jueves, 21 de junio de 2012

A once puertas del 'mundo real'

  • Un documental indaga en el día a día del Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla
  • La cinta da voz a los miembros de su compañía teatral, 'Estrellas en silencio'
  • Los internos critican la falta de medios les impide volver a la sociedad
  • 'La cárcel no es un lugar para devolver la salud a nadie', dicen los autores
Once puertas separan a los casi dos centenares de internos del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla del 'mundo real'. Once puertas, once rejas, once candados y un abismo. "La cárcel, como lugar de rehabilitación, no existe", dice uno de los protagonistas del documental 'Entre-acto', el último trabajo de los sevillanos Juan José Moreno y Manuel Huete.
'Entre-acto' se adentra en los muros de la prisión de Sevilla y da voz a los ocho componentes del grupo de teatro 'Estrellas en silencio' mientras ensayan dos obras de Chéjov, 'El oso' y 'Cirugía', y el monólogo 'Las voces en su laberinto', escrito por un enfermo de esquizofrenia. El teatro es un taller terapéutico -dice el papel oficial-, como la jardinería, la marquetería y la alfarería.

El teatro, como excusa

Pero el teatro aquí es una metáfora. Y también una excusa. "Porque la cárcel no es un lugar para devolver la salud a nadie", confiesa Juan José Moreno. Los ocho componentes de 'Estrellas en silencio'’cuentan a la cámara cómo la vida se les torció un día inesperado: algo estalló ahí en el cerebro. El cortocircuito les llevó al delito, y el delito al 'chabolo', a la celda.
Uno de los actores de la compañía del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla explica cómo, antes de intentar suicidarse, acabó con la vida de su padre y su hermano con síndrome de Down; que le condenaron a 24 años de internamiento de los que lleva cumplidos 14 y que el centro es, en realidad, un callejón sin salida. La falta de recursos -pisos tutelados, residencias-–les obliga a cumplir la pena íntegra entre rejas, lo que no le ocurre ni al peor criminal.
'La cárcel no es un lugar para devolver la salud a nadie', sostienen los autores del documental
Moreno y Huete han rodado varios meses en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla, tras lograr un permiso del Ministerio del Interior. "Nos autorizaron tras varios intentos", explican. "Hemos tenido libertad, pero, claro, cuidando ciertos detalles". Ni rejas, ni vallas, ni desorden. Un ejemplo: sólo pudieron grabar en el comedor del centro una vez que quedaba limpio tras el almuerzo.
Otro tanto les ocurrió en el patio del centro, que preside un inmenso mural del Guernica. "Nos pidieron que no sacásemos las vallas que lo coronan", comentan Moreno y Huete, que ya desvelaron muchas de las claves de la vida del pintor Ocaña en 'La memoria del sol'. Pese a todas estas "peculiaridades", los realizadores agradecen el apoyo de los jefes de servicio, coordinadores, auxiliares de enfernería, celadores y trabajadores del centro.

Colaboraciones 'especiales'

Además, 'Entre-acto' ha contado con colaboraciones especiales. Los actores de la compañía teatral han participado en tareas técnicas del documental, desde la cámara fija a la regiduría. Además, uno de los internos del Hospital Psiquiátrico Penitenciario ha compuesto la música original y otro se ha encargado de una breve animación incluida en el metraje del documental, que alcanza las dos horas.
Un fragmento extenso de 'Entre-acto' ya se proyectó el pasado 30 de mayo en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla "con muy buena acogida", apuntan Juan José Moreno y Manuel Huete. Tras varios meses de rodaje, la empatía de los autores del documental con los internos surge cada poco en la conversación con el periodista: "Al finalizar la proyección, se me acercó uno de ellos y me dice: 'Pues yo creo que tú tienes más cara de loco que yo'. Lo mejor es que no supe qué decirle...".
 

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