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SI UNA gran mayoría se mostraba ayer escéptica sobre la capacidad del
Gobierno para sacar a nuestro país de la crisis, el segundo capítulo de
la encuesta que publicamos hoy refleja una fuerte caída en la intención
de voto del PP y una pésima valoración de los dirigentes políticos.Según los datos del sondeo de Sigma Dos, el PP perdería nueve puntos en intención de voto desde las pasadas elecciones de noviembre. En concreto, bajaría de un 44,6% al 35,8%. El PSOE no sería el beneficiario de esa caída, ya que solamente subiría nueve décimas, al obtener un 29,6% de apoyo electoral. Su problema no es que Rubalcaba esté haciendo una oposición blanda, sino que representa un pasado nada glorioso y, por ello, no puede ser una alternativa de futuro. En cambio, IU y UPyD sí experimentarían un notable ascenso, lo que confirma que el descontento que está generando la situación económica favorece la emergencia de otras opciones frente al bipartidismo tradicional.
La
encuesta pone en evidencia también una muy mala valoración de los
líderes políticos y los ministros, ya que ninguno de ellos supera los
cuatro puntos. Mariano Rajoy obtiene un 3,72, por encima de Rubalcaba,
con un 3,51. Rosa Díez es la mejor puntuada, con un 3,99.
Si ayer el 73% no creía en el plan de Rajoy para sacar a España de la crisis, el 56% valora hoy como mala o muy mala su imagen. No hay duda de que las últimas medidas de ajuste del Gobierno y la reacción negativa de los mercados tienen mucho que ver con esta pérdida de credibilidad del presidente.
Da la sensación de que los ciudadanos consideran que los sacrificios no van a servir de nada porque no vislumbran a corto plazo un giro en la economía. El propio Gobierno avanzaba esta semana que la recesión se prolongará a lo largo de todo el ejercicio que viene, que acabará con un crecimiento negativo y un paro similar al que existe hoy.
Como revelaba ayer nuestro sondeo, las dos terceras partes de los españoles exigen recortes en las autonomías y un adelgazamiento del Estado como medidas para lograr un equilibrio en las cuentas públicas, necesario para que el crédito y el consumo vuelvan a fluir.
El pago de los intereses de la deuda y los subsidios de desempleo absorben más de la tercera parte de los ingresos del Estado, a lo que se suma otro dato devastador que publicamos hoy: que las comunidades autónomas necesitan una financiación adicional del Estado de 26.300 millones de euros hasta finales de año -140 millones al día- para no suspender pagos. Ayer, Murcia anunció que se acogerá al nuevo fondo creado por el Gobierno, siguiendo los pasos de Valencia. Pero no hay ninguna duda de que al menos otras seis o siete autonomías se verán obligadas a hacer lo mismo.
En una situación tan dramática como ésta, podría tener sentido un pacto entre el PSOE y el PP, pero sólo si ambos partidos se ponen de acuerdo para reducir el gasto autonómico. Podrían hacerlo a través de reformas legales o mediante un acuerdo para aplicarlo en las comunidades que gobiernan. Parece muy difícil, aunque no es imposible.
Si ayer el 73% no creía en el plan de Rajoy para sacar a España de la crisis, el 56% valora hoy como mala o muy mala su imagen. No hay duda de que las últimas medidas de ajuste del Gobierno y la reacción negativa de los mercados tienen mucho que ver con esta pérdida de credibilidad del presidente.
Da la sensación de que los ciudadanos consideran que los sacrificios no van a servir de nada porque no vislumbran a corto plazo un giro en la economía. El propio Gobierno avanzaba esta semana que la recesión se prolongará a lo largo de todo el ejercicio que viene, que acabará con un crecimiento negativo y un paro similar al que existe hoy.
Como revelaba ayer nuestro sondeo, las dos terceras partes de los españoles exigen recortes en las autonomías y un adelgazamiento del Estado como medidas para lograr un equilibrio en las cuentas públicas, necesario para que el crédito y el consumo vuelvan a fluir.
El pago de los intereses de la deuda y los subsidios de desempleo absorben más de la tercera parte de los ingresos del Estado, a lo que se suma otro dato devastador que publicamos hoy: que las comunidades autónomas necesitan una financiación adicional del Estado de 26.300 millones de euros hasta finales de año -140 millones al día- para no suspender pagos. Ayer, Murcia anunció que se acogerá al nuevo fondo creado por el Gobierno, siguiendo los pasos de Valencia. Pero no hay ninguna duda de que al menos otras seis o siete autonomías se verán obligadas a hacer lo mismo.
En una situación tan dramática como ésta, podría tener sentido un pacto entre el PSOE y el PP, pero sólo si ambos partidos se ponen de acuerdo para reducir el gasto autonómico. Podrían hacerlo a través de reformas legales o mediante un acuerdo para aplicarlo en las comunidades que gobiernan. Parece muy difícil, aunque no es imposible.
epsimo y EL MUNDO
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