sábado, 28 de abril de 2012

El Gobierno aspira a captar a una treintena de etarras en la primera fase del plan de reinserción

 -Prisiones buscará en Zuera y Villabona a históricos dirigentes con condenas avanzadas y distanciados de la ortodoxia de ETA para que sirvan de banderín de enganche.  
-Interior sospecha que el EPPK aumentará en breve la presión para que los presos no renieguen de la organización para conseguir el acercamiento.
El Gobierno es consciente de será muy difícil socavar el renacido control de ETA sobre sus presos a raíz del alto el fuego definitivo del 20 de octubre y que el Plan Integral de Reinserción se la juega en sus primeros meses. Instituciones Penitenciarias no ha dejado nada al azar y tiene muy estudiado a qué reclusos se va a intentar captar en esta primera fase. Interior no quiere pecar de ambicioso y en primera instancia aspira a reclutar para el programa a una treintena de etarras, en su mayoría, aunque no todos, con un perfil muy concreto: veteranos activistas con largas penas, condenas avanzadas y distanciados de la ortodoxia de la organización y de sus 'comisarios' en las prisiones. La idea es que esos presos puedan servir de banderín de enganche al resto.
En mayo, Instituciones Penitenciaria remitirá instrucciones a los directores de las 51 cárceles españolas en las que están dispersos los 486 presos que siguen fieles a ETA para que elaboren listados de los internos que consideren que podrían ser susceptibles de integrarse en el plan de reinserción. Un programa que contempla posibles acercamientos a centros del País Vasco si los reclusos rompen de forma «solemne y pública» con ETA y reniegan de la violencia, pero sin que tengan que pedir perdón a las víctimas.
Aunque la reclamación de información se va a hacer llegar a todos los centros, el Ministerio del Interior tiene puestos los ojos de forma muy particular en los presos de dos cárceles, la asturiana de Villabona y, sobre todo, la aragonesa de Zuera, las prisiones en las que el anterior Ejecutivo socialista concentró desde 2006 a los reclusos que, sin llegar a romper con la organización, habían dado muestras de hastío.
En la actualidad en esos dos centros hay todavía 36 reclusos, muchos de los cuales, según explicaron hoy responsables penitenciarios, se quedaron hace un año y medio «en puertas» de entrar en la denominada 'Vía Nanclares'. Su salto definitivo se frustró porque la declaración de tregua de septiembre de 2010, y luego el alto el fuego permanente de enero de 2011 y la declaración del fin de la violencia del 20 de octubre pasado, alimentó, con la ayuda de la propia ETA, la expectativa de lograr una salida colectiva para toda el colectivo.
Los técnicos de Interior creen ese grupo, muy en particular los reclusos de Zuera, es «casi en su totalidad» susceptible de ser captado para el plan, ya que la gran mayoría de ellos hace tiempo que no responde a las consignas del 'frente de makos'. Además, todos ellos son conscientes, entiende Instituciones Penitencias, de que en modo alguno va a haber amnistías ni medidas colectivas de gracia ni cambios en la política penitenciaria, como ha quedado acreditado con el anuncio del propio plan, que no contempla ningún tipo de beneficio carcelario y solo acercamientos selectivos.

Cinco presos


Los responsables del departamento que dirige Ángel Yuste destacan además que entre esos presos hay al menos cinco internos históricos, todavía con gran ascendencia en la colonia carcelaria, que en algún momento han coqueteado con la disidencia y a los que no les importaría 'señalarse' ante sus compañeros.

Los nombres, que ya estuvieron sobre la mesa en plena vigencia de la 'vía Nanclares', vuelven a estarlo ahora. Se trata de Francisco Mújica Garmendia, 'Pakito', la cara más visible del sector de presos críticos que todavía no han sido expulsados y máximo jefe de ETA entre 1987 y 1992; José Javier Zabaleta Elosegi, 'Baldo', exnúmero dos de la banda; Josu Arkauz Arana, 'Josu de Mondragón', hombre de confianza de 'Pakito' y 'Baldo' en la coordinación de comandos; Santiago Arrospide Sarasola, 'Santi Potros', también exjefe militar de ETA y responsable de las matanzas de Hipercor y de la madrileña plaza de la República Dominicana; y Felipe San Epifanio San Pedro, 'Pipe', exjefe del 'comando Barcelona' y diputado de Herri Batasuna en el Parlamento de Vitoria entre 1987 y 1990.
En el Ministerio del Interior son conscientes de que el Plan de Integral de Reinserción no va a ser «ni mucho menos» un «camino de rosas» y que desde el principio va a encontrar la «oposición frontal» del renovado EPPK (Colectivo de Presos Políticos Vascos), dirigido desde hace unas semanas por seis de los representantes del sector más duro, Anabel Egüés, Xabier Alegría, Jon Olarra Guridi, Lorentza Gimón, Mikel Albisu y Marixol Iparagirre. Los servicios de Información aseguran tener ya indicios de que el EPPK muy probablemente aumentará la presión a los presos para que no renieguen de ETA. Ya el pasado febrero, recuerdan mandos de la lucha antiterrorista, el EPPK en su 'Ekia', el boletín de comunicación entre ETA y sus presos, atacó sin contemplaciones a los internos que habían aceptado la 'vía Nanclares', expulsados hace años y que se autodenominan Colectivo de Presos Comprometidos con el Irreversible Proceso de Paz. Ahora, explican estas mismas fuentes, el 'frente de makos' no puede amagar con la expulsión porque serían los propios internos los que, formalmente, deberían «autoexpulsarse» de la banda para participar en las aulas de reinserción. 
 Colpisa

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