El reino de España propició el primer asentamiento de negros libres que hubo en EEUU, un hecho no demasiado conocido, clave en la historia de los afroamericanos y a la espera de que algún productor cinematográfico se anime a llevarlo a la gran pantalla.
Sin duda, la historia de Fort Mose, Gracia Real de Santa Teresa de Mose en su denominación española, es digna de una gran superproducción hollywoodiense.
En el año 1738, más de un siglo antes de que la esclavitud fuera abolida en Estados Unidos, cerca de un centenar de negros provenientes de Carolina del Sur se establecieron al norte de la colonia española de San Agustín, Florida, la ciudad más antigua de América del Norte (1565).
En Fort Mose vivieron como hombres libres. A cambio, debieron abrazar la fe católica y jurar fidelidad a la corona española.
Siendo el gobernador de Florida Manuel Montiano se le dio reconocimiento oficial al asentamiento, formado por una veintena de viviendas, aproximadamente.
Interés, no altruismo
La razón de que la corona española -en cuyos territorios también estaba permitida la esclavitud, aunque fuera en unos términos menos duros que en territorio británico- actuara de esta forma se explica claramente por intereses propios.
En medio de un clima de disputas entre españoles, franceses e ingleses por el territorio de la costa este de lo que hoy es EEUU, prometer libertad a esclavos provenientes de terrotorio británico era una forma de debilitar económicamente al enemigo, al tiempo que se conseguía fieles defensores de la frontera establecida.
Desde mucho antes de que se oficializara el asentamiento, un goteo incesante de esclavos huidos había estado llegando ya a San Agustín. Oficialmente, los primeros fugados, ocho en total, encontraron refugio en territorio español en 1687. El rey Carlos II, en 1693, ordenó que se diera asilo y libertad a cuantos llegaran.
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