Tres años después de comenzar los trabajos de excavación en la tumba nº 28 de Asasif, en Luxor, perteneciente al visir Amen-Hotep Huy, encargado de los territorios del sur durante el reinado de Amenofis III — dinastía XVIII-, el Instituto de Estudios del Antiguo Egipto presenta los resultados de su segunda campaña en este yacimiento, que busca dilucidar los enigmas que entraña esta etapa de la historia de Egipto, previa a la revolución religiosa de Akenatón. Una vez más, sus descubrimientos han sido reveladores. Galería de fotos de la tumba del visir Amen-Hotep Huy
Conscientes del vacío histórico en el que se encuentra inmersa la época en la que vivió este personaje, visir en los territorios del sur del faraón Amenofis III (1390-1353 a.C), de la dinastía XVIII, este equipo avanza en sus investigaciones abriendo paso a nuevas teorías de interés para la egiptología.
Así, el hecho de que en esta segunda campaña, que se ha realizado entre octubre y diciembre de 2010, hayan sido halladas más de 40 momias en el patio solar de esta tumba ha hecho pensar a estos especialistas que la ubicación fue utilizada como lugar sagrado de enterramiento tras la muerte de este visir, quien gozó de gran personalidad y carisma entre los egipcios.
Sin embargo, su figura no fue siempre aceptada de la misma manera. Su vida transcurrió en un periodo turbulento de la historia egipcia en el que se granjeaban cambios religiosos y políticos con la llegada al poder de Amenofis IV, también conocido como Akenatón (1353-1336 a.C), y el comienzo del Periodo Amarniense, en el que Egipto sufrió una transformación interna sin parangón, ya que este faraón impuso, entre otras reformas, el monoteísmo, un canon estilístico basado en formas redondeadas y figuras voluptuosas, y el afianzamiento del poder real.
Fueron, pues, cambios que no gustaron a los egipcios, como tampoco a este personaje, quien debió llevar su crispación sobre lo que acontecía hasta límites insospechados, ya que, según este equipo de expertos, fue objeto de lo que en arte se conoce como una damnatio memoriae, es decir, la eliminación de toda referencia al nombre y rostro de quien se desea borrar de la memoria histórica. El porqué no es otro que su rechazo a las reformas de Akenatón; una oposición que hizo reflejar en la decoración de su tumba y que ha sorprendido a estos investigadores, ya que “posee una temática inusual para el periodo de la revolución en Tebas, cuando otros enclaves funerarios ya estaban poniendo en práctica los preceptos estilísticos de Amarna”, dice Martín Valentín. De modo que, en opinión de este especialista, el canon tradicional utilizado en esta tumba indica que este visir “defendió a ultranza un estilo ultraortodoxo”, lo que lleva a pensar que se trató de un personaje “muy radicalizado en su postura”.
Uno de los descubrimientos más destacados que ha llevado a cabo este proyecto ha sido el de una estela en la que ha sido conservado, sorprendentemente, el rostro del visir. No ha sido el único hallazgo de importancia. La cerámica encontrada durante los trabajos de excavación ha dado cuenta a estos expertos de los usos que ha tenido este enclave funerario vecino al turístico Templo de Hatshepsut. Otras piezas, como una figurilla de una concubina desnuda y relieves de gran destreza técnica, constatan la calidad artística de este periodo. Curioso ha sido también el hallazgo de más de 40 orejas de petición, que eran depositadas por los egipcios en los lugares santos y que corroboran la importancia de la que debió gozar este lugar.
Los objetos encontrados dentro de la capilla, compuesta por 30 columnas de las que sólo se conservan dos, han hecho pensar a estos especialistas que fue utilizada como lugar de momificación en época ramésida. Adelantar los trabajos en esta zona de la tumba será una de las prioridades del equipo para la campaña que pondrá en marcha este año. Su importancia es mayúscula si se atiende a que se intuye que una rampa situada en su interior puede conducir a una cámara funeraria en la que podría estar enterrado el visir. Sin embargo, su deseo por hallar los restos de este personaje no les impide barajar la posibilidad de que no se encuentre allí, ya que no olvidan la persecución de la que fue objeto y la evidencia de que la construcción de la tumba se vio interrumpida repentinamente.
Los enigmas que depara la excavación de la capilla mantienen en vilo a Martín Valentín, quien ve posible “demostrar” que hubo enterramientos “muy importantes” posteriores a la época del visir, así como que los relieves que la decoran “aporten datos sobre los reinados de Amenofis III y Amenofis IV”, quienes se desconoce todavía si llegaron a reinar juntos, como algunos estudiosos sostienen.
La idea de poner en claro esta etapa histórica es un objetivo fundamental para este equipo, que asiste con entusiasmo a la posibilidad de que su investigación sirva de referencia a la egiptología. Si el proyecto sigue adelante, “la tumba más grande de la dinastía XVIII podrá ser visitada”, dice esperanzado Martín Valentín, quien apunta que las piezas únicas halladas durante su investigación “engrosarán, con toda probabilidad, las colecciones de los museos egipcios”.
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