lunes, 21 de marzo de 2011

La Fiscalía solicita que sea inhabilitado durante 10 años

La Audiencia juzga a un funcionario de prisiones de Tahíche para el que piden cuatro años por tortura
La Audiencia juzga a un funcionario de prisiones de Tahíche para el que piden cuatro años por tortura
La Audiencia Provincial juzgará el viernes a las diez de la mañana a Santiago P.S., un funcionario de Instituciones Penitenciarias acusado de un presunto delito de torturas para el que la Fiscalía solicita que se le imponga una condena de cuatro años de cárcel.

El fiscal sostiene que entre las nueve y las diez y media de la noche del 6 de agosto de 2005, el funcionario supuestamente cometió un delito de torturas al hacer el recuento de los internos ingresados el módulo uno de la cárcel de Tahíche.

Asegura que el acusado obligó a los internos “a ponerse de pie apremiándoles con la finalidad de que cumpliesen sus órdenes”. Añade que en la celda número 14 se dirigió a un interno “profiriéndole amenazas”.

En el escrito de acusación, asegura que le dijo: “te voy a coger en prisión y te voy a asesinar”, “donde quiera que vayas te voy a matar”, “mañana por la mañana te rompo la cabeza”, “te voy a dar un palizón que vas a flipar” y “vas a estar comiéndole el culo a la directora”.

Además, el fiscal sostiene que otro interno “al bajar rápidamente de la litera que ocupaba” para cumplir la orden del funcionario de prisiones “sufrió heridas en el pie derecho” al quedársele “atrapado en la cama”.

El fiscal afirma que el funcionario, “tras percatarse de la herida” del preso, le espetó: “jódete, quédate ahí hasta mañana”. Añade que no avisó al jefe de servicio del incidente, “lo que demoró la asistencia sanitaria” que precisaba el recluso herido.

“Sois unos mierdas”

Según el relato de los hechos aportado por la Fiscalía , tras efectuar el recuento del módulo uno del centro penitenciario, el acusado “procedió a golpear con una barra de hierro los barrotes de las celdas con la intención de causar temor en los internos”.

Asegura que, mientras hacía eso, “insultaba” a los reclusos con expresiones tales como “hijos de puta” y “sois unos mierdas”.

El fiscal asegura que tuvo que intervenir el jefe de servicio del centro penitenciario, que necesitó la ayuda de otro funcionario de prisiones que estaba adscrito al módulo dos del centro penitenciario de Tahíche esa noche.

Para el fiscal, el acusado supuestamente cometió un delito de torturas, por el que considera que debe ser condenado a cuatro años de prisión y otros 10 años de inhabilitación para el ejercicio de empleo o cargo público

Un recluso del programa redujo de 22 a dos los intentos de suicidio en un año

Los muros de la prisión agudizan el peor mal de los enfermos mentales: el aislamiento. Tras las rejas este colectivo suele naufragar mucho más que el resto. «La cárcel no es un lugar para personas con trastornos y, lo que es peor, Instituciones Penitenciarias no tiene la obligación de hacer nada para mejorar esta situación, porque sus competencias son otras, sus competencias son reinsertar a infractores», advierte Alfonso Díaz, director de la entidad Morea, la asociación que trabaja con los internos de la prisión de Pereiro de Aguiar desde el año 1999. Este trabajo comenzó como una labor de apoyo a enfermos psíquicos y se ha convertido en una terapia pionera de la que presumen los responsables de Instituciones Penitenciarias.

En Pereiro de Aguiar han exprimido las posibilidades de un programa de prisiones, bautizado como Paiem, y que en breve se extenderá a los cinco penales gallegos. El director de tratamiento, Manuel Antonio García, y el director médico, Luis García Marcos, tienen claro que los resultados que ha dado en Ourense, donde un interno pasó de tener 22 intentos de suicidio anuales a solo dos, radican en que aquí «hemos trabajado todos juntos». Por eso, insisten -cuando los reclaman para exponer su experiencia- en que los equipos no pueden preocuparse solo de su área porque se trata de crear soluciones para apaciguar vidas en las que se combinan problemas mentales, delitos y, muchas veces, drogas.

«Los enfermos mentales que terminan en prisión son casi siempre los que no han tenido apoyos, de sus familias, de su entorno, que han ido al juicio con un abogado de oficio...», enumera la psicóloga Carlota Díaz, que, al igual que los propios responsables de Instituciones Penitenciarias, tiene claro que la prisión no dispone de demasiados medios para este colectivo. «En algunos casos los funcionarios pasan meses antes de alertar de un brote, porque, contrariamente a lo que se cree, son los que menos se hacen notar en la cárcel, pueden estar meses sufriendo, a solas con los delirios en su celda». Aunque, una vez localizados, siguen un protocolo que primero los estabiliza médicamente y después trata de ilusionarlos; ahí es donde las rejas verdes de Pereiro de Aguiar tratan de ayudar con psicología, animales, pintura y árboles.


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AGRESIÓN A UN FUNCIONARIO EN EL C.P. VILLENA

Un funcionario de la prisión de Villena resultó salvajemente agredido el viernes 18 de marzo, a las 19.30, en el módulo de aislamiento.

El interno, que se encuentra clasificado en primer grado (reservado a los internos más peligrosos, que han sido protagonistas de graves incidentes) le pidió al funcionario que le leyera una notificación, momento en el cual aprovechó, sin previo aviso, para asirle por la cabeza y golpearle contra los barrotes de la celda. El interno continuó propinándole puñetazos en los costados mientras agarraba por el cuello al funcionario. Sólo la decidida intervención de un compañero presente consiguió, con grandes esfuerzos, que el interno soltase a su víctima.

El incidente se saldó con un funcionario herido con golpes en la cabeza, contusiones en el cuello y otras partes del cuerpo, a la vez de un corte en la mano derecha. Otro funcionario sufrió lesiones en la muñeca y un tobillo. Ambos fueron atendidos en la enfermería del Centro.

El citado interno, que responde a las iniciales M.B., de 25 años, ingresó en Villena el día 3 de marzo, procedente del centro penitenciario de Sangonera (Murcia), donde ya había protagonizado una agresión similar a otro funcionario de ese Centro.

Para el delegado del sindicato CSI-F, estos hechos no son incidentes aislados, sino que se enmarcan en un incremento generalizado de la conflictividad que se está produciendo en la mayoría de las prisiones, de la que no se libra la cárcel de Villena.

Baste como ejemplo señalar que, justamente el día anterior a los citados hechos, otro interno, J. F., de 29 años, tuvo que ser hospitalizado a causa de una pelea producida entre varios internos del módulo 2, uno de los departamentos más conflictivos del Establecimiento. Dicho módulo cuenta, en la actualidad, con una tasa de ocupación mayor de la que debería, teniendo en cuenta la peligrosidad de los internos que alberga. Esta circunstancia aumenta la probabilidad de que se repitan incidentes violentos, entre internos, o contra los funcionarios.

El delegado de CSI-F desea una pronta y total recuperación de sus compañeros. También espera que se cumplimenten todos los trámites, con la máxima urgencia, para que el interno M.B. sea trasladado a un Centro más acorde con su comportamiento violento.

VILLENA, 19 DE MARZO DEL 2011

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