Sin embargo, los detalles que hoy revela EL MUNDO introducen elementos adicionales de sospechas sobre la conducta del titular de Fomento y portavoz del Gobierno. Blanco citó a Dorribo en una gasolinera de Lugo -antes de participar en un encuentro con empresarios- y le hizo subir a su coche oficial para hablar de las ayudas que el industrial farmacéutico había solicitado al Ministerio de Sanidad.
El ministro admite el encuentro en la gasolinera de Guitiriz, pero niega que hiciera gestiones ante la ministra Pajín, tal y como le había pedido su interlocutor. Es ciertamente inaudito que un ministro del Gobierno cite a una persona en una gasolinera para hablar en el coche de subvenciones públicas.
No podemos saber quién dice la verdad, si el empresario o el ministro, por lo que la presunción de inocencia del portavoz está intacta desde el punto de vista penal. Será la juez quien tendrá que decidir si eleva el asunto al Supremo por la implicación de un miembro del Gobierno, una vez que lo que afecta al ex conselleiro y al dimitido parlamentario del PP ha recalado en el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
Sin embargo, ya sólo citar a un empresario en una gasolinera para hablar de ayudas públicas porque se lo pide un primo suyo es una conducta imprudente y atolondrada que merece una exigencia de dimisión. Pero es que además hay otras circunstancias que le emplazan a ello. La primera es la dimisión ayer mismo del parlamentario autonómico del PP Pablo Cobián -a quien el empresario asegura que también dio dinero-. Cobián renunció de forma preventiva a su escaño a pesar de declararse inocente con el fin de no perjudicar a su partido. La segunda tiene que ver con el listón ético, político y moral que el propio vicesecretario del PSOE estableció a propósito del caso Gürtel, que llegó a considerar «una marea negra de corrupción» que salpica a Galicia y a todas las comunidades del PP.
La situación política en la que se encuentra Blanco es muy parecida a la que afrontó Francisco Camps cuando trascendió su relación con El Bigotes. Huelga decir que el vicesecretario del PSOE exigió en el minuto uno la dimisión del entonces presidente valenciano. En aquel momento dijimos que la responsabilidad penal sobre el asunto de los trajes correspondía establecerla a los tribunales, aunque por su imprudencia y atolondramiento al entablar una estrecha relación con una persona que resultó ser parte de una trama de corrupción, Camps debía dimitir. Ahora decimos exactamente lo mismo de José Blanco, el gran inquisidor ahora obligado a medirse por el mismo rasero que aplicó a sus adversarios
Según declaró el empresario ante la juez, el ministro le dijo: «Si te portas bien conmigo, yo me portaré bien contigo»
Blanco admite que Dorribo le pidió entonces que hiciera gestiones ante Sanidad pero sostiene que luego no las hizo
El ministro de Fomento y número dos del Partido Socialista, José Blanco, mantuvo varias reuniones con el empresario farmacéutico Jorge Dorribo, que le ha acusado ante la juez de haber cobrado comisiones a través de su primo Manuel Bran.
El sábado 5 de febrero de este año, Blanco había acudido a La Coruña para la firma de dos convenios entre el Ayuntamiento de la ciudad y la empresa pública Adif que suponían la construcción de un paso inferior peatonal en la línea Betanzos-Ferrol y de una senda litoral entre las localidades de San Valentín y Maniños.
Ese mismo día, Bran, primo político de Blanco, llamó al ministro desde su teléfono móvil (intervenido por orden judicial, según fuentes solventes), para decirle que el empresario Dorribo quería hablar con él.
El ministro aceptó la entrevista y quedó en recoger a Dorribo en la gasolinera de Guitiriz (Lugo), situada junto a la A-6, muy cerca de la localidad de Parga.
En efecto, el empresario le aguardó allí y Blanco acudió a la cita en su coche oficial, que iba seguido de un automóvil de escolta y precedido por una unidad de la Guardia Civil.
Según fuentes de la investigación, una vez en el coche del ministro Dorribo le preguntó cómo iban las gestiones para la concesión de ayudas del Ministerio de Economía, a lo que Blanco respondió que iban bien. El empresario afirmó ante la juez que el ministro le dijo: «Si te portas bien conmigo, yo me portaré bien contigo».
A renglón seguido, Dorribo le pidió al ministro que agilizara las gestiones para la autorización de los medicamentos en unidosis, que el empresario había solicitado al Ministerio de Sanidad. Según las mismas fuentes, Blanco se comprometió a hablar con Leire Pajín sobre el asunto. El ministro Blanco, en conversación con EL MUNDO, reconoció que, en efecto, había recogido en dicha gasolinera ese día a Dorribo, y que éste le pidió que hiciera gestiones ante la ministra de Sanidad. «Pero yo no hice después ningún tipo de gestión ante el Ministerio», concluyó.
El caso es que, después de la conversación, el ministro y el empresario acudieron cerca de Parga a comer un cocido junto a otros empresarios lucenses, entre los que se encontraban los propietarios de la consultora Proitec, Carlos Monjero y Javier Rodríguez, también imputados en la operación Campeón, que dirige la juez Estela San José, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo.
Dorribo también declaró que este mismo año almorzó con el ministro de Fomento en casa del citado Javier Rodríguez, en la localidad de Parga.
Durante su confesión ante la juez, Dorribo insistió en que el dinero que pagaba en efectivo y a través de facturas infladas a Manuel Bran, propietario de la empresa Electricidad Espiñeira y Bran, tenía como destinatario al ministro José Blanco.
El proyecto más ambicioso que tenía Dorribo en marcha consistía en la creación de una empresa para la exportación de medicamentos ubicada en Andorra. La sociedad, de hecho, se constituyó este año con el nombre de Salud Innovació 12. Entre los accionistas, además del propio Dorribo (la que figura en el Registro es su hija), estaban los propietarios de Proitec, Carlos Monjero y Javier Rodríguez; el vicepresidente de Azcar, José Antonio Orozco, y Xoan Bazarra, el supuesto testaferro del diputado y ex conselleiro del BNG Fernando Blanco. Bazarra figura, además, como gerente.
La idea era lograr la exclusiva de la retirada de los medicamentos de todas las farmacias de España (para lo que necesitaban la ayuda de Sanidad) y reutilizar dichas medicinas para exportarlas a países del Tercer Mundo a través de su empresa.
Según Dorribo, el ministro de Fomento conocía ese proyecto. De hecho, afirma, al hilo de esa conversación, que Blanco le había dicho que él suele ir a esquiar a Andorra.
El empresario imputado se había convertido en un importante distribuidor de medicamentos. Tenía multitud de acuerdos con farmacias que atravesaban problemas financieros. Les ofrecía ayuda para pagar sus deudas a cambio de que pidieran grandes cantidades de medicinas a los fabricantes para, posteriormente, cedérselas a Laboratorios Nupel, que se dedicaba a exportarlas.
Laboratorios Nupel fue beneficiada con importantes ayudas. En diciembre, a través del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), logró un crédito de 2,9 millones de euros en condiciones muy favorables del Banco Europeo de Inversiones. El propio Igape le concedió el pasado 18 de marzo una ayuda de 992.942 euros. El Ministerio de Economía le otorgó en esas mismas fechas otros 467.267 euros.
DESPILFARROS Y CORRUPTOLANDIA:
... Pajín gasta casi un millón de euros en una semana
El objetivo, dar servicios de asesoramiento ciudadano para la elaboración de planes de igualdad.
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El Senado se gasta un millón en ordenadores
Blanco citó al empresario Jorge Dorribo en su coche oficial en una gasolinera
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