Hoy podemos decir eso de que habemus huelga,
posiblemente el próximo 14 de Noviembre. Ya están contentos los
sindicatos y todos esos movimientos que curiosamente giran en torno a la
idea de que el Gobierno debe convocar un referendum para que sea el
pueblo el que dicte cual sería la política económica a seguir. Toda una
lección de demagogia, pero que ellos, demagogos por naturaleza, asumen
con la cara muy seria. Y para que la cosa vaya caldeándose más, se
adereza esta majadería con una huelga de la enseñanza, la convocatoria,
una vez más, del movimiento sedicioso que pretende bloquear el Congreso
de los Diputados y gracias varias por el estilo.
Y les llamo demagogos, por que saben perfectamente que la Política
Económica, en particular, y la acción de Gobierno en general constituyen
en si mismos uno de los poderes del Estado y no son susceptibles de ser
abrogados por nadie que no los haya conseguido de la única manera
lícita posible: a través de unas Elecciones libres y legales. Y ellos
pretenden alcanzar ese poder mediante la algarada y huyendo de unas
urnas en las que, cada vez que se convoca a los ciudadanos, salen
escaldados.
Pero ¿que se esconde detrás de tanta demagogia?. Sencillamente NADA. Y
es NADA por que si algo está claro es el muy poco calado que estas
organizaciones convocantes de tanta huelga y manifestación, tienen en la
sociedad y que no dejan de ser meros apéndices de una organización que
es IU, como organizadora, Partido Político a quién el pueblo soberano sigue empeñado en no darle su confianza para desesperación de Cayo Lara, Llamazares, Julio Anguita
y demás trasnochados. Por que hablemos claro: toda esta algarabía tiene
una fuente común, un ideario común, un elemento organizativo idéntico y
una sincronización evidente. Otra cosa es que esa cúspide dirigente
tenga relevancia en los ciudadanos, que no la tiene, o que sus
propuestas sean del común agrado, cosa que se ve, es imposible.
Y como se trata de exacerbar los ánimos, nada mejor que alentar las
más bajas pasiones, usar de la falsedad y tener a mano todo lo que pueda
servir para la provocación, desde declaraciones disparatadas, pasando
por actitudes grotescas o dejando a descerebrados al frente de esta
algarada. Veamos algún ejemplo de lo que digo.
En GALICIA, el histrión Beiras, no tiene mejor
ocurrencia que, a su regreso a la política de la que saló sin gloria
alguna y con demasiada pena para él, por lo que a pérdida de popularidad
se refiere, que decir que "las políticas de Feijóo causas más muertos que el terrorismo"
Un brutalidad semejante, ¿no tiene inmediatamente respuesta
judicial?¿es TOLERABLE que ese demente pueda llegar a tamaña provocación
solo por hacer una de sus gracias?.
Pero es que en Mérida, unos descerebrados, por que otro nombre no tienen, asaltan el Colegio salesiano María Auxiliadora al grito de " ¿donde están los curas que los vamos a quemar?"o "más educación pública y menos crucifijos", pero con la agravante de
que pretendían entrar en las clases de Primaria donde casi 1.000 niños
estudiaban, aparte de vejar símbolos religiosos, por el mero hecho de ofender. O que uno de los coordinadores de la huelga de Madrid
diga, necio él, que hay que ayudar a salvar a Euskadi del fascismo....y
lo dice un necio que hasta ayer llevaba dodotis. ¿Estos son los líderes
que nos guiarán en el futuro?. Por que algunos de ellos medrarán en ese
partido, y, a modo de condecoraciones, podrán presumir de haber
cometido atropellos semejantes.
Y cuando las cosas se salen de madre, cuando los provocadores
pertenecientes al NI estudian NI trabajan NI se enteran de qué es la
Historia de las Ideas y Formas Políticas para poder hablar de ideologías
de una manera seria, pero si saben decir idioteces, resulta que con estos elementos sale a borbotones la violencia. Y eso pasó en el Colegio de Mérida, donde profesores y personal auxiliar impidieron ese atropello.
Señores, en la desesperación de una izquierda que perdió los ideales
ha ya demasiado tiempo y ahora teme perder las jugosas subvenciones y
privilegios de los que disfrutan, y, entre medias, han perdido ese
reclamo social que les envolvía, cual halo virtuoso, por su defensa de
los derechos de los ciudadanos, en esa izquierda enloquecida no podemos
dejar la calle, nuestras calles, por que sería dejarles en sus manos
nuestras vidas y nuestra libertad, junto con algo más importante,
nuestra dignidad.
Y es que el vaso de nuestra paciencia se agota. Y como esa izquierda,
antes culta y ahora yerma, se ha embrutecido por la falta de dinero y
la sed de poder, tal vez sea bueno recordarles una cierta versión de la
Catilinaria ciceroniana: ¿¿quosque tamdem abutere, Izquierda, patientia nostra? o
en castellano ¿Hasta cuando vais a abusar de nuestra paciencia,
Izquierda?. Y me da lo mismo que sea Izquierda Unida o desunida. Los
mismos perros pero con distintos collares, y lo digo no como insulto
pero si con el convencimiento de que las cosas están llegando a un
extremo en el que los ciudadanos silenciosos colmen su paciencia. Y en
mi modesta opinión, eso mismo debería ponerles los pelos como escarpias.
Pero inconscientes, caminan ciegos hasta su precipicio.
Aunque sea demasiado soñar, esperemos que la cordura, muy poco
probable o el fracaso estrepitoso de esta estrategia no obligue a los
ciudadanos a tomar medidas que, por duras así como necesarias, -dura Lex, sed Lex-
( la Ley es dura, pero necesaria), garanticen nuestros derechos, no
los de unos frente a otros, si no los de todos, derechos que cada día
son más pisoteados cuando no lisa y llanamente despreciados por esos
defensores de "la libertad" a quienes nadie encargó nunca nada pero que siempre nos trajeron miserias.
Luis Fernández Arenas
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