado.

Así, el secretario general del PSOE de Castilla y León, Óscar López, destacó la importancia de este acuerdo, «porque es un mensaje claro de que gobierne quien gobierne en España, las administraciones se comprometen a no cometer los errores del pasado», dijo.

El dirigente socialista, al igual que Rubalcaba, indicó que la diferencia entre PSOE y PP no está «en quién gasta más, sino quién gasta más justo. Además, en este sentido afirmó que a quienes piensen que los gobiernos de izquierda acumulan mucha deuda, sólo hay que recordarle que el Ayuntamiento de Madrid o la Comunidad de Valencia son las administraciones públicas más endeudadas, y en ambas está gobernando con mayoría absoluta el Partido Popular.
epsimo y EL MUNDO_____________________

Más improvisación y precariedad
Valeriano Gómez introduce otro parche a nuestra liberticida legislación laboral.
Valeriano Gómez impulsa ahora medidas laborales que él mismo rechazó en su día
Defiende la temporalidad cuando ese era uno de los problemas que pretendía atajar la reforma de 2010. Tras 48 días en el cargo llegó a plantearse la dimisión.
Desnudos de fin de agosto
El zapaterismo ha recibido este agosto su enésimo certificado de defunción
Del cinismo al escarnio
Todo es una pura comedia tanto para el anfitrión como para los invitados.

Zapatero tiene sólo cuatro semanas para completar sus reformas
PUES, ME HAN DICHO FUENTES MOCLOVITAS, QUE LE SOBRAN TRES SEMANAS Y MEDIA
El Gobierno tiene de plazo hasta el 26 de septiembre, cuando se disolverán las Cortes, para despejar si restablece el Impuesto sobre el Patrimonio y grava a las grandes fortunas.

____________________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario