Reproduzco a
continuación el editorial del semanario "El Jueves, la revista que sale
los miércoles" publicado en el nº 1817 de esta semana, dedicado a los
trabajadores públicos. Para una vez que alguien nos defiende, no puedo
dejar de reproducirlo y darle difusión. Amigos: ¡Comprad el jueves!
Los funcionarios son esos señores y señoras que un buen día aprobaron
una oposición en busca de un empleo estable. Su sueldo era seguro, pero
escasito. Es más, cuando estalló ese tsunami de falsa prosperidad y este
país se llenó de nuevos ricos, su sueldo, en comparación, era
claramente una puta mierda. No obstante, la gran ventaja que tenían
(esto lo valoran ahora) era que nadie se metía con ellos: en todo caso,
si alguien les señalaba, era para compadecerse de su pobreza.
Mira ese pringao: veinte años en la Administración, y gana al mes la
cuarta parte de lo que yo saco en mi empresa sólo en horas extras.
Pero un día la crisis estalló y España, que estaba a punto de adelantar a
Francia, según ZP, luego de haber pasado a Italia, empezó a irse al
carajo. Resulta que la economía de este país se había basado casi única y
exclusivamente en una burbuja inmobiliaria que nadie quiso pinchar a
tiempo, y, cuando explotó, lanzó de golpe contra las oficinas del INEM a
tres millones de parados. La recaudación fiscal cayó en picado y, como
al mismo tiempo aquí se había despilfarrado en obras absurdas lo que no
está escrito, corrupciones aparte, la deuda y el déficit se dispararon,
se empezó a hablar de quiebra y el gentío volvió la cabeza hacia los
culpables de tanta ruina: los jodidos funcionarios, que cada mes se
llevan a casa su sueldo calentito, un sueldo que ahora, en comparación
con tanto "ni-mileurista" como hay, es muy apetecible.
"¡Es que la partida destinada al pago de las nóminas de los empleados
públicos no deja de crecer!", protesta el gentío. Y lleva razón: tanto
en la Administración Central , como en la Autonómica y la
Local, cada día hay más gente colocada a dedo y más asesores. Los
funcionarios de carrera, o sea, por oposición, no crecen porque sus
bajas ya no se cubren, pero cada vez hay más enchufados.
Los gobernantes lo tienen muy fácil a la hora de estrangular a los
funcionarios: el gentío ha sentenciado que hay que ir a por ellos. El
gentío no distingue entre el burócrata que no da un palo al agua en su
negociado (¿para qué estará la inspección, oyes?) y el médico que no da
abasto en urgencias, y los dos son funcionarios. Por eso los empleados
públicos lo van a pasar francamente mal en lo que queda de crisis. ¡Les
van a recortar hasta la calderilla!
-A ver, usted que tenía diez trienios, a veinte euros el trienio, va a pasar a tener cinco, a diez euros la unidad.
-¿Lo qué?
-Es que Bruselas nos ha dicho que a partir de ahora cada trienio tenga
seis años. ¡Todo sea por rebajar el déficit, hombre, no ponga esa cara!
Si por el gentío fuera, incluso habría que fusilar a muchos funcionarios
al amanecer, así nos ahorraríamos hasta sus futuras pensiones. Pero
tampoco hay que pasarse. A no ser que el déficit se resista, claro.
Editorial publicado en "El Jueves" del 21 de Marzo de 2012.
No hace falta ser muy listo, ni ser del jueves ... hace más de 2 años ya escribí yo esto ... http://puxaalonso.wordpress.com/2010/03/02/administracion-publica-del-s-xxi-vs-crisis-economica-del-s-xxi/
ResponderEliminarNo hace falta ser muy listo, ni ser del jueves ... hace más de 2 años ya escribí yo esto ... http://puxaalonso.wordpress.com/2010/03/02/administracion-publica-del-s-xxi-vs-crisis-economica-del-s-xxi/
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