lunes, 21 de marzo de 2011

Bombardeos que no se detienen con la zona de exclusión aérea libia

Zapatero embustero

LA PRIMERA fase de la operación militar contra el régimen libio concluyó ayer con un rotundo éxito para la coalición internacional. Tras una noche de intensos bombardeos, EEUU confirmó que ya se había establecido una zona de exclusión aérea. Los ataques han anulado casi por completo las defensas de Gadafi y dejaron muy dañadas las columnas de blindados que dirige uno de sus hijos, un durísimo golpe para el régimen. Pero los aliados no se detuvieron ahí y a lo largo de todo el domingo continuaron los ataques contra los leales gadafistas, quienes, a su vez, prosiguieron sus combates en Misrata y en Bengasi, aunque de este bastión liberado se vieron obligados a huir por el hostigamiento extranjero. A nadie sorprende que EEUU y sus aliados -incluida España- no se conformen con la creación de la zona de exclusión aérea -ya casi un eufemismo- y estén yendo con sus acciones cualitativamente mucho más allá de la protección de la población civil. Porque su objetivo último es derribar el régimen libio, aunque es poco probable que se pueda acabar con Gadafi sin intervenciones terrestres. La estrategia bélica ha empezado a producir fricciones en la comunidad internacional. Ayer mismo la Liga Árabe y Rusia denunciaron los bombardeos que habrían causado ya la muerte de decenas de civiles. Así las cosas, estamos ante un escenario de guerra casi total en el que, como vemos, cada parte interpreta el alcance de la Resolución de Naciones Unidas

Pacifistas a sueldo

Zapatero embustero

QUIENES habitualmente tachan de radicales a media España se encuentran hoy ante una más de sus continuas -y muy rentables- incoherencias. Los mismos sindicatos, actores y demás miembros de la Ceja que llenaron las calles hace siete años con su «no a la guerra», los mismos que se sumaron al agit-prop de Rubalcaba para tumbar a Aznar tras el atentado del 11-M y que acusaron al PP de intentar un golpe de Estado en los días previos a las elecciones de 2004, enarbolan hoy el argumento del «mal menor» para defender el respaldo de España a la guerra contra Gadafi.

Absorbidos por la agenda social propia de todo cortesano del oficialismo que se precie, varios integrantes de este colectivo no terminaban de apoyar este sábado al triimputado Garzón, cuando salían en defensa de una guerra que contará con aviones de combate españoles, una fragata, un submarino, casi 500 efectivos y la puesta a disposición de dos bases aéreas. Una serie de datos que en nada les hacía replantear su apoyo tras haber criticado una guerra en Irak en la que la representación estelar española se basó en un buque hospital, otro de aprovisionamiento de combustible y una base.

¿Cómo es posible que sólo 10 horas después de anunciar Zapatero su apoyo a la guerra en Libia, todos los asistentes a un acto que nada tenía que ver con ese motivo, se uniesen como un solo hombre en el respaldo el ataque? Cuando menos deberemos elogiar la impresionante capacidad de coordinación de los socialistas y la insondable sumisión de sus colectivos afines.

Gentes como Cándido Méndez, Toxo, Miguel Ríos, Almudena Grandes o Juan Diego se aglutinaban bajo un mismo argumento: «Esta operación cuenta con respaldo de la ONU». Por cierto, de esa misma ONU que, consumado el ataque, dio respaldo a EEUU en su plan en Irak. Pero qué más da eso. El socialismo les necesitaba y allí estaban ellos.

Zapatero embustero

Porque cuando en plena debacle laboral un Gobierno es capaz de seguir destinando 2.500 millones de euros al año a una supuesta formación que acaba gestionada de forma casi absoluta por CCOO, UGT y CEOE, pues se está dónde se te mande. Y cuando en plena agonía presupuestaria, el Gobierno es capaz de destinar 113 millones al cine español -35 más que en los primeros presupuestos del PSOE-, pues se cierran filas en 10 horas… y en 10 minutos. Y a falta de consigna, como es obvio, que nadie espere ver a ninguno de estos avezados pacifistas el próximo día 9 defendiendo por las calles de Madrid a las víctimas del terrorismo y llamando asesinos a los etarras de Sortu. Porque allí sólo estaremos esos a los que nuestros queridos pacifistas llaman radicales.

epsimo y EL MUNDO____________________


Zapatero llegó a Moncloa en 2004 con el “No a la guerra” y se irá apoyando la intervención en Libia. Pidió a Aznar que se disculpara por su participación en el conflicto de Irak porque fue un “error”. El líder del PSOE acudió a la marcha contra la guerra de Irak.

La única y posiblemente la mejor manera de resolver la guerra de Libia es poner fin a Gadafi. La zona de exclusión aérea no va en esa dirección, sino que acepta que el dictador libio pueda seguir reinando despóticamente en una importante parte de su país.

Como conversos nuevos se han lanzado a lanzar soflamas grandilocuentes.

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