viernes, 12 de agosto de 2011

Tras la histórica condena por otra masacre en Dos Erres. Detienen a 4 autores de la matanza de 268 personas en Guatemala en 1982

Las fuerzas de seguridad de Guatemala capturaron a dos ex patrulleros civiles con los que ya son cuatro los detenidos por una matanza de 268 campesinos cometida por el Ejército en 1982 en una zona del norte del país, informó este viernes una fuente oficial.

Una portavoz de la Fiscalía dijo a los periodistas que Santos Rosales García y Eusebio Grave Galeano, antiguos miembros de las desaparecidas Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), fueron detenidos el jueves en el municipio de Rabinal, departamento norteño de Baja Verapaz.

El miércoles habían sido detenidos también en Rabinal el excomisionado militar Lucas Tecú y el expatrullero Mario Julián Acoj, según la Policía. Los cuatro antiguos militares han sido trasladados a la capital para declarar ante un tribunal.

Los detenidos son acusados de haber participado en la matanza de 268 campesinos perpetrada por el ejército el 18 de julio de 1982 en la aldea Plan de Sánchez, en el municipio de Rabinal. La masacre ocurrió durante el régimen de facto que presidió el general golpista José Efraín Ríos Montt (1982-1983).

Sentencia histórica

Un tribunal de Alto Riesgo condenó el pasado 2 de agosto a 6.060 años de prisión a cuatro ex militares guatemaltecos por la matanza de 201 personas perpetrada el 7 de diciembre de 1982 en la comunidad de Las Dos Erres, en el departamento norteño de Petén.

Se trata de Daniel Martínez, Manuel Pop, Reyes Collin y Carlos Antonio Carias, mientras que otros ocho ex militares implicados en este caso se encuentran prófugos de la justicia. La matanza de Las Dos Erres, cometida por los militares, es la primera que se ha juzgado en Guatemala.

La Comisión del Esclarecimiento Histórico (CEH), auspiciada por las Naciones Unidas, documentó 669 casos de masacres durante el conflicto interno, la mayoría de ellas atribuidas al ejército.

La guerra interna, que acabó el 29 de diciembre de 1996 con la firma de los Acuerdos de Paz entre el gobierno y la guerrilla, causó unas 250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos.

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