sábado, 16 de julio de 2011

CSI-F denuncia "la falta de recursos" en los Centros de Inserción Social

CSI-F Instituciones Penitenciarias Madrid ha denunciado este viernes la supuesta falta de recursos humanos y materiales de los Centros de Inserción Social, donde se intenta la reeducación y reinserción de presos clasificados en tercer grado, ha informado CSIF en un comunicado.

CSI-F Instituciones Penitenciarias Madrid ha denunciado este viernes la supuesta falta de recursos humanos y materiales de los Centros de Inserción Social, donde se intenta la reeducación y reinserción de presos clasificados en tercer grado, ha informado CSIF en un comunicado.

Asimismo, el sindicato se ha quejado de "la deficiente gestión, dirección, organización y ubicación" de estos centros de Inserción Social de los presos, que dependen del Ministerio del Interior.

Así, ha puesto como ejemplo las supuestas deficiencias, carencias y obstáculos para el buen funcionamiento que habitualmente se encuentran en el CIS Melchor Rodríguez García de Alcalá de Henares.

"En este CIS se hacen malabarismos sobre una cuerda floja y sin red", ha comentado Javier Ayala, presidente de CSI-F Instituciones Penitenciarias Madrid. "Se está contando con guardias de dos funcionarios de Interior en verano, encargados de dar salida y entrada a más de 300 internos con fases de residencia diferentes", ha añadido.

Ayala ha indicado que "este CIS está alejado del centro urbano y mal comunicado, por lo que se complica la labor de trabajadores sociales, educadores y psicólogos que trabajan en colaboración con organismos no gubernamentales en la búsqueda de empleo y reestructuración de la vida social y familiar de los internos".

Debido a la lejanía con el casco urbano de Alcalá de Henares y la escasez de transporte público, "muchos internos pasan la mayor parte del tiempo dentro del centro, sin opción de oferta socio-formativa y tratamental por falta de medios y personal cualificado".

Asimismo, CSI-F Madrid ha criticado el estado de las instalaciones: mal diseñadas y construidas; departamentos con habitaciones que se abren y cierran con una llave por puerta, obviando sistemas electrónicos de único cierre y apertura; bombas de agua mal ubicadas, soterradas, con las consecuencias que conlleva en épocas de lluvia; oficinas con escaso personal y con excesiva burocracia que no permite conocer al interno como sería deseable.

Javier Ayala ha subrayado que estas incidencias no sólo se dan en el CIS Melchor Rodríguez García de Alcalá de Henares, sino también en otros centros de la región.

"En todos ellos quizás lo más alarmante sea la escasez de personal que los CIS demandan. El Ministerio del Interior lo justifica en una mala política de austeridad. Se oculta que los profesionales de los CIS de la Comunidad de Madrid trabajan con dedicación y al límite, desdoblándose en sus funciones en muchos casos", ha indicado.

CSI-F se une así a las denuncias de las plantillas de estos centros y pide a la Administración un cambio de rumbo en las políticas de reinserción de presos en tercer grado, que sean coherentes con la realidad y necesidades de estos nuevos centros y atiendan las demandas de los funcionarios y el resto del personal.

Qué.es __________________

Estrategia inadmisible contra los presos

(PARTE DE GUERRA)

Firmantes del Acuerdo de Gernika comparecieron ayer para hacer una doble denuncia: la negativa de Instituciones Penitenciarias a facilitar contactos con los interlocutores del Colectivo de Presos Políticos Vascos; y la utilización del citado acuerdo ...
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Faltan escuchólogos

UNA vez le propuse a un director general de Instituciones Penitenciarias que creara el cuerpo de 'escuchólogos penitenciarios'. Creyó que era una broma, pero guardé silencio y entró al trapo. ¿Lo dices en serio? Lo dije, lo digo y lo seguiré diciendo, porque pasado el boom de los psiquiatras, psicólogos y terapeutas de todo pelo, cada día se evidencia más la necesidad del 'escuchólogo'. En prisiones hay maestros, asistentes sociales, psicólogos, pedagogos, sociólogos, médicos y hasta cocineros diplomados, pero falta el 'escuchólogo', alguien que de diez vueltas por el patio escuchando al preso que relato sus cuitas, dudas y obsesiones. Se dirá que eso ya lo hacen los demás profesionales, pero no es lo mismo tratar, anotar y observar una conducta que escuchar al que necesita hablar.
El que necesita hablar no suele encontrar un 'escuchólogo' de cabecera, porque cada cual va a los suyo y cambia de acera cuando ve venir al 'plasta sin prisas' que sale por las mañanas con la idea de colocar su disco al primero que se deje. ¿Un psicólogo, un sociólogo, un psiquiatra? No, no siempre son gente que necesite tratamiento o sufran algún tipo de exclusión social. El tema es más fácil, solo necesitan acaparar la atención de alguien, para no tener que eternizar la conversación consigo mismo. Lo que quieren muchos es hablar, comunicarse, compartir sus fantasmas y tener a un palmo de la nariz a alguien que escuche. O que aparente escuchar.
En el Centro Penitenciario de Badajoz tuve como alumnos a los hermanos Izquierdo (Puerto Hurraco). Los dos eran seres muy primarios, pero Emilio respondía al tratamiento del 'escuchólogo' mejor que a cualquier tranquilizante. Cuando se irritaba se convertía en un ser de reacciones imprevisibles, capaz de todo, de lesionar y de lesionarse. En alguna ocasión lo invité a salir del aula para pasear un rato por el patio contiguo y aquello obraba el milagro de apaciguarlo hasta que su voz quedaba en un hilillo casi inaudible. Yo no hacía nada, solo caminar junto a él y asentir, mientras gesticulaba, tragaba saliva y se pellizcaba compulsivamente del lóbulo de la oreja, con amenaza de desprendérselo en alguno de aquellos empellones. Muchas veces no prestaba atención a sus farfullas, pero el hecho de tener a alguien a su lado, sin verse vigilado ni observado, lo serenaba y hasta sus pasos se hacían más lentos. Diez minutos duraba el tratamiento.
En los centros cerrados se evidencia con más claridad la ansiedad de muchos, que se materializa en la necesidad de comunicar, pero en la calle también abundan los que salen a la busca y captura de un desprevenido al que poder colgarle el atillo de sus cuitas internas: enfermedades, familia, trabajo, política. El 'escuchólogo' no tendría que pasar por ninguna facultad, ni especializarse en nada. Ni siquiera necesitaría entender el idioma del que habla, solo mirarlo, pasear un rato junto a él y asentir con la cabeza. ¿Quién lo hace, quien da un paso al frente? Lo mejor sería un 'escuchólogo' profesional.'
...Y ADEMÁS, PONERLE LA TETA PARA QUE MAMEN UN POQUITO.
¡"REINA DE LOS TALEGOS", AL PATIO A DARLE TETA A TUS CACOS!!!
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EL TONTOLBÚNKER DEL TALEGO DE CÓRDOBA, DICE: YO QUIERO SER ESCUCHÓLOGO PROFESIONAL .
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