sábado, 9 de abril de 2011

¡QUE NO LOS ENCARCELEN!!!, NOS AHORRARAN EL DINERO DE MANTENERLOS Y LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ESTARÁ MÁS TRANQUILA??????

Interior se propone que uno de cada cuatro presos cumpla condena fuera de la cárcel

Instituciones Penitenciarias pretende fomentar las vías alternativas a prisión a través de actividades en centros de inserción, trabajos sociales y el control con pulseras telemáticas

Apenas el 10% de los internos de los penales gallegos disfruta del régimen de semilibertad. El cumplimiento de las penas en prisión es la modalidad predominante en Galicia aunque desde Instituciones Penitenciarias reconocen que lo ideal sería apostar cada vez más por métodos de reinserción fuera de los muros de una cárcel. Esa es la dirección que está siguiendo el resto de Europa y el reto que se ha marcado el Ministerio del Interior, dispuesto a trabajar para que la cuarta parte de los penados cumplan su condena en régimen abierto

Menos condenados entre rejas. Bajo esta premisa trabaja el Ministerio del Interior. La saturación de las cárceles en España y las dificultades para separar a los presos violentos de los menos peligrosos, en especial en las de Teixeiro (A Coruña) y A Lama (Pontevedra), ha llevado a Prisiones a plantear medidas que alivien la sobrecarga de población reclusa en los 82 centros penitenciarios del país. ¿Cómo? A través del régimen abierto.
La intención de Instituciones Penitenciarias es flexibilizar y ampliar la posibilidad de cumplir las condenas en régimen de semilibertad, un sistema que se aplica a los reclusos en tercer grado y que les evita tener que dormir en prisión. Pero en la actualidad, apenas un 10% de los reclusos en España disfrutan del tercer grado.
El objetivo del departamento que dirige Mercedes Gallizo es que uno de cada cuatro penados cumplan su condena fuera de la cárcel, bien en Centros de Inserción Social (CIS) donde desarrollen actividades laborales, secciones abiertas de un centro penitenciario, o que incluso no tengan que acudir a ningún centro y puedan ser controlados con pulseras telemáticas desde el penal si así lo establece la junta de tratamiento de la cárcel. Ese 25% de condenados en régimen de semilibertad es la media de los países del entorno europeo, aunque hay casos como el británico que alcanza hasta el 50% de condenados en régimen abierto.
"Hay que trabajar en aras de conseguir ese 25% de internos integrados en los centros de inserción social", reconoce la directora de Teixeiro, Carmen Suárez. Y para ello -asegura- hay que hacer "una buena clasificación y selección de los internos" de forma que también los presos en segundo grado puedan disfrutar del régimen abierto: "El objetivo es que vuelvan a retomar su contacto con la sociedad, incluso fomentando cursos de reinserción laboral, ya no sólo para internos de tercer grado sino también para los de segundo grado con buena evolución. Y que ellos también realicen programas de formación en los CIS".
La decisión sobre los reclusos que podrían acabar de cumplir su condena fuera de prisión pasaría por un estudio exhaustivo de su historia jurídica. "Cada mes, hay una progresión de unos 28 reclusos en Teixeiro. Es una medida que se aplica para cualquier tipo de delito cuando el interno ha cumplido tres cuartas partes de la condena, ha seguido un programa de tratamiento adecuado y tiene una vinculación familiar muy buena en la calle. Si reúne todas esas características, se puede estudiar la progresión de grado", comenta la directora del centro penitenciario de Teixeiro.
Desde el departamento que dirige Mercedes Gallizo consideran necesario reflexionar sobre si es razonable recurrir a la prisión para las condenas de corta duración y las personas que han cometido un único delito. En el caso de la población reclusa en el penal coruñés de Teixeiro, los que ingresan por su primer delito se han duplicado en los últimos años, al pasar de un 14% a un 30% de los reclusos. Mientras, la tasa de reincidencia ha caído y en la actualidad -según los datos de la evolución de los internos que asisten al módulo terapéutico- es de tan solo el 2%.
Una de las opciones para los presos en régimen de semilibertad son los centros de inserción social, donde los reclusos en tercer grado acuden a desarrollar programas formativos. Otra de las vías alternativas a la prisión es el control de los internos a distancia a través de pulseras telemáticas, una vigilancia que se limita a ocho horas diarias, salvo los fines de semana y las 48 horas de permiso al año. En la actualidad, tres de cada diez presos en tercer grado duermen en sus casas bajo control electrónico.
Como medida alternativa al ingreso en la cárcel ya se están imponiendo también las condenas a trabajos en beneficio de la comunidad, una pena que se aplica fundamentalmente desde la reforma del Código Penal de finales de 2007 para autores de delitos contra la seguridad vial

La Opinión de A Coruña

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