La Diputación de Sevilla: La perversión institucional, 2
Casi un 61% de los españoles cree que Blanco debería dimitirEl portavoz del Gobierno lleva tres años atacando al PP por Gürtel. Con el ‘caso Campeón’ ha desaparecido su firmeza anticorrupción.
El señor Blanco ha caído en una trampa para osos que él mismo ha ido preparando con enorme exigencia y dedicación, y no podrá salir de este asunto sacudiéndose el polvo de su traje ministerial, como si nada.
LA GACETA habló ayer con la esposa a las puertas de su casa, una modesta vivienda de planta baja situada a la entrada de la aldea. “Esto es una pesadilla –dijo–. Lo estamos pasando muy mal”.
TVE no informó al admitir el juez la querella contra Bono. ‘El País’ puso nombres y cifras a los ‘sponsors’ de Almenara. ‘Libertad Digital’ destacó que ese negocio le reportaba al ex ministro más de 300.000 euros al año no declarados.
El PSOE se pone muy nervioso ante las acusaciones de Dorribo
La juez ya había incorporado al sumario esa contabilidad cuando se produjeron en Lugo los robos de los ordenadores de los administradores concursales de las empresas de Dorribo, encaminados casi con toda probabilidad a borrar esas pistas.
No cabe descartar que esos apuntes contables sean falsos, pero no hay duda de que constituyen una base concreta para que el Tribunal Supremo pueda investigar si la juez le remite las actuaciones. Lo que es cierto es que, de momento, esa contabilidad corrobora la versión de Dorribo, que, sea cual sea su conducta pasada, se ha autoincriminado de la comisión de un grave delito al acusar a Blanco y a su primo. Por eso es creíble lo que ha dicho. Pero es que, además, Dorribo afirmó que había otros dos políticos -uno del PP y otro del BNG- que habían aceptado sus sobornos y los dos ya han dimitido.
Por ello, sorprende la falta de cautela del PSOE, que ayer cerró filas para defender al ministro de Fomento. Da la sensación de que sus dirigentes se han puesto muy nerviosos con este asunto. Sólo así se entiende una reacción tan melodramática como la de Rubalcaba, que se sintió obligado a señalar ante los padres de Blanco: «tenéis un hijo honesto». Cualquiera diría que los padres dudaban de su honradez.
Rubalcaba no tiene ninguna autoridad para defender a su compañero de partido, porque es un político al que se le ha pillado una y otra vez en mentiras flagrantes. No hay más que recordar su actuación como portavoz del Gobierno en la etapa de los GAL. O cuando negó contra toda evidencia que la juez hubiera dado un plazo de 10 días a Interior para entregar una información relativa a los Tedax de Sánchez Manzano.
Tampoco es buena la línea de defensa adoptada por José Blanco que ayer aseguró de nuevo «ni hay caso ni lo habrá». Esas fueron las mismas palabras de Felipe González sobre los GAL y Barrionuevo y Vera acabaron condenados a 10 años de cárcel.
Blanco ha enviado a la juez una carta en la que explica que acudió a la gasolinera de Guitiriz en el coche del partido y no en el oficial y que hubo un escolta y un conductor que asistieron a la conversación. Lo primero es irrelevante porque Blanco es miembro del Gobierno con o sin coche oficial y respecto a lo segundo, nadie se puede creer que un policía que depende de Interior o un conductor de confianza vayan a declarar contra un ministro.
A pesar de ello, hay que insistir en que mientras no se levante el secreto del sumario y no haya ninguna acción judicial contra él, Blanco tiene todo el derecho a la presunción de inocencia. Otra cosa es su responsabilidad política por la imprudencia cometida al entrevistarse con Dorribo en la gasolinera. También resulta poco edificante la trama clientelar, basada en favores y amiguismos, que se ha ido creando en Galicia mediante contratos de obras públicas.
No es de extrañar, por ello, que el 60% de los ciudadanos considere que el ministro debe dimitir, porcentaje que llega en su propio partido a un significativo 47%.
Si el Parlamento estuviera abierto, todo ello obligaría a crear una comisión de investigación. Pero como no lo está, habrá que esperar a después de las elecciones para esclarecer este turbio asunto
CORRUPCIONES SOCIALISTAS: Caso del presunto delincuente Pepiño Blanco, Ministro socialista de Fomento. Sumario CampeónDorribo anotó pagos al primo de Blanco en su contabilidad
El industrial Jorge Dorribo, propietario de Laboratorios Nupel y uno de los principales implicados en la llamada operación Campeón, declaró el pasado día 8 de agosto ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo que los supuestos pagos en metálico a Manuel Bran, primo político del ministro de Fomento, estaban reflejados en la contabilidad de su empresa.
Dorribo afirmó haber pagado a Bran, propietario de la empresa Electricidad Espiñeira y Bran, un total de 400.000 euros, que, teóricamente, habrían ido destinados a su primo, José Blanco.
De ellos, siempre según el testimonio de Dorribo, 200.000 euros habrían sido abonados en efectivo. Otros 200.000 los habría cobrado la empresa Electricidad Espiñeira y Bran a través de facturas infladas por trabajos realizados para Laboratorios Nupel, que se pagaron a un precio muy superior a su coste real.
Pues bien, según declaró el empresario que ha destapado el escándalo de las presuntas subvenciones ilegales de la Xunta de Galicia, los 200.000 euros pagados en metálico figuran en las cuentas de su empresa bajo conceptos genéricos que no se corresponden con gastos o inversiones reales, sino que ocultan la salida del dinero de las comisiones abonadas al primo de Blanco, Manuel Bran.
La juez que instruye el caso, Estela San José, tiene previsto levantar el secreto de sumario en los próximos días. Por su parte, el ministro de Fomento ha solicitado, a través de su abogado, que la magistrada alce ya la reserva de, al menos, la parte correspondiente a la declaración de Dorribo, ya que, a su entender, se está produciendo indefensión porque una parte ha sido hecha pública por los medios de comunicación.
Fuentes solventes apuntan a que la juez San José podría remitir al Tribunal Supremo próximamente las actuaciones que tienen que ver con la implicación del ministro en un posible delito de cohecho, debido a su condición de aforado.
Un dato que avala esta hipótesis es que el primo político de Blanco, Manuel Bran, aún no ha sido llamado a declarar.
Precisamente, el abogado de Bran, José Piroscia, ha presentado un escrito en el Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo pidiendo que se cite a declarar a su defendido para aclarar cuál ha sido su relación con las empresas de Dorribo.
Piroscia negó que su cliente hubiera inflado facturas y redujo la relación comercial con el grupo de Dorribo a menos de 100.000 euros.
Según fuentes del sector farmaceútico, Dorribo habría comentado los supuestos pagos de comisiones a Blanco en un almuerzo que se produjo antes de su detención, llevada a cabo el pasado mes de mayo.
Por su parte, fuentes cercanas al ministro de Fomento han señalado que José Blanco se encuentra «enormemente preocupado» por la posible evolución penal del asunto del pago de comisiones irregulares.
El ministro de Fomento, sin embargo, ha hecho llegar a la dirección del PSOE y a destacados miembros del Gobierno que él no tiene nada que ver con el cobro de comisiones y que Dorribo sólo intenta «poner el ventilador» para perjudicarle antes de las elecciones del 20-N.
Un hecho, sin embargo, preocupa internamente en el PSOE, aunque no se reconozca en público. Se trata de las dimisiones del parlamentario gallego del BNG y ex consejero de Industria de la Xunta, Fernando Blanco y la del diputado autonómico del PP Pablo Cobián.
Blanco, en el coche del partido
El abogado de José Blanco ha presentado en los juzgados de Lugo un escrito en el que trata de justificar su encuentro en una gasolinera con el empresario Jorge Dorribo. Se trata del mismo escrito en el que pide que se alce el secreto de sumario respecto de la parte de la declaración en la que éste implica al ministro en el cobro de una 'mordida' de 400.000 euros.Según publicó 'La Voz de Galicia', el relato que hace Blanco a la juez Estela San José comienza con la frase «no hay peor calumnia que la que se ayuda de una apariencia de verdad». Esta realidad sería que el encuentro entre el ministro y el empresario sí se produjo, en concreto el 5 de febrero en una estación de servicio de la A-6 a su paso por la localidad de Guitiriz (Lugo).
La conversación entre ambos tuvo lugar de camino a Roimil, donde Blanco y Dorribo almorzaron con otros empresarios, y se habría producido, según el ministro, en el coche «perteneciente al partido», y no en el vehículo oficial del Ministerio de Fomento.
El texto señala que la charla se habría desarrolló en presencia del conductor «y un policía de escolta». El letrado subraya este hecho, como si quisiese destacar que tiene un testigo que puede corroborar su relato.
La versión del ministro concluye reconociendo que Dorribo le comunicó «su preocupación por la tardanza en resolverse algunas solicitudes que había presentado ante el Ministerio de Sanidad y Economía». No obstante, añade que Blanco no hizo ni una sola gestión al respecto
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