Ahora bien, siendo justo y necesario, el castigo a los culpables no solucionará el problema de fondo: ¿cómo piensa salir el Gobierno del estado de alarma? ¿Está en condiciones Aena de sustituir a los controladores que sean despedidos o imputados por otros profesionales con la formación adecuada para garantizar la seguridad del espacio aéreo? El estado de alarma es una previsión constitucional de carácter excepcional. Según publicamos hoy, el Gobierno pretende solicitar la autorización preceptiva al Congreso para prorrogar esta
situación hasta dos meses más, una vez finalizado el plazo de quince días que figura en el decreto del pasado viernes. Ello permitirá pasar las Navidades sin sobresaltos.
Sin embargo, el Gobierno tiene ante sí una complicada papeleta, ya que en esos dos meses debe tomar las medidas necesarias para que las
torres de control funcionen cuando el Ejército ya no pueda obligar a los controladores a trabajar. De acuerdo con los planes que maneja el Ejecutivo, los profesionales que resulten despedidos o imputados pueden ser sustituidos por personal militar que ya está formado para ello. Tampoco esta medida será fácil de aplicar, ya que los suboficiales del Ejército cobran menos de 2.000 euros al mes. No es difícil imaginar que la convivencia acarreará tensiones. Y también es fácil pronosticar que los compañeros de los despedidos o sancionados no aceptarán por las buenas su castigo.
Todo esto es lo que tendrá que explicar el presidente del Gobierno en su comparecencia del próximo jueves ante el Congreso. En principio, no parece que los grupos -con excepción de las críticas de IU, ERC o BNG- le vayan a poner objeciones al estado de alarma. Aunque sí le exigirán explicaciones, como avanzó ayer Soraya Sáenz de Santamaría, en una declaración mucho más acertada que la de su compañero Rafael Hernando, que pidió la dimisión de Blanco por «inepto y malvado». En este momento, reclamar la dimisión del ministro de Fomento está tan de sobra como acusar al PP de connivencia con los controladores, como han hecho algunos dirigentes socialistas, incluido el propio Blanco. En todo caso, la escalada verbal de unos contra otros es una pequeñez, comparado con el desafío que tiene ante sí el Gobierno para impedir que un grupo de trabajadores pueda volver a chantajear al Estado.
epsimo y EL MUNDO____________________
Ya estábamos en estado de alarma
Zapatero se esconde en el primer estado de alarma en democracia
ESTADO DE ALARMA, UN MAL PRECEDENTE PARA LOS SINDICATOS Y QUE SE PUEDE APLICAR A LA CARTA, SEGÚN CONVENGA. EJEMPLO:
¿POR QUÉ NO SE APLICÓ EN LA HUELGA SALVAJE, QUE SE LLEVÓ EN EL METRO DE MADRID?
EL ESTADO DE ALARMA HARÁ REFLEXIONAR A LOS SINDICATOS ANTES DE CONVOCAR UNA HUELGA. SOBRE TODO, A SINDICATOS DE "COLECTIVOS ESPECIALES" CÓMO LOS DE PRISIONES.
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