José Flores/ Miembro de la Asociación Catalana de Padres Separados
(ACAPASE).- Son datos oficiales sobre los que ya trabaja el nuevo
Gobierno. La inmensa mayoría de las mujeres muertas en España en manos
de sus parejas son extranjeras. Sólo una de cada siete asesinadas es
española. Se comprende ahora por qué las muertes no han dejado de
aumentar en los últimos años, pese al conjunto de medidas legales,
policiales y sociales que se han dispuesto para atajar esta lacra. Y es
que las víctimas suelen proceder de países donde las vidas humanas no
valen nada, especialmente las femeninas.
No es casualidad, por tanto, que la percepción generalizada de que ha
aumentado la delincuencia y la criminalidad en España, haya coincidido
con la llegada en la última década de casi diez millones de inmigrantes.
Con los datos en la mano, parece evidente que existe una relación
directa entre la avalancha inmigratoria y el estratosférico aumento de
la delincuencia, la criminalidad y, por tanto, los asesinatos de
mujeres. En cualquier caso, debo puntualizar que muchos inmigrantes que
han llegado a nuestro país han venido a ganarse honradamente la vida.
Pero no es menos cierto que también muchos lo han hecho con intenciones
de lo más indignas.
¿Por qué Zapatero y su Gobierno ocultaron este dato, cuando seguro
que lo conocen desde hace años? ¿Por qué las progresistas y los
‘progresistos’ se han puesto de acuerdo para criminalizar a los varones
españoles? Creo que es hora de que todos nos plantemos de una vez ante
esta política de enfrentamiento sexual constante. Porque si bien es
cierto que no debería de haber ni un solo maltrato, no lo es menos que
los hombres y las mujeres deberíamos de estar unidos contra este dogma
gubernamental que, en el fondo, sólo persigue el ancestral “divide y
vencerás”.
Además, aprovechando la actual coyuntura ultrafeminista de acoso y
derribo al varón, muchas mujeres están presentando denuncias falsas de
malos tratos en los juzgados, para así dejar literalmente en
calzoncillos a sus parejas. De hecho fue una mujer, abogada para más
señas, la que me dijo hace un par de años que en España la inmensa
mayoría de las denuncias por malos tratos son falsas. Y lo mejor de todo
es que dichas farsantes pueden presentarse como víctimas y acusar a sus
parejas masculinas de auténticas barbaridades porque, aunque todo sea
mentira, no suelen sufrir consecuencia legal alguna, pese a haber
intentado arruinar la vida de esos hombres inculpándolos de gravísimos
delitos.
En definitiva, que en España las víctimas reales muy pocas veces
denuncian, mientras que los juzgados de violencia de género están
colapsados con denuncias falsas. Me parece que algo muy grave está
ocurriendo aquí, cuando miles de mujeres están utilizando una lacra
social tan vergonzante para conseguir acaparar bienes y custodias. Y es
que, lamentablemente, en muchos casos son las propias mujeres quienes,
con infinita frivolidad, están jugando con un fuego que en la última
década ha quemado y matado a cientos de mujeres en nuestro país, casi
siempre extranjeras.
- Alerta Digital
No hay comentarios:
Publicar un comentario