sábado, 18 de junio de 2011

Evadirse entre rejas

La vida en prisión pasa muy despacio y permite, a los que quieren mejorar, recibir formación en talleres y cursos · Los que optan por pasar el tiempo pueden practicar deporte o disfrutar de la oferta de ocio
Las horas pasan muy lentas para los más de un millar de internos del centro penitenciario de El Acebuche. Los días se hacen casi eternos y ocupar el tiempo es una misión obligada, prácticamente una necesidad, para todos los que viven entre rejas. La cárcel pone a disposición de los reclusos día tras día un sinfín de actividades deportivas, formativas, de ocio y culturales que se convierten en la mejor fórmula para evadirse.

Diario de Almería ha visitado la prisión provincial para conocer de cerca a qué dedican los presos su tiempo. A pesar de la crisis y de la caída de pedidos, en la cárcel hay talleres productivos, como el de metálica y carpintería, que dan trabajo, con su correspondiente alta en la Seguridad Social, a más de 200 personas. Muebles, tablas de tenis de mesa, camas, literas, mesas de comedor... la fábrica de El Acebuche es una vía de escape no sólo económica, sino también de escape para los que quieren trabajar mientas cumplen pena. También hay talleres de bollería, panadería, lavandería y cocina que permiten cubrir las propias necesidades de la prisión bajando el coste en empresas externas al mínimo. La oferta educativa es otra de las claves. A lo largo del curso académico pasan por las diferentes clases de enseñanza reglada más de 700 internos. Antes existía un cuerpo de maestros de Instituciones Penitenciarias que en la actualidad cubre la Junta a través de la Consejería de Educación. Además, existen talleres de respeto y convivencia, igualdad de género, abusos sexuales, drogodependencias y resolución dialogada de conflictos orientados a la reinserción social de los presos. También existen cursos ocupacionales, como albañilería e informática, que son un éxito por la demanda, y educación vial. Los reclusos pueden conseguir el carné de conducir al recibir una formación teórica y práctica.

El deporte es otros de los pilares de la estancia en prisión. Más de 200 internos acuden cada día al gimnasio, además de utilizar las instalaciones deportivas. Es más, hay una selección de fútbol que participa en la liga nacional de prisiones.

La cultura entra en la cárcel a través de diferentes expresiones. Obras de teatro, club de la lectura y actuaciones musicales tienen cabida en la agenda de una cárcel muy dinámica. Los internos también pueden llevarse un libro a la cama, gracias a la biblioteca general y a la que existe en cada módulo. Literatura en varios idiomas al alcance de cualquiera. Lo que más se leen son los de poesía, para enviar cartas de amor, y novelas.

Diario de Almería

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