Hacinamiento, humedades, cables eléctricos junto al agua, objetos cortantes... Un cámara de televisión de La tercera TV de Chile accedió el pasado mes de julio a la cárcel de San Miguel en Santiago de Chile, que se ha convertido en triste protagonista en todo el mundo.
Viendo las imágenes, uno puede pensar que ésta ha sido la crónica de una tragedia anunciada. A nadie le puede sorprender que en un lugar en tan lamentables condiciones pudiera desencadenarse un incendio que muerte de 81 presos en un incendioha matado a 81 personas.
Más de 120 presos vivían hacinados en una sola estancia distribuidos por jerarquía criminal. Sin prácticamente espacio para moverse, las camas y los colchones se suceden en una estampa que más parece una infravivienda habitada por mendigos que el interior de una cárcel.
Los reclusos no estaban separados por celdas, por lo que los más peligrosos tenían el control del lugar sobre los demás. Llama la atención la acumulación de objetos impensables en una prisión como latas de refresco, que pueden ser utilizadas como objetos cortantes.
Pero lo más llamativo e inseguro es la combinación de goteras y humedades con instalaciones eléctricas al descubierto. No hay duchas, pero el agua no para de gotear de las tuberías junto a paredes desconchadas que dejan al descubierto los cables. Hasta el propio presidente Sebastián
Así se vivía en la cárcel de San Miguel
Hacinamiento, cables eléctricos junto al agua, objetos cortantes... Un cámara de La tercera TV de Chile accedió en julio a la prisión
'Una escalera caliente impidió escapar a los presos 'Piñera ha tenido que reconocer que la cárcel de San Miguel era un lugar "inhumano".
El sistema penal «inhumano» mata a 136 presos chilenos en los últimos diez años
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