LOS DATOS del paro de marzo vuelven a ser un durísimo mazazo. El desempleo ha aumentado en 34.406 personas, con lo que ya se sitúa por encima de los 4.300.000 parados, un nuevo récord histórico que no hace sino aumentar el terrible drama social que estamos padeciendo. Ni siquiera el hecho de que las afiliaciones hayan crecido por primera vez en ocho meses ofrece consuelo. Porque de las nuevas contrataciones de marzo -50.000-, más de la mitad han sido a camareros por horas, lo que en ningún caso permite pensar en una recuperación económica, ni siquiera tímida. Todo lo contrario. Zapatero, instalado en su sempiterno optimismo, dijo que marzo sería un buen mes para el empleo, pero los datos de nuevo demuestran lo alejado que está de la realidad. Lo único cierto es que la descafeinada reforma laboral que sacó adelante no está dando frutos y que, tal como le pidieron los empresarios en su reunión en La Moncloa, hace falta una verdadera reforma estructural del mercado de trabajo que favorezca las condiciones de contratación. Y eso no parece que este Gobierno pueda ya llevarlo a cabo.
Zapatero deja en herencia una deuda de 24.000 euros a cada contribuyente
El PSOE empieza a descoserse por Andalucía
LA DIMISIÓN del consejero de Gobernación y Justicia de la Junta de Andalucía, Luis Pizarro, cayó ayer como una bomba en el PSOE. Sólo dos días después de que Zapatero anunciara su decisión de no repetir como candidato, y cuando el mensaje que se trasladaba desde el partido era que ese paso iba a actuar como revulsivo, los socialistas andaluces rompen el espejismo de una posible recuperación electoral.La crisis resquebraja la mayor federación socialista del país en el peor momento: a sólo mes y medio de las municipales, con unas primarias en el PSOE a la vista, a un año de las autonómicas y de las generales, y con los sondeos vaticinando un vuelco electoral en Andalucía por primera vez en 30 años.
Las tensiones en el seno del socialismo andaluz eran un secreto a voces, pero nadie esperaba que alguien pudiera llegar tan lejos como para darle una patada al tablero. No antes del 22 de mayo. Pero la confección de las listas municipales ha acabado sacando a la luz la lucha por el poder que mantienen el ex presidente Chaves y su sucesor al frente de la Junta, José Antonio Griñán.
La espoleta ha sido la decisión del presidente andaluz de cesar al delegado de la Junta en Cádiz, un protegido de Chaves que controla la dirección provincial y que estaba maniobrando para sustituir a la candidata oficial a la Alcaldía de Jerez por una persona afín.
Este episodio supone la ruptura definitiva de Chaves y Griñán, y es la última demostración de que la transición en la Junta se hizo mal. Pese a que lleva fuera de Andalucía desde 2009, el vicepresidente tercero ha pretendido mantener allí su chiringuito, confiando en que podía manejar a su antojo a Griñán, su gran hombre de confianza durante años, su consejero de Hacienda y número dos en el Ejecutivo autonómico.
Esa imagen de hombre tutelado ha contribuido precisamente a hundir aún más a Griñán en las encuestas, muy tocado ya de por sí por los continuos escándalos en la Administración andaluza, y especialmente por el gran revuelo causado a raíz de las irregularidades cometidas con los ERE. De hecho, lo sorprendente es que sea la dimisión de Pizarro lo que haya provocado la sexta remodelación del Gobierno andaluz en dos años -se dice pronto-, cuando hace tiempo que el consejero de Empleo, Manuel Recio, debería haber sido cesado por su responsabilidad en las prejubilaciones fraudulentas. Ayer mismo volvió a tratar de escurrir el bulto al asegurar que no tenía «conocimiento» de que los sindicatos UGT y CCOO hubieran cobrado comisiones por cada ERE financiado por la Junta. Si no lo sabe él, ¿quién ha de saberlo entonces?
El goteo de irregularidades al calor de la descomposición causada por 30 años ininterrumpidos de gobiernos socialistas en Andalucía no parece tener fin. Hoy mismo informamos de las sospechas que acompañan al trabajo de un hijo de Chaves en una sociedad vinculada a la empresa pública de comercio exterior de la Junta.
La crisis andaluza supone un golpe muy duro para el PSOE y amenaza con deteriorar las relaciones en la dirección del partido y en el propio Gobierno de Zapatero. Blanco, vicesecretario y ministro, ha dado el visto bueno al puñetazo en la mesa de Griñán, lo que supone una bofetada al presidente del PSOE y vicepresidente del Ejecutivo central.
La falta de autoridad que se vislumbra ahora en el PSOE tras el anuncio de retirada de Zapatero puede abonar el terreno a nuevos enfrentamientos y escaramuzas. La unidad que proclamaban el sábado los socialistas en su ya histórico Comité Federal ha empezado a descoserse por Andalucía, su gran feudo tradicional.
epsimo y EL MUNDO___________________
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