Las mismas fuentes alertan incluso de la existencia de personas que piden ir a la cárcel para tener comida y donde vivir. “La situación es tan desesperada que los pequeños delitos aumentan sin parar”, cita a AD un representante del Sindicato Unificado de Policía (SUP). Las estadísticas muestran que uno de cada cuatro españoles detenidos por robar en el 2010 era mayor de 55 años. Hace sólo 10 años, sólo uno de cada veinte españoles detenido por hurto superaba esas edad. “Hay una clarísima motivación de supervivencia económica en este tipo de delitos. Algunos incluso actúan tan descaradamente y dejan tal número de pistas que parecen querer que se les detenga”, añade.
“Se trata de hechos delictivos de poca importancia: pequeños robos que están relacionados con situaciones desesperadas de familias con todos sus miembros en paro”, señala. Así, en España están apareciendo nuevos delincuentes, que responden al perfil de ser trabajadores en paro y sin formación, sin antecedentes penales y que optan por delinquir para poder subsistir ante la imposibilidad de encontrar un empleo.
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