LA DETENCIÓN del alcalde socialista de Orense, junto con otras 12
personas -entre ellas el regidor popular de Boqueixón-, por los delitos
de tráfico de influencias, alzamiento de bienes, blanqueo de capitales y
cohecho, nos vuelve a dar de bruces con la corrupción política, en este
caso en niveles altos de la Administración local en tres provincias
gallegas. La actuación judicial revela que todavía hay mucho que limpiar
y que las malas prácticas continúan sin erradicarse. Hay que aplaudir
la valentía de la juez Pilar de Lara -instructora de los casos Carioca y
Campeón, en el que está imputado el ex ministro José Blanco,
amigo del alcalde detenido- que está oreando las miserias de parte de
la clase política gallega. Y desear que pueda llegar hasta el final sin
trabas
epsimo y EL MUNDO
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