El ajuste es imprescindible para crecer y Rubalcaba lo sabe
Por eso, y es el segundo dato conocido ayer, el mes pasado sólo se matricularon 55.000 coches en España, lo que supone el peor septiembre de los últimos 15 años, según datos de los fabricantes. El sector del automóvil es uno de los termómetros más fiables para evaluar el consumo privado de un país y a la vista está que se encuentra bajo mínimos. En estas condiciones, no es de extrañar que, como publicamos hoy, el indicador sintético de actividad del Ministerio de Economía -índice que adelanta la evolución del PIB- vuelva a tasas intertrimestrales negativas que no se registraban desde 2009, con fuertes retrocesos de la actividad industrial y de la construcción.
Sin consumo privado, con la actividad industrial al ralentí, la única forma de impulsar el crecimiento debería ser el sector público, pero éste se encuentra maniatado por el alto déficit de las administraciones que, además, viven fuertemente endeudadas. En estas condiciones, la propuesta del candidato Rubalcaba de revisar las «dosis de ahorro» es contraproducente y habría que entenderla como un desesperado intento populista de reconducir una situación electoral dramática. Aunque ayer quiso rectificar diciendo que se refería a Alemania, a Elena Salgado le faltó tiempo para bajar a la realidad al candidato socialista: «Las medidas de austeridad tienen influencia en el crecimiento; la cuestión está en establecer prioridades y, en el corto plazo, para nosotros la prioridad es la consolidación fiscal», contestó desde Luxemburgo.
La economía necesita estímulos que favorezcan la actividad, que faciliten la creación de empleo o que fomenten la exportación, como decía ayer el presidente de la Fundación Everis, Eduardo Serra. Pero no pueden ser producto de una política de incremento del gasto público. Habrá que buscarlos, por ejemplo, en una reforma laboral más profunda, en la búsqueda de un sistema de negociación colectiva más eficaz, en la audacia para acelerar la reforma de las pensiones o en la aplicación de ayudas fiscales, siempre con la vista puesta en el crecimiento.
Porque cada día comprobamos cómo el descontrol de la deuda y el déficit hace casi imposible la financiación del país y, por lo tanto, de la actividad empresarial. Conviene recordar que la deuda de la Administración central -sin contar CCAA ni ayuntamientos- se ha incrementado un 78% desde 2007, según el Banco de España. Y que los expertos empiezan a reconocer que no vamos a poder reducir el déficit al 6% al final de año como estaba previsto, que Rubalcaba diga que hay que levantar el acelerador de los recortes es irreal. Y lo sabe, porque ha formado parte de un Gobierno al que la UE le ha obligado a aplicar un ajuste no conocido en España
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, matizó ayer las palabras del candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando puso en duda la política de austeridad que lleva a cabo el Gobierno bajo las recomendaciones de la UE. «Nuestra prioridad en el corto plazo sigue siendo la consolidación fiscal», dijo en Luxemburgo justo antes de debatir con los ministros del euro si el camino elegido a base de ajustes y ahorros es el adecuado para salir de la crisis.No obstante, Salgado defendió la idea del candidato de apostar por el crecimiento a medio plazo. «Estoy absolutamente de acuerdo, porque no creo que [Rubalcaba] hable de los tres próximos meses y, por tanto, no será el periodo en el que gobierne previsiblemente». Para la próxima legislatura, añadió, «habrá que apostar por el crecimiento».
En la reunión que ayer y hoy mantienen los ministros de Finanzas europeos se debatirá, entre otras cosas, sobre la posibilidad de adoptar políticas encaminadas a estimular la recuperación, en vez de la apuesta por la austeridad del último año y medio. Es una propuesta que inicialmente lanzó Estados Unidos y que hace sólo dos semanas fue rechazada de plano por los grandes países del euro, con Alemania a la cabeza.
Ahora, sin embargo, se estudia la posibilidad de que los países que tengan margen fiscal -España no estaría entre ellos- puedan poner en marcha nuevas políticas de gasto público que favorezcan el empleo, la inversión y la generación de riqueza.
Salgado recordó que «las medidas de austeridad siempre tienen influencia en el crecimiento, tanto en España como en el resto de países. La cuestión está en establecer prioridades y, en este caso, a corto plazo lo es la consolidación fiscal», recalcó.
Como era previsible, Alfredo Pérez Rubalcaba se apresuró a puntualizar sus propias palabras sobre los efectos de la «dosis de ahorro», pronunciadas el domingo en la clausura de la Conferencia Política del PSOE.
Y ayer, desde Zaragoza, precisó: «Eso es lo que dice Obama, lo digo para que todo el mundo sepa lo que dije. Y no dije, y quizá debería haberlo dicho porque eso hubiera clarificado un poco las cosas, que estaba refiriéndome a países como Alemania que, en estos momentos, tienen una capacidad de crecer y de tirar de la economía europea».
Añadió también que «hay mucha gente en Europa que pide a Alemania que haga una reflexión sobre si no es bueno que se convierta en la locomotora de Europa y tenga más flexibilidad en sus parámetros económicos».
No obstante, Rubalcaba se mostró «partidario decidido» de combatir el déficit público, pero añadió que «el ritmo hay que medirlo», porque en caso contrario se puede acabar «asfixiando» el crecimiento.
Sin embargo, la alusión a Alemania tampoco fue compartida por Salgado. La vicepresidenta sostiene que ella no puede decir si la economía alemana está o no capacitada para dar un impulso al resto de países europeos con nuevas medidas de estímulo.
El candidato socialista, durante su visita a Zaragoza, también abundó en su propuesta estrella para financiar, sin necesidad de más recortes, la Sanidad pública. En este sentido, explicó que el déficit de ésta es de 2.000 millones e insistió en que hay que pagarlo «lo más rápidamente posible». Según él, la fórmula para lograrlo pasa por pedir «un esfuerzo a determinados sectores», en referencia a su idea de subir los impuestos del tabaco y el alcohol. Él lo definió como pura «justicia redistributiva».
Rubalcaba reconoció que esta propuesta probablemente no le haga «popular» entre los fumadores, y aseguró no saber «si supondrá más o menos votos» porque no la ha «calculado en esos términos».
epsimo y EL MUNDO________________________
La conferencia política que el PSOE ha celebrado en Madrid durante el pasado fin de semana se cerró con otra ocurrencia de Rubalcaba.
El candidato socialista ha dado con la clave de la crisis: ahorramos demasiado, por eso tenemos que endeudarnos. Hasta Jesús Maraña reconoce que Alfredo carece de credibilidad en sus propuestas. Si el secreto de la riqueza es exportar, España ya es número uno exportando... indignación.
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