EL FUTURO presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, podrá rehacer
los consejos de administración del grupo para eliminar a los políticos y
sindicalistas de los órganos de gobierno. No es una exigencia de la
legislación, pero tiene todo el sentido que una vez Bankia es un banco
cotizado, con accionistas, sea administrado por expertos en el sector
financiero y no por representantes de esas cuotas de poder político y
social que, como salta a la vista, no han sido capaces de enderezar el
rumbo de la entidad financiera. Un concejal del Ayuntamiento de Madrid,
un diputado autonómico o un dirigente sindical es posible que sean muy
buenos en su trabajo, pero poco podrán aportar sobre la conveniencia de
asumir un determinado riesgo al conceder un crédito o sobre la
definición de la estrategia comercial del banco. Si Goirigolzarri
acierta en la elección de su equipo, Bankia tendrá tanto ganado para su
reestructuración como con las ayudas que previsiblemente recibirá del
Estado. Y la decisión de retirar de los órganos de gobierno a políticos y
sindicalistas debería ser condición sine qua non para conceder a las
cajas las ayudas públicas que soliciten.
epsimo y EL MUNDO
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