Las cárceles vascas, al nivel de Ceuta y Melilla

La tasa de hacinamiento en las prisiones de Basauri, Martutene y Nanclares, la más alta de la península

La población reclusa que cumple condena en la CAV duplica al número de plazas que ofrecen las prisiones de Basauri, Martutene y Nanclares: 1.456 reos se apretujan a diario en las 675 estancias acondicionadas en esos tres centros penitenciarios. A pesar de que esta situación ha sido denunciada en los últimos años tanto por funcionarios como por colectivos vascos de apoyo a presos, las cifras apenas han variado. El último informe sindical calcula en un 215% la tasa media de hacinamiento, la más elevada de península y solo superada por Melilla (275%) y Ceuta (247%).

El peor parado es el centro vizcaino que apiña a sus 384 reclusos en 88 celdas. En el alavés están ingresados 705 para 469 celdas y en la cárcel de Martutene hay 353 para 118 habitaciones, según datos aportados por Acaip, que no han contabilizado en su balance los 720 camarotes de la recientemente inaugurada prisión de Zaballa, en Araba, en la que permanecían confinadas solo catorce personas.

Ese escenario es especialmente grave en Basauri y Martutene, las dos cárceles con mayor índice de hacinamiento y con reclusos en régimen preventivo. La primera de ellas presenta una saturación del 436%, lo que supone que en cada estancia hay que recluir a más de cuatro personas; y en la guipuzcoana, con un 299% de overbooking, son casi tres los presos por celda. En Nanclares, el porcentaje de sobreocupación es más bajo (150%). Hace ya tiempo, desde Acaip, denunciaban que los funcionarios de Basauri tenían que coordinar las entradas y salidas de un centenar de presos repartidos en una decena de dependencias, lo que les obligaba a dormir en literas de tres pisos, con el riesgo que ello conlleva.

Y todo ello en un año que, previsiblemente, cerrará con un ligero descenso de la población reclusa en el Estado, pero no en Hegoalde donde la cifra de presos crece. En Nafarroa, por ejemplo (donde la tasa de hacinamiento es del 174%), se ha pasado de los 235 registrados a finales del ejercicio pasado a los 248 del presente; y en la CAV, de 1.436 a 1.536. También en esta ocasión, el premio se lo ha llevado el penal de Basauri que, en ese periodo, ha engrosado su censo con treinta y un nuevos habitantes: de 353 a 384. En Martutene se ha pasado de 351 a 353; y en Nanclares ha bajado: de 732 a 705 internos.

El informe sindical constata que una de las razones de este hacinamiento podría ser que desde el año 2000 no se ha procedido a ampliar el número de celdas funcionales. En cualquier caso, para tratar de dar una solución a este dramático hecho de la sobreocupación generalizada se están construyendo nuevas instalaciones en Gipuzkoa (Norte III-Zubieta) que tendrá 504 celdas residenciales o funcionales y 120 complementarias, con diversos edificios que constituirán un total de doce minicentros con servicios culturales, sanitarios, deportivos y productivos comunitarios. El centro sustituirá en el futuro a Martutene, que cerrará sus puertas.

Está prevista, además, la construcción de tres Centros de Inserción Social (CIS), uno por Territorio Histórico, dotados cada uno de ellos con un centenar de habitaciones. Y mientras ese penal será clausurado, todo apunta a que la de Nanclares permanecerá en funcionamiento con usos penitenciarios para acoger a presos vascos en un hipotético escenario de acercamiento. En el viejo reyno también se anuncia para comienzos del año próximo una nueva cárcel.

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