Rajoy avanza un nuevo tijeretazo a los funcionarios
Los empleados públicos crecen en plena crisis
CCAA y ayuntamientos fichan a 244.000 empleados
El 'comando Rubalcaba' sigue activo
Los empleados públicos crecen en plena crisis
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El objetivo de déficit en 2011, ¿incumplido?
La diferencia entre ingresos y gastos de noviembre supera el máximo previsto para todo el año, el 6%. No obstante, un cambio contable hará que en diciembre se incorporen ingresos que no se efectuarán hasta 2012.
____________________La diferencia entre ingresos y gastos de noviembre supera el máximo previsto para todo el año, el 6%. No obstante, un cambio contable hará que en diciembre se incorporen ingresos que no se efectuarán hasta 2012.
El 'comando Rubalcaba' sigue activo
El comando Rubalcaba sigue activo. A pesar de que entre ayer y hoy se haya hecho realidad la pérdida del poder de los suyos. El ex ministro del Interior y líder provisional del PSOE recibió en su escaño en el Congreso el SMS que puede verse junto a estas líneas: «Me dice nuestra informadora en el Ayto de Madrid q Gallardón va Defensa» (sic). Esta noche se sabrá si es así.
Es decir: Rubalcaba estrena liderazgo de la oposición recibiendo confidencias de esa mitificada red de informadores -infiltrada en puestos sensibles de la Administración- que ha alimentado su leyenda de fontanero maquiavélico durante toda su trayectoria política.
El nuevo presidente, Mariano Rajoy, anunciará esta noche su Gobierno. En ese momento se sabrá si el flamante diputado y todavía alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ocupa efectivamente la cartera de Defensa. En los últimos días, los mentideros políticos le han ido colocando en Justicia, en Interior, en Asuntos Exteriores... y también en Defensa.
De esta manera, la composición del Ejecutivo se convertirá en un inesperado test de fiabilidad para esa «informadora» que se entera de todo en el Ayuntamiento de Madrid, pero también para el propio Rubalcaba: un acierto sería la confirmación de que sus tentáculos siguen siendo tan poderosos y amenazantes como eran hasta hace muy poco; un error, en cambio, constataría las primeras consecuencias del escaso poder que conserva -y sólo eventualmente- al frente de un exiguo grupo de 110 diputados.
El ex ministro del Interior despachó los restos del debate de la mañana de ayer prestando más atención a su teléfono móvil que a los oradores. No dejó de recibir mensajes, que consultó, paradójicamente, sin ejercer una de las virtudes más maquiavélicas: la discreción.
A la vista de todos y en el espacio al que toda España prestaba atención en esos momentos, recibió otro SMS que podría haber dado que hablar: «Has estado estupendo! Con lo difícil que es hacer que un gallego...». Y no decía más.
Es decir: Rubalcaba estrena liderazgo de la oposición recibiendo confidencias de esa mitificada red de informadores -infiltrada en puestos sensibles de la Administración- que ha alimentado su leyenda de fontanero maquiavélico durante toda su trayectoria política.
El nuevo presidente, Mariano Rajoy, anunciará esta noche su Gobierno. En ese momento se sabrá si el flamante diputado y todavía alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ocupa efectivamente la cartera de Defensa. En los últimos días, los mentideros políticos le han ido colocando en Justicia, en Interior, en Asuntos Exteriores... y también en Defensa.
De esta manera, la composición del Ejecutivo se convertirá en un inesperado test de fiabilidad para esa «informadora» que se entera de todo en el Ayuntamiento de Madrid, pero también para el propio Rubalcaba: un acierto sería la confirmación de que sus tentáculos siguen siendo tan poderosos y amenazantes como eran hasta hace muy poco; un error, en cambio, constataría las primeras consecuencias del escaso poder que conserva -y sólo eventualmente- al frente de un exiguo grupo de 110 diputados.
El ex ministro del Interior despachó los restos del debate de la mañana de ayer prestando más atención a su teléfono móvil que a los oradores. No dejó de recibir mensajes, que consultó, paradójicamente, sin ejercer una de las virtudes más maquiavélicas: la discreción.
A la vista de todos y en el espacio al que toda España prestaba atención en esos momentos, recibió otro SMS que podría haber dado que hablar: «Has estado estupendo! Con lo difícil que es hacer que un gallego...». Y no decía más.
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