Fuentes consultadas por este medio confirman que, lejos del compromiso adquirido por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, cada semana pueden trasladarse desde Puerto I unos diez presos de media, de los que no vuelve ninguno. Así, aseguran dichas fuentes solventes que el acuerdo explicado por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias a la plataforma de sindicatos creada en contra del cambio de grado de Puerto I era que hasta enero de 2012 no se comenzaría a realizar el cierre de la prisión, pero con los movimientos que ven dentro de la cárcel no confían ni siquiera a aguantar más allá del verano o el final de la época estival.
La institución penitenciaria, según las declaraciones realizadas en un comunicado de hace unas semanas, tiene intención, exponen, cambiar de grado, de primero a segundo, a la cárcel de máxima seguridad portuense, pero la transformación requiere ciertas obras, así como desalojar a funcionarios y presos tanto al resto de las cárceles portuenses, Puerto II y Puerto III, y al Cis de Jerez, pero las fuentes admiten que “esto es una barbaridad porque los presos, al ser de primer grado, darán muchos problemas en otros centros”, y es que en Puerto I, además de la experiencia adquirida de 30 años al servicio de este tipo de presos, tienen un amplio plan de reinserción en la sociedad que mejora mucho la actitud que estos internos tienen con respecto a la vida en general.
En cuanto al traslado poco a poco y sin que apenas se note de presos, explican las fuentes de este medio que “los segundos grados no vuelven, porque van a otras prisiones, pero en cambio los que en teoría acuden a juicios, al cabo de unos días o semanas deberían volver a la prisión, y no es así”. Así, explican que desde hace más de tres meses a Puerto I sólo llegaban los reingresos, pero presos nuevos ninguno, pero desde la reunión en Madrid no vuelve ninguno. “No es normal que desaparezcan presos sin que se dé una justificación, sabemos que algo pasa, pero nunca responden”, admiten a este medio.
Así, explican que, si nir más lejos, muchos presos de primer grado, que ya ahora apenas se conceden para que no ocurra dicha situación, se enviaban a Puerto I, e incluso los dos detenidos por el secuestro de Morón hubieran acabado en El Puerto, cosa que finalmente no ha ocurrido.
No les parece lógica la actitud tomada por Instituciones Penitenciarias, sobre todo porque creen que no se cumple con el compromiso dado, y es que además de dar una fecha concreta, citada con anterioridad, para que se hicieran los movimientos que ya se están dando, además los propios funcionarios solicitaron la creación de mesas de trabajo para poder disponer de las herramientas para hacer dicho cambio de grado, si finalmente se viera necesario, pues aún así los propios funcionarios de la cárcel confiaban en poder cambiar el designio que ha tomado este asunto.
Cifras
Según los datos a los que ha tenido acceso este medio, Puerto I ha podido tener, en épocas de bonanza de las políticas de Instituciones Penitenciarias e incluso de masificación, como ocurre en todas las cárceles, hasta con más de 300 presos, habiendo disminuido el último año a una cifra que oscila entre los 200 y 250 presos, para una plantilla de unos 244 funcionarios, que también se ha visto reducida, entienden las fuentes consultadas que por el mismo afán de la administración penitenciaria de ir rebajando poco a poco el número de profesionales e internos para acabar produciendo el cambio que ya han confirmado. El número de presos también ha bajado porque “ahora la administración cree que los primeros grados no deberían existir”, por lo que “los van a repartir por toda España”, cuando lamentan que es un error bastante negativo y que comenzará a tener consecuencias graves en poco tiempo, y que entonces ya será complicado poder hacerle frente.
Con todo, la plataforma creada va a continuar con sus reivindicaciones.
Valores añadidos de Puerto I
Parece ser que Puerto I cuenta con una experiencia en el trato de presos de primer grado que pocos centros penitenciarios pueden presumir de tener, pero además, la cantidad de cursos que se ofrecen a los internos no sólo sirven para que puedan tener formación u ocupen su tiempo de ocio, sino que no piensen, un mal factor y peor aliado dentro de la cárcel. Por ello, y al ser internos de un peligro importante, se les ofrecen muchas salidas, como cursos de extranjería, manualidades, salud laboral para presos, drogodependencias, y se les dan alternativas que en otras prisiones no van a recibir. Así, los funcionarios han propuesto muchos cursos y talleres que se han ido añadiendo a la oferta que se ofrece.
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