domingo, 22 de abril de 2012

LOS SOCIALISTAS «NO HAN DEJADO NADA» sólo los despojos de 6 millones de parados

Los socialistas no han dejado nada, sólo los despojos de 6 millones de paradosSE CUMPLEN cinco meses de las elecciones del 20-N y cuatro de la toma de posesión del Gobierno del PP. Para «celebrarlo», el PSOE difundió ayer un vídeo que -con el lema «Donde dije digo, digo recortes»- recopila declaraciones del presidente, la vicepresidenta y otros dirigentes del PP, antes y después de ganar las elecciones, en las que garantizaban rotundamente que el copago sanitario no estaba entre sus planes y que nunca harían recortes en sanidad ni educación. Cualquiera que vea el vídeo sin entrar en matices y detalles podría pensar que el actual Gobierno está constituido por un grupo de mentirosos. La realidad es un poco más compleja, mal que le pese a la dirección del PSOE, que por cierto para denunciar a este Gobierno tendría que entonar primero el mea culpa de la situación agónica en la que dejaron las cuentas públicas. La herencia recibida no es una frase hecha, es una triste realidad cuya responsabilidad le corresponde al Gobierno socialista. Dicho lo cual, es bien cierto que el Ejecutivo del PP está tropezando con lo que fue su discurso político en la oposición. Durante la campaña, Mariano Rajoy no quiso correr riesgos en su búsqueda de la mayoría absoluta y convirtió el copago sanitario en un tema tabú. No sólo eso. El líder del PP asumió como propio el discurso socialista sobre el Estado del Bienestar, renunciando así a elaborar un planteamiento político alternativo a la propaganda de la izquierda. A ello obedecen las varias declaraciones de Rajoy en el vídeo en las que niega rotundamente que el copago estuviera entre sus planes, y las de dirigentes como Arenas y Cospedal en las que aseguraban que sanidad y educación eran las «líneas rojas» que nunca traspasaría el PP en los presupuestos. Incluso en el lenguaje, los dirigentes populares se contagiaron de los conceptos del PSOE. Los socialistas no han dejado nada, sólo los cadáveres de 6 millones de paradosLos recortes, los ajustes y la contención del gasto están completamente justificados de acuerdo con la dura realidad de las cuentas públicas. Sin embargo, a nadie se le oculta que el Gobierno ha sido incapaz de explicarlos con claridad para que los ciudadanos entiendan el sentido de unas medidas que, aunque necesarias, pueden ser impopulares. La ministra de Sanidad y el ministro de Educación no han estado muy finos en la transmisión de los mensajes. Ana Mato niega que pueda considerarse «copago sanitario» la decisión de que los jubilados paguen un porcentaje de las medicinas. También José Ignacio Wert ha reiterado que la subida de las tasas universitarias -los estudiantes deberán pagar el 25% de la carrera en lugar del 15% que abonaban hasta ahora- no entra en el concepto de «recorte». Más allá de los eufemismos a los que tan aficionados son los políticos, los ciudadanos se merecen algo más que explicaciones técnicas de los decretos del BOE. Lo que estamos esperando son discursos políticos claros y coherentes. Es verdad que la vicepresidenta y portavoz se esfuerza todos los viernes en explicar las decisiones del Consejo de Ministros. Pero eso no basta. Es el presidente quien ha de aclarar a los españoles por qué y para qué está optando por esos planes de ajuste. Las dudas que suscita el proyecto europeo en este momento, la escalada de la prima de riesgo, la desconfianza hacia nuestro país en los mercados obligan ineludiblemente a Rajoy a hacer pedagogía. Y para ello no basta decir desde Colombia que «no hay dinero» para sostener los gastos sociales. Desde que tomó posesión, el presidente del Gobierno sólo ha concedido una seudoentrevista a Efe y contesta a una o dos preguntas en las escasas ruedas de prensa que comparte con algún líder extranjero. Sin embargo, no le va a quedar más remedio que ofrecer a los españoles una explicación que dé coherencia a sus compromisos de campaña con sus decisiones de Gobierno, y -sobre todo- que otorgue un sentido último a lo que su Gobierno presenta como «sacrificios» y «decisiones duras». Si no lo hiciera, aparte de correr el riesgo de que los ciudadanos crean que les engañó, la desafección crecerá entre sus votantes y se legitimará el caldo de cultivo de las protestas previstas para esta primavera en las calles.
 El PP culpa al PSOE de haber tenido que ir más allá del ajuste previsto

Los socialistas no han dejado nada, sólo los cadáveres de 6 millones de parados El PP se dice dispuesto a ir a por todas, que es distinto de a ir a «por todo», como ayer divulgó el PSOE en un vídeo. Así podría titularse, de hecho, la réplica que hoy distribuirá Génova sobre la acción de gobierno. Una acción que, según los socialistas, pisa las líneas rojas en educación y sanidad pero que los populares justificarán en una frase: «No han dejado nada».
Éste es el hashtag que hoy pretende invadir la Red, para culpar al PSOE de todos y cada uno de los ajustes del Gobierno popular que no estaban previstos en su programa electoral.
 La herencia socialista va a ser el argumento central de ese discurso político que la propia opinión pública española está demandando ya a un Ejecutivo sumido en una creciente escalada de recortes que amenazan -o conculcan más bien- su tradicional ideario.
En palabras de Carlos Floriano, vicesecretario de Organización del partido, «hay cosas que hacer, de las que veníamos advirtiendo, y cosas que nos hemos visto obligados a hacer, por lo mal que lo ha hecho el PSOE». O en las de Juan Ignacio Echániz, en relación con el reciente copago famacéutico: «La alternativa era la desaparición de la Sanidad Pública española tal como la conocemos».

«Es tan injusta la crítica del PSOE», añadía este dirigente popular, «somo si el entrenador que ha llevado al equipo a Segunda Divisón pide cuentas a su sucesor porque hace sudar la camiseta al equipo». El mismo Echániz acudía ayer a un símil médico para explicar los cambios habidos sobre el programa: «Es como si en medio de la operación de un tumor te encuentras una metástasis: hay que extirparla para salvar al paciente, aunque el posoperatorio dure más».
Los socialistas no han dejado nada, sólo los despojos de 6 millones de parados
La situación de emergencia nacional y la determinación de preservar los servicios públicos son los dos ejes sobre los que los populares van a construir su discurso y la propia campaña informativa que anunció hace unos días.
«Reformas, garantías, compromiso»: éstas son las tres palabras básicas manejadas por Floriano para un discurso que promete «coordinación» con el Gobierno y que reivindicará otros tres instrumentos políticos: «Un plan», «voluntad política» y «mayoría suficiente». Y es que, en palabras de Echániz, «sin medidas no habrá ni siquiera las líneas rojas de las que habla el PSOE, sino líneas moradas por la asfixia financiera que ahora tratamos de evitar».

De lo que se trata, desde el PP, no es tanto de desplegar una estrategia defensiva sino, muy al contrario, sacar pecho ante el adversario socialista y la propia opinión pública.

Los socialistas no han dejado nada, sólo los despojos de 6 millones de parados
Así, en Sanidad los populares van a hacer pilotar su discurso sobre dos ideas: la necesidad de cubrir el «agujero» de 16.000 millones de euros que el Gobierno socialista ha dejado en la Sanidad, y la «profunda justicia social» en el reparto de los esfuerzos, con especial atención a los «parados».
En cuanto a los pensionistas, que ahora pagarán sus medicamentos, el discurso del PP va a ser que «el Gobierno no mete la mano en el bolsillo de los pensionistas, sino que acaba con el mal uso de 3.700 toneladas de medicamentos que cada año se tiran a la basura». Según el discurso, no se trata tanto de «recaudar» como de «ahorrar».

En Educación, los populares repiten el argumentario: primero, y en palabras de Sandra Moneo, «frenar el agujero»; segundo, «hacer un sistema más equitativo del gasto». Según la secretaria de Educación del PP, con las medidas anunciadas «va a pagar quien más tiene» y, sobre todo, no sólo se van a mantener las becas, sino que «va a haber más, porque cada vez somos más pobres». En todo caso, y según puntualiza Moneo, el Partido Popular va a insistir en que «ésta no es la reforma educativa del PP» sino sólo las «medidas coyunturales para apuntalar el «fortín».

Pero el PP prepara también la réplica a la ofensiva socialista sobre el «golpe institucional» en RTVE. Según Ramón Moreno, «están más preocupados por perder sus privilegios que por resolver la situación de 6.500 trabajadores».
epsimo y EL MUNDO

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