.Javier Guerrero, el ex director general de Trabajo y Seguridad Social
en prisión por la trama de los ERE, desmintió ayer a Manuel Chaves y
aseguró que sí se reunió con el ex presidente de la Junta de Andalucía
«cuando él lo ha requerido». Fue su única respuesta a un largo
cuestionario formulado por el PP en el seno de la comisión de
investigación sobre la trama en el Parlamento andaluz.El 8 de marzo pasado, en los pasillos del Congreso de los Diputados, el ex presidente del Gobierno andaluz había declarado a la agencia Europa Press: «El señor Guerrero, al que no conozco y con el que no he cruzado nunca una palabra, no representa un mínimo referente de credibilidad, así que no hay por qué contestarle». Esos días, Guerrero estaba declarando ante la juez Mercedes Alaya, donde dijo que el Consejo de Gobierno y el presidente andaluz conocían las ayudas y la dinámica del fondo de reptiles.
Además, el ex director general de Trabajo y Seguridad Social señaló que siempre trabajó siguiendo órdenes de superiores y que «nadie, absolutamente nadie, durante 10 años» le dijo que actuara de manera distinta a la que en su día se le «instruyó». «Tampoco nadie varió el procedimiento después de mi cese», defendió Guerrero en una alocución inicial de tres minutos ante la comisión de investigación.
La
madrugada del 10 de marzo, Guerrero ingresó en prisión y ayer, cinco
meses y medio después, desmintió a Chaves cuando la diputada del PP
Teresa Ruiz-Sillero le preguntó cuántas veces conversó o se reunió con
el ex presidente en los nueve años en que fue director general y si
alguna vez se vieron en la sede del PSOE para tratar asuntos de la
dirección general.
Guerrero realizó un gesto con la cabeza que la comisionada popular interpretó como un sí y, cuando el ex alto cargo comenzó a responder verbalmente, fue interrumpido por el presidente de la comisión, el diputado de IU Ignacio García, lo que motivó la protesta del PP.
Finalmente, a pesar de que había anunciado que no contestaría a ninguna pregunta, y mientras se oía de fondo la voz de su abogado pidiéndole que no respondiera, Guerrero dijo: «No me he reunido nunca con el presidente, salvo en las instituciones de la Junta de Andalucía y nada más, cuando él lo ha requerido».
Si bien Guerrero trató de matizar que nunca se reunió con Chaves en la sede del PSOE, como preguntaba el PP, lo que hizo en realidad fue desmentir la versión del ex presidente andaluz, que aseguró que no lo conocía ni habló con él, pese a haberlo mantenido casi nueve años como director general de Trabajo y Seguridad Social, de septiembre de 1999 a abril de 2008, con tres consejeros distintos de Empleo.
El ex alto cargo desveló que ha perdido toda relación con miembros de anteriores gobiernos de la Junta de Andalucía. «No me habla nadie», dijo en un alegato final en el que respondió también a algunas de las cuestiones que le plantearon los grupos políticos PP e IU.
Guerrero sólo entró a responder directamente dos cuestiones, la del PP sobre sus reuniones con Chaves y otra de IU sobre el gasto de dinero del fondo de reptiles en cocaína, fiestas y copas, como declaró en sede judicial su chófer Juan Francisco Trujillo, también en prisión por la trama de los ERE.
El ex director general de Trabajo y Seguridad Social, que escuchaba atentamente las preguntas que estaba formulándole la diputada de IU Alba Doblas, rompió su silencio para protestar. «¿Lo niega?», le espetó la comisionada cordobesa.
«Todo el mundo me tiene, y me tengo, por una persona jovial», comenzó a contestar Guerrero, que aprovechó el momento para desmentir una de las críticas más duras que ha recibido, la que le lanzó el presidente de la Diputación de Sevilla, el socialista Fernando Rodríguez Villalobos, que lo llamó «putero, chorizo y drogadicto».
«Ni he sido un putero, ni me he dedicado a la drogodependencia. Me tomo las copas que me apetece, donde me apetece y con quien quiero. Hago las cosas de cualquier persona normal», señaló Guerrero. «Sé lo que vale un paquete de Marlboro, un gintonic y ya está. No me ha dado por comprar un porro», aseguró ante la comisión.
Guerrero realizó un gesto con la cabeza que la comisionada popular interpretó como un sí y, cuando el ex alto cargo comenzó a responder verbalmente, fue interrumpido por el presidente de la comisión, el diputado de IU Ignacio García, lo que motivó la protesta del PP.
Finalmente, a pesar de que había anunciado que no contestaría a ninguna pregunta, y mientras se oía de fondo la voz de su abogado pidiéndole que no respondiera, Guerrero dijo: «No me he reunido nunca con el presidente, salvo en las instituciones de la Junta de Andalucía y nada más, cuando él lo ha requerido».
Si bien Guerrero trató de matizar que nunca se reunió con Chaves en la sede del PSOE, como preguntaba el PP, lo que hizo en realidad fue desmentir la versión del ex presidente andaluz, que aseguró que no lo conocía ni habló con él, pese a haberlo mantenido casi nueve años como director general de Trabajo y Seguridad Social, de septiembre de 1999 a abril de 2008, con tres consejeros distintos de Empleo.
El ex alto cargo desveló que ha perdido toda relación con miembros de anteriores gobiernos de la Junta de Andalucía. «No me habla nadie», dijo en un alegato final en el que respondió también a algunas de las cuestiones que le plantearon los grupos políticos PP e IU.
Guerrero sólo entró a responder directamente dos cuestiones, la del PP sobre sus reuniones con Chaves y otra de IU sobre el gasto de dinero del fondo de reptiles en cocaína, fiestas y copas, como declaró en sede judicial su chófer Juan Francisco Trujillo, también en prisión por la trama de los ERE.
El ex director general de Trabajo y Seguridad Social, que escuchaba atentamente las preguntas que estaba formulándole la diputada de IU Alba Doblas, rompió su silencio para protestar. «¿Lo niega?», le espetó la comisionada cordobesa.
«Todo el mundo me tiene, y me tengo, por una persona jovial», comenzó a contestar Guerrero, que aprovechó el momento para desmentir una de las críticas más duras que ha recibido, la que le lanzó el presidente de la Diputación de Sevilla, el socialista Fernando Rodríguez Villalobos, que lo llamó «putero, chorizo y drogadicto».
«Ni he sido un putero, ni me he dedicado a la drogodependencia. Me tomo las copas que me apetece, donde me apetece y con quien quiero. Hago las cosas de cualquier persona normal», señaló Guerrero. «Sé lo que vale un paquete de Marlboro, un gintonic y ya está. No me ha dado por comprar un porro», aseguró ante la comisión.
epsimo y EL MUNDO
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