Rubalcaba trata de engañar a la juez sobre el 11-M

ESPAÑA no merece un ministro del Interior que se burle de las víctimas del terrorismo. Y eso es lo que viene haciendo Rubalcaba durante un año entero, el tiempo que lleva negándose a entregar la información que, por vía judicial, ha solicitado la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M en su legítima búsqueda de respuestas a lo ocurrido en los atentados de Madrid.

Desde febrero de 2010, se dice pronto, la juez ha tenido que reiterar hasta en cinco ocasiones al Ministerio su petición de que le entregara la normativa que rige para los artificieros, una documentación clave para poder acreditar si el ex jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, incurrió en alguna responsabilidad durante la investigación de la masacre.

El Departamento que dirige Rubalcaba ha contestado ahora, pero de manera deliberadamente incompleta. Por un lado, omite los párrafos de la citada normativa que pueden perjudicar a Sánchez Manzano, pero además sigue sin identificar a los tedax que participaron en la recogida de las pruebas en los trenes y que suplantaron irregularmente, por orden del comisario, a los especialistas de la Policía Científica.

Las víctimas quieren saber, con razón, por qué en el mayor atentado de nuestra historia Interior rompió el protocolo establecido. Esa negligencia -quizás algún día pueda probarse que hubo mala voluntad- determinó el curso que tomó la investigación e impidió, a la postre, establecer el tipo exacto de explosivo que estalló en los trenes.

Rubalcaba ha estado utilizando maniobras dilatorias para no atender la reclamación de las víctimas. El Ministerio llegó a alegar que la normativa de los Tedax contenía información secreta como excusa para no entregarla a la juez, y eso pese a que sí se la facilitó a Sánchez Manzano para que la utilizase en su fracasada demanda privada contra EL MUNDO, causa que sirvió además para que la Justicia dejara acreditada la «veracidad» de nuestras informaciones.

El colmo es que ahora, cuando Interior responde por fin al juzgado -quizás por el temor a que los responsables de no hacerlo acaben siendo imputados por desobediencia-, remite sólo dos párrafos del reglamento de los artificieros con la intención de encubrir al ex jefe de los Tedax, a quien los defensores de la versión oficial del 11-M tanto deben.

Pero además, el Ministerio ha ocultado la Circular 50, que no tiene vuelta de hoja cuando afirma: «Corresponde a la Policía Científica, con carácter exclusivo, el examen, estudio, recogida de cualquier tipo de vestigios, restos, muestras de explosivos, etcétera, hallados en el lugar de los hechos». Esta circular, que aclara y precisa las reglas establecidas en 1989, es de 1993, por lo que el protocolo de actuación estaba perfectamente consolidado en 2004, cuando se produjeron los atentados. ¿Por qué entonces los Tedax asumieron las funciones de la Policía Científica?

Rubalcaba sigue obstruyendo la labor de la Justicia y engañando a las víctimas con las marrullerías que han caracterizado su trayectoria política, ya fuera en los 90 para intentar encubrir los crímenes de los GAL, ya para tratar de impedir hoy que pueda actuarse en contra de uno de sus protegidos o que se conozca la verdad del chivatazo a ETA.

La ejemplaridad en política es clave para desempeñar determinados cargos. Qué no decir cuando hablamos de quien está al frente de la Policía, de la Guardia Civil y del CNI. Pues bien, hoy se sienta en el Ministerio del Interior alguien que trata de engañar a la Justicia en detrimento de las víctimas del terrorismo.

epsimo y EL MUNDO___________________________

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