Valderas promete en Andalucía «resistencia» y «lucha en la calle»
LA REELECCIÓN de Griñán en Andalucía se materializó ayer gracias a los
votos de IU. Ese apoyo, determinante, esboza inquietantes resultados.
Para empezar, la coalición de izquierdas ya le ha impuesto al presidente
que en el sector público no rija la reforma laboral. Esa actitud
disparatada e irresponsable de IU hace prever conflictos entre los
gobiernos regional y central, pero también serias dificultades con su
socio a lo largo de la legislatura. Griñán, consciente de que está
maniatado, ha sido muy poco concreto en sus compromisos con la
ciudadanía. El propio acuerdo con IU no pasa de ser un esbozo de buenas
intenciones, un catálogo de iniciativas que obvia la Ley de Estabilidad
Presupuestaria, como si el rigor en las cuentas fuera ajeno al
territorio andaluz. Y así lo parece, porque en su discurso de
investidura, Griñán anunció una especie de nuevo Plan E de 200 millones
de euros para contratar a jóvenes y parados de larga duración con el
vaporoso objetivo de cuidar y repoblar montes. La medida contradice la
política general de contención del gasto y recuerda vicios del pasado.
Por si todo ello fuera poco, Valderas, líder de IU en la región,
prometía ayer «resistencia» a los recortes aprobados por el Ejecutivo
central y no dudaba en abogar por «la lucha en la calle». Esa actitud
beligerante y de trinchera es la que menos conviene a una región con
graves dificultades financieras, con un 33% de paro y con un problema de
corrupción no resuelto. Son demasiados ingredientes inflamables como
para ser optimistas con el periodo que se abre en Andalucía.
epsimo y EL MUNDO
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