viernes, 25 de marzo de 2011

El fiscal pretende que el chivatazo pase por ser sólo una revelación de secretos

Zapatero embustero

LA FISCALÍA de la Audiencia Nacional defendió ayer lo indefendible al intentar hacer ver que el chivatazo policial a ETA sólo puede tipificarse como una revelación de secretos y no como un delito de colaboración con banda armada, como si quienes facilitaron la huida de los terroristas hubieran actuado de forma análoga al miembro de un tribunal que filtra las preguntas del examen de una oposición. La maniobra del Ministerio Público no sólo intenta rebajar la gravedad del caso, sino arrebatárselo al juez Ruz, que ha demostrado estar dispuesto a llegar hasta el final. Y es que, de admitirse la petición de la Fiscalía, el asunto debería abandonar la Audiencia Nacional para trasladarse a los juzgados de Irún, que pasarían a ser los competentes. El fiscal argumentó ayer que para que exista colaboración con banda armada el autor del delito debe compartir los fines de los terroristas, pese a que hay jurisprudencia que no avala esa tesis. Pero no hace falta retorcer el Derecho para darse cuenta de algo palmario: aquí hay dos bienes jurídicos a proteger, no sólo uno. Además de la confidencialidad -donde se detiene la Fiscalía- está la seguridad de los ciudadanos, y para garantizarla, los agentes tienen la obligación de detener a los terroristas. Suena ridículo tener que proclamar lo obvio. Muy mal tiene que ver el asunto la Fiscalía para dar este paso. Tras haber solicitado el archivo, ayer ya tuvo que admitir que hay elementos suficientes para proceder contra los imputados.

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