«En España no estamos para grandes algarabías»
España
y Cataluña tienen problemas graves y en ellos está centrado el
presidente. Por eso, anoche, Rajoy lanzó un mensaje claro al Gobierno de
la Generalitat que reclama, en río revuelto, un pacto fiscal e incluso
agita la bandera del independentismo.
«Lo que no toca ahora es el lío, la disputa y la polémica, sino la
colaboración. En España no estamos para grandes algarabías», dijo.
Así con estas frases, pronunciadas apenas unas horas antes de la celebración de una gran marcha de carácter soberanista convocada en Barcelona con motivo de la Diada, Mariano Rajoy daba una escueta pero contundente respuesta negativa a las reclamaciones del Ejecutivo catalán.
En opinión del presidente, no es este el momento adecuado para añadir más obstáculos en el camino especialmente difícil por el que transita la economía española.
Precisamente esta complicada situación fue la que acaparó casi en su totalidad los 50 minutos que duró la primera entrevista en TVE del jefe del Ejecutivo.
La posibilidad de que España tenga que pedir el rescate a través de la compra por parte del BCE de deuda soberana; la dureza de los Presupuestos para 2013 que serán remitidos al Congreso el 28 de septiembre; las hipotéticas nuevas medidas de ajuste que pueda poner en marcha el Gobierno para equiparar ingresos y gastos, centraron la mayor parte de la conversación.
El presidente del Gobierno no disipó las dudas acerca de la petición de ayuda a Europa. «No lo tengo decidido», repitió varias veces. «Tengo que ser muy prudente porque ésta no sería una decisión menor. Afectaría a los 47 millones de españoles. En un asunto así no voy a frivolizar», recalcó.
Así con estas frases, pronunciadas apenas unas horas antes de la celebración de una gran marcha de carácter soberanista convocada en Barcelona con motivo de la Diada, Mariano Rajoy daba una escueta pero contundente respuesta negativa a las reclamaciones del Ejecutivo catalán.
En opinión del presidente, no es este el momento adecuado para añadir más obstáculos en el camino especialmente difícil por el que transita la economía española.
Precisamente esta complicada situación fue la que acaparó casi en su totalidad los 50 minutos que duró la primera entrevista en TVE del jefe del Ejecutivo.
La posibilidad de que España tenga que pedir el rescate a través de la compra por parte del BCE de deuda soberana; la dureza de los Presupuestos para 2013 que serán remitidos al Congreso el 28 de septiembre; las hipotéticas nuevas medidas de ajuste que pueda poner en marcha el Gobierno para equiparar ingresos y gastos, centraron la mayor parte de la conversación.
El presidente del Gobierno no disipó las dudas acerca de la petición de ayuda a Europa. «No lo tengo decidido», repitió varias veces. «Tengo que ser muy prudente porque ésta no sería una decisión menor. Afectaría a los 47 millones de españoles. En un asunto así no voy a frivolizar», recalcó.
Y después, dio a entender que el paso, en caso de darse, no será
inminente. Habrá que esperar a que mañana se pronuncie el Tribunal
Constitucional alemán sobre el propio mecanismo de rescate, después
analizar cómo transcurre la reunión del Eurogrupo y finalmente calibrar
las discusiones en el seno del Consejo Europeo, que se celebrará el 17 y
18 de octubre. Con este calendario, citado por Rajoy, todo sugiere que
la demanda de ayuda para relajar las tensiones sobre la deuda se
aplazaría como mínimo hasta después de las elecciones vascas y gallegas.
Con sus explicaciones, el presidente esbozó incluso la posibilidad de que finalmente no sea necesario pedir el rescate. En su opinión, «mucho más importante» que dicha decisión, es el compromiso ineludible de cumplir con el objetivo de déficit. «Si alguna prioridad hay en España es ésa», recalcó antes de afirmar: «Yo aseguro que lo vamos a cumplir».
En realidad, el presidente del Gobierno no hizo sino confirmar la teoría que mantienen los principales responsables económicos del Ejecutivo: si España logra ajustarse al déficit prometido, la confianza en nuestra economía se recuperará y no será necesario recurrir a la ayuda. «Lo que hagamos nosotros mismos es mucho más importante que lo que puedan hacer fuera por nosotros», sentenció.
Mariano Rajoy sí señaló que en la hipótesis de tener finalmente que recurrir al rescate y cumplir las condiciones que conlleve, intentaría preservar hasta el final las pensiones. En cualquier caso, el presidente repitió, como viene haciendo en las últimas semanas, su intención de mantener el poder adquisitivo de las mismas en los próximos Presupuestos. «He dado instrucciones al ministro de Hacienda para que se trate a los pensionistas de la mejor manera posible».
También aseguró que no está en sus planes volver a tocar el IVA o el IRPF, pero sí avanzó que habrá «pronto» una modificación del impuesto de plusvalías y nuevos impuestos verdes.
El presidente del Gobierno apenas pasó de puntillas sobre las previsiones de las próximas citas electorales en Galicia y en el País Vasco, pero sí se refirió a la polémica y al malestar que ha generado en un buen número de ciudadanos la postura del Ministerio del Interior favorable a la concesión de la libertad condicionada por motivos de enfermedad al etarra que fuera carcelero de José Antonio Ortega Lara, Josu Uribetxeberria Bolinaga.
Rajoy calificó a Bolinaga de «criminal» y admitió que su caso «repugna» a mucha gente, pero insistió en el respeto a la decisión que adopte la Justicia e, incluso, de sus palabras se desprendió una cierta justificación de la medida de clemencia. Así, se refirió a los 47 kilos que pesa el etarra, enfermo de cáncer, y a la práctica imposibilidad de que pueda ya abandonar el hospital aunque se le conceda la libertad condicionada. «Las leyes no quieren que nadie muera en la cárcel», aseguró.
Con sus explicaciones, el presidente esbozó incluso la posibilidad de que finalmente no sea necesario pedir el rescate. En su opinión, «mucho más importante» que dicha decisión, es el compromiso ineludible de cumplir con el objetivo de déficit. «Si alguna prioridad hay en España es ésa», recalcó antes de afirmar: «Yo aseguro que lo vamos a cumplir».
En realidad, el presidente del Gobierno no hizo sino confirmar la teoría que mantienen los principales responsables económicos del Ejecutivo: si España logra ajustarse al déficit prometido, la confianza en nuestra economía se recuperará y no será necesario recurrir a la ayuda. «Lo que hagamos nosotros mismos es mucho más importante que lo que puedan hacer fuera por nosotros», sentenció.
Mariano Rajoy sí señaló que en la hipótesis de tener finalmente que recurrir al rescate y cumplir las condiciones que conlleve, intentaría preservar hasta el final las pensiones. En cualquier caso, el presidente repitió, como viene haciendo en las últimas semanas, su intención de mantener el poder adquisitivo de las mismas en los próximos Presupuestos. «He dado instrucciones al ministro de Hacienda para que se trate a los pensionistas de la mejor manera posible».
También aseguró que no está en sus planes volver a tocar el IVA o el IRPF, pero sí avanzó que habrá «pronto» una modificación del impuesto de plusvalías y nuevos impuestos verdes.
El presidente del Gobierno apenas pasó de puntillas sobre las previsiones de las próximas citas electorales en Galicia y en el País Vasco, pero sí se refirió a la polémica y al malestar que ha generado en un buen número de ciudadanos la postura del Ministerio del Interior favorable a la concesión de la libertad condicionada por motivos de enfermedad al etarra que fuera carcelero de José Antonio Ortega Lara, Josu Uribetxeberria Bolinaga.
Rajoy calificó a Bolinaga de «criminal» y admitió que su caso «repugna» a mucha gente, pero insistió en el respeto a la decisión que adopte la Justicia e, incluso, de sus palabras se desprendió una cierta justificación de la medida de clemencia. Así, se refirió a los 47 kilos que pesa el etarra, enfermo de cáncer, y a la práctica imposibilidad de que pueda ya abandonar el hospital aunque se le conceda la libertad condicionada. «Las leyes no quieren que nadie muera en la cárcel», aseguró.
epsimo y EL MUNDO
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